YUGOSLAVIA: Ultimátum de la oposición a Milosevic

Más de 100.000 personas participaron en un acto realizado en las calles de Belgrado el jueves por la noche para exigir la renuncia del presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic.

Todo indica que la lucha por el poder ha comenzado. La oposición mostró su fuerza en las calles y el Partido Socialista, principal integrante de la coalición de gobierno, se declaró dispuesto a convocar a elecciones anticipadas.

Los organizadores de la manifestación del jueves aseguraron que habían participado en ella más de 150.000 personas, y algunos dirigentes opositores dirigieron a Milosevic un arriesgado ultimátum, afirmando que debe renunciar en un plazo de dos semanas o prepararse para enfrentar la desobediencia civil.

Los analistas comentaron que el hecho de que diez dirigentes políticos hayan hablado a la multitud durante la manifestación mostró los problemas de la oposición para establecer un liderazgo unificado, capaz de derrotar al gobierno y de gobernar luego el país.

La oposición yugoslava es una mezcla de nacionalistas, monárquicos, socialdemócratas, economistas a favor del libre mercado, populistas y otros grupos, de los cuales el más popular es el Movimiento para la Renovación de Serbia, encabezado por Vuk Draskovic.

Ese movimiento cuenta con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa y del príncipe heredero de Serbia, Aleksandar Karadjordjevic, quien vive en el exilio.

La manifestación del jueves resultó la mayor de las realizadas contra el gobierno de Milosevic desde 1996-1997, y fue organizada por el "Grupo 17" de expertos en economía independientes.

Ese grupo pide el establecimiento de un gobierno de transición y reformas que implanten una economía de libre mercado, que considera necesarias para la integración del país en la economía mundial.

La economía yugoslava fue destruida este año por dos meses de ataques aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero antes de eso ya sufría una importante decadencia y se había visto seriamente afectada por guerras y sanciones internacionales.

"El pueblo no retrocederá hasta que se implementen los cambios. Milosevic debe irse para que Serbia sea libre. Esta vez llegaremos hasta el final. Es él o nosotros", dijo el dirigente opositor Zoran Djindjic a la multitud, que gritaba "Fuera Slobo" y "bandidos rojos", refiriéndose al Partido Socialista.

Djindjic dio a Milosevic dos semanas para renunciar antes de que "toda Serbia se ponga en pie".

"Si no lo hace, Serbia saldrá a las calles, no sólo en Belgrado sino en todos los pueblos, en 50 pueblos el mismo día. Todos saldremos a la calle con un único mensaje: nos quedaremos hasta que él se vaya. Es Milosevic o Serbia, no puede haber una tercera opción", añadió.

Estados Unidos y la Unión Europea decidieron que no enviarían a Yugoslavia ayuda humanitaria o para la reconstrucción del país mientras Milosevic continuara en su cargo. Washington y Londres aumentaron además su apoyo económico a los partidos y medios de comunicación que procuran la caída del presidente.

Los partidos opositorses culpan a los diez años de gobierno de Milosevic por el estado de la economía, el aislamiento del país y las guerras perdidas en Eslovenia, Croacia, Bosnia y Kosovo desde 1991, cuando comenzó la desintegración de la antigua República Federal de Yugoslavia.

Los socialistas se anticiparon a los acontecimientos el martes, al anunciar que estaban dispuestos a convocar a elecciones anticipadas este año, y que la semana próxima presentarían una propuesta al parlamento con ese propósito.

"No tenemos miedo a las elecciones, son los otros quienes les temen", afirmó el jueves Ivica Dacic, un portavoz del Partido Socialista.

El opositor Draskovic, propietario de una emisora de televisión, también pidió elecciones anticipadas, pero añadió que debían realizarse en el marco de nuevas leyes, entre ellas una que garantice "la libertad de prensa".

"Estamos en prisión, porque en el timón del Estado federal y de la República de Serbia hay personas que llegaron a esa posición en forma accidental, sin que eso dependiera de la voluntad de nuestro pueblo, que está totalmente aislado del mundo", opinó.

Esas personas "deben quedar en el pasado político para que Serbia puede ir hacia el futuro", agregó.

Draskovic fue abucheado por la multitud el jueves, sin embargo, cuando afirmó que era necesario realizar un acuerdo político con la coalición gobernante (integrada por el Partido Socialista, la Izquierda Yugoslava Unida y el Partido Radical Serbio) para establecer un gobierno de transición.

"El gobierno de transición debe integrarse mediante un acuerdo político entre personas responsables, de la oposición por un lado y de los partidos gobernantes por el otro", aseguró, aunque admitió que "gran parte de la oposición no quiere ese tipo de gobierno".

La manifestación de dos horas realizada frente al edificio del parlamento federal terminó sin incidentes. Una bomba de gas lacrimógeno fue arrojada a la multitud al comienzo, pero no causó disturbios, y la presencia de la policía fue discreta.

La televisión estatal se refirió al acto en su programa de noticias nocturno, y dijo que "la manifestación de la OTAN terminó siendo un fracaso".

Las emisoras estatales de radio y televisión habían destacado en los días previos que la fecha de la manifestación coincidiría con el cumpleaños del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y describió a los dirigentes opositores como "mercenarios de la misma gente que bombardeó salvajemente al país".

Los organizadores de la manifestación dijeron que su fecha fue elegida para que coincidiera con la festividad de la Transfiguración de Cristo que celebra la Iglesia Ortodoxa, esperando que representara un símbolo de la transformación de Serbia.

Todos quienes piden un gobierno de transición "quieren que la KFOR (la fuerza militar liderada por la OTAN en Kosovo) se traslade a Belgrado" y "perdonan a Clinton y sus aliados todos los crímenes cometidos en nuestro país", dijo el viceprimer ministro serbio Milovan Bojic el jueves.

Dacic señaló a su vez que el Partido Socialista piensa que hay cosas más importantes que hacer que realizar elecciones anticipadas, pero añadió que estaba "listo para convocarlas este año" si la oposición así lo quería. Las elecciones ordinarias se deberían realizar en el año 2001.

Una encuesta realizada a comienzos de agosto por la firma independiente Partner, entre 1.000 personas de 32 municipalidades de Serbia, indicó que los diversos partidos de oposición obtendrían el voto de 40 por ciento de los consultados, y la coalición gobernante lograría 24 por ciento.

El partido de Draskovic fue el que recibió mayor apoyo entre los entrevistados, con 18,1 por ciento, y el Partido Socialista fue preferido por 13,7 por ciento. (FIN/IPS/tra- en/vpz/ak/at/mp/ip/99

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