Proyecto Hambre, una organización no gubernamental (ONG) con sede en Nueva York, lanzará en octubre un programa de un millón de dólares para mejorar el acceso de mujeres campesinas de Africa al crédito, a la educación y a los insumos agrícolas.
Joan Holmes, presidenta de la ONG, expresó que la iniciativa también permitirá que las mujeres inviertan en tecnología básica para reducir la fatiga de su trabajo, añadió.
El programa otorgará microcréditos a miles de mujeres, en su mayoría con bajo interés, para mejorar su posición financiera y permitirles invertir en empresas agrícolas en pequeña escala.
Como parte de esa iniciativa, el "Premio al Liderazgo" que Proyecto Hambre adjudica anualmente se otorgará este año a las campesinas de Africa "que producen 80 por ciento de los alimentos básicos del continente pero son constantemente ignoradas por gobiernos y programas internacionales de ayuda".
El premio de 1999 será otorgado simbólicamente a una campesina de Burkina Faso en una ceremonia que tendrá lugar en Nueva York el 9 de octubre y que dará el puntapié inicial a la iniciativa.
Entre los anteriores ganadores del premio figuraron el ex presidente sudafricano Nelson Mandela y el profesor Wangaru Maathai, fundador del Movimiento Cinturón Verde en Kenia.
Holmes dijo que las campesinas africanas trabajan semanalmente el doble que los hombres, produciendo, procesando y transportando casi todos los alimentos del continente.
Sin embargo, esas productoras primarias poseen sólo uno por ciento de la tierra. Además reciben menos de siete por ciento de los servicios de extensión agrícola, y menos de 10 por ciento de los créditos para la agricultura disponibles para pequeños granjeros.
Además, las mujeres campesinas trabajan debilitadas por la desnutrición, el analfabetismo, la falta de educación y de poder de decisión en sus familias, comunidades y naciones.
Según Proyecto Hambre, la iniciativa tambien brindará la oportunidad de crear cambios duraderos en las condiciones y bienestar de las 100 millones de mujeres campesinas de Africa y de sus familias.
Las mujeres campesinas "son la fuerza principal en la lucha contra la miseria, el atraso y la dependencia", declaró Celina Cossa, de la Unión General de Cooperativas Agrícolas de Mozambique.
La produccion de alimentos por persona en Africa descendió 23 por ciento en el último cuarto de siglo, dejando a más de un tercio de la población en estado de desnutrición, y más de la mitad en una pobreza persistente.
"Teniendo en cuenta las preocupaciones ambientales sobre la cantidad de tierra cultivable, las inversiones que aumenten la productividad de las campesinas africanas son la clave para terminar con el hambre en el continente", apuntó Holmes.
Las mujeres africanas, con frecuencia ausentes de la creación de políticas que afectan sus vidas, son las primeras estrategas para la iniciativa de Proyecto Hambre, agregó.
Un equipo de líderes de comunidades de base compuesto por mujeres de Africa occidental, oriental y austral está desarrollando un programa para reforzar económicamente a las campesinas.
Un proyecto de microcrédito similar iniciado por el Banco Grameen de Bangladesh es considerado una de las mejores iniciativas del mundo en desarrollo para ayudar a las mujeres pobres.
El embajador Anwarul Karim Cowdhury, de Bangladesh, dijo que su país inició la iniciativa de microcrédito hace más de 20 años, otorgando préstamos sobre todo a mujeres del medio rural.
En febrero de 1997, se realizó en Washington una Cumbre de Microcrédito en la cual el concepto ganó relevancia internacional.
El año pasado la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas adoptó por primera vez una resolución sobre el papel del microcrédito en la erradicación de la pobreza, y declaró que el 2005 será el "Año Internacional del Microcrédito".
"Cuando hablamos del incremento del número de mujeres muy pobres que acceden a las instituciones de microcrédito, nos estamos refiriendo a algo más que una mera extensión de servicios financieros", expresó Sam Daley Harris, director de la Campaña de la Cumbre del Microcrédito.
"Estamos hablando de la posibilidad de iniciar o ampliar un pequeño negocio, de aumentar el ingreso personal, de mejorar la vivienda, de adquirir más alimentos nutritivos, de enviar los niños a la escuela y mucho más", dijo.
Daley Harris dijo que el propósito de la campaña es llegar a 100 millones de las familias más pobres del mundo, especialmente a las mujeres, para el 2005. Los beneficiados recibirán créditos para autoempleo y otros servicios financieros.
Según Daley Harris, en la actualidad hay 34 programas de microcrédito vigentes en el mundo que llegan a 1,1 millón más de mujeres pobres que en los 12 meses posteriores a 1997. En junio, la cantidad de mujeres que eran beneficiadas por esos programas ascendió a 6,9 millones.
Noeleen Heyzer, directora ejecutiva de Unifem, el Fondo de Desarrollo de la ONU para la Mujer, declaró que una de las mayores áreas de preocupación surgida de la Conferencia de Mujeres de Beijing en 1995 ha sido la "feminización de la pobreza".
"El microcrédito y la microfinanzas en las manos de mujeres pueden corregir esos problemas, reducir la proporción de mujeres que viven en la pobreza y romper la cadena de la miseria", manifestó Heyzer.(FIN/IPS/tra-en/td/mk/ego/aq/dv/99