Yugoslavia, excluida de casi todos los planes de ayuda de la comunidad internacional, necesita con urgencia 1.200 millones de dólares en asistencia humanitaria, reclamó un economista independiente de este país.
"Si no recibimos ayuda del exterior, creo que este invierno (boreal) veremos una historia de horror aquí", declaró a IPS Zoran Zivkovic, alcalde de Nis, la tercera ciudad de Serbia, y uno de los dirigentes del opositor Partido Democrático.
Serbia y Montenegro son las dos repúblicas de la Federación Yugoslava.
Mientras, el gobierno yugoslavo mantiene su postura desafiante y asegura que la reconstrucción se hará sólo con recursos nacionales, algo que economistas de la organización independiente Grupo de los 17 consideran poco probable.
El primer ministro serbio Mirko Marjanovic pasó 10 días en julio promocionando la reconstrucción de complejos de apartamentos en varias localidades destruidas por las 11 semanas de bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
"La reconstrucción de todas las casas, apartamentos, escuelas y hospitales dañados o destruidos durante la guerra estará concluida para el 1 de noviembre", aseguró el portavoz del gobernante partido Socialista Ivica Dacic.
"Los recursos financieros nacionales serán la base" de la reconstrucción, explicó. Yugoslavia reclama a los países de la OTAN una indemnización económica por los destrozos provocados durante la guerra, y no ayuda, agregó.
Las declaraciones oficiales causaron preocupación a economistas de este país porque las reservas extranjeras antes del comienzo de la ofensiva de la OTAN se calculaban en 180 millones de dólares, y la economía del país ya estaba en mal estado.
Desde que los ataques terminaron en junio, ningún funcionario serbio o del gobierno federal explicó en público el alcance del daño económico causado por la OTAN.
El ministro de Desarrollo Jagos Zelenovic dijo que "nadie tiene hasta el momento datos exactos sobe el daño provocado por la guerra. El daño fue enorme, pero está siendo evaluado por una comisión especial" que aún no anunció sus conclusiones.
Durante la guerra, funcionarios calcularon que el daño ascendía a 100.000 millones de dólares, pero un estudio del Grupo de los 17 señala que la cifra sería de 29.600 millones.
El grupo discrepa con el gobierno en que el país tenga la capacidad de reconstruirse sin ayuda del exterior.
"Sin la ayuda financiera del exterior, Yugoslavia necesitará 15 años para alcanzar el nivel de producción industrial de marzo de 1998, y 25 años más para llegar al de 1989", el año en que el país se desintegró, advirtieron los economistas.
Los ataques de la OTAN provocaron 4.100 millones de dólares de pérdidas por infraestructura y capitales destruidos, así como 2.300 millones más por pérdida de vidas, dijo a IPS Mladjen Dinkic, coordinador del Grupo de los 17.
Los 23.200 millones de dólares que quedan corresponden a oportunidades económicas perdidas para toda la economía, basadas en el valor actual del producto interno bruto (PIB) y en los efectos negativos que se sentirán en los próximos 10 años, agregó.
El PIB descendió 40,7 por ciento este año frente a 1998. "En 1998, el ingreso por habitante anual equivalía a 1.643 dólares, y para 1999 se calcula que será 975", precisó Dinkic.
El cálculo del Grupo de los 17 no incluye, debido a falta de información, la pérdida de vidas de la población albanesa de Kosovo, el daño a las viviendas en esa provincia serbia, ni las pérdidas militares.
El sector más perjudicado por la guerra fue la infraestructura, incluso el sistema de energía eléctrica, con un daño estimado en 805 millones de dólares. Las pérdidas de la industria petrolera se calculan en 600 millones.
Las exportaciones descendieron 55 por ciento este año, y las importaciones 58 por ciento, comparadas con el mismo período de 1998, mientras la producción industrial bajó 44,4 por ciento. El desempleo aumentó de 25,2 a 32,6 por ciento, agregó el estudio del Grupo de los 17.
Unos 72.600 trabajadores perdieron sus empleos cuando las bombas destruyeron sus fábricas, y entre 200.000 y 250.000 más están desempleados porque estaban asociados a las compañías devastadas por la guerra.
"Este sombrío panorama sólo se puede cambiar si Yugoslavia es incluida en el programa de reconstrucción económica del sudeste de Europa", dijo Dinkic.
Yugoslavia necesitará ayuda financiera al menos durante cinco años y requiere "urgentemente 1.200 millones de dólares de asistencia humanitaria, para la renovación de su red de energía eléctrica y estaciones de calefacción, la reconstrucción de puentes y programas de seguridad social", aseguró.
Zivkovic, el alcalde de Nis, dijo que la destrucción de las plantas de electricidad eliminó 70 por ciento de la producción de energía del sur de Serbia.
"La electricidad apenas alcanza para suplir la demanda durante el verano (boreal), porque la mayoría de las fábricas están cerradas, pero es probable que la red energética colapse cuando empiece el tiempo frío", advirtió.
El mismo problema se prevé para toda Serbia, ya que las plantas de energía próximas a Belgrado y en el este de la república también fueron dañadas.
La OTAN destruyó decenas de depósitos de combustible y las dos mayores refinerías de petróleo de Yugoslavia, en Pancevo y Novi Sad.
El país depende de la importación de petróleo y gas para la calefacción de las viviendas. La mayor parte proviene de Rusia, que se opone al aislamiento de Belgrado defendido por Estados Unidos y Gran Bretaña.
Para peor, Yugoslavia tuvo una de las peores cosechas de los últimos años. Debido a los bombardeos de la OTAN, los preparativos para la siembra durante la primavera fueron incompletos ya que los granjeros padecieron escasez de combustible y fertilizantes.
La OTAN destruyó la principal fábrica de fertilizantes de Onacevo en abril.
El 28 de julio, representantes de gobiernos reunidos en Bruselas prometieron 2.000 millones de dólares en ayuda humanitaria y para la reconstrucción de Kosovo, y 39 jefes de Estado reunidos en Sarajevo firmaron el día 30 un "pacto de estabilidad" para los Balcanes.
Así mismo, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, anunció un paquete de incentivos por 150 millones de dólares para los inversores estadounidenses en la zona, y exenciones impositivas por 550 millones de dólares para las importaciones procedentes de países de los Balcanes.
Pero Yugoslavia ha sido excluida de las iniciativas humanitarias y de reconstrucción mientras permanezca en el poder el presidente Slobodan Milosevic.
En este sentido, el primer ministro británico Tony Blair anunció durante el fin de semana un fondo de 4,5 millones de dólares para financiar partidos políticos y medios de comunicación opositores en Serbia. (FIN/IPS/tra-en/vpz/ak/aq/dv/99