La Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe hacer más para ayudar a instaurar un gobierno de unidad nacional en Somalia, recomendó el secretario general del foro mundial, Kofi Annan.
Annan también sugirió que se instalen nuevamente en Somalia programas y organismos de la ONU que operan desde hace años fuera del país del Cuerno de Africa, así como la creación de un fondo fiduciario para respaldar su proceso de paz.
Las recomendaciones que formuló el miércoles Annan al Consejo de Seguridad, integrado por 15 estados, coincidieron con las advertencias de voluntarios de organismos humanitarios de la ONU sobre el avance de la hambruna en territorio somalí.
"En las zonas meridionales y centrales, más de un millón de personas padecen una grave escasez de víveres, y de ellas 300.000 necesitan urgente asistencia alimentaria", informó Annan.
"La situación de seguridad alimentaria a largo plazo es alarmante y probablemente se deteriorará debido a la actual incertidumbre y las malas perspectivas de la cosecha", dijo.
El mes pasado, la ONU lanzó un llamado de alerta y pidió 17,5 millones de dólares para cubrir las necesidades alimentarias del centro y el sur del país hasta fin de año.
No obstante, la respuesta de los donantes a la crisis ha sido mínima, mientras Somalia carece de un gobierno central desde 1991, tras el derrocamiento del dictador Siad Barré, expresó Annan.
Si bien los donantes siempre respondieron a las "terribles imágenes del hambre", el apoyo a conflictos que ya no son objeto de la atención de la prensa se esfumó, dijo el subsecretario general de la ONU, Sergio Vieira de Mello, la semana pasada.
"Somalia es uno de los países afectados por la falta de interés público y de la prensa", apuntó.
Así mismo, Somalia representa un dilema para la ONU, desde que más de 100 miembros de la misión de paz internacional murieron junto con 10.000 somalíes en 1993.
Ese fue el año en que la Operación de la ONU en Somalia (Unosom) se enfrentó a facciones somalíes en el intento fallido de capturar al líder de un clan en Mogadiscio.
El fracaso de la ONU abochornó a Estados Unidos, que había puesto en funciones a su fuerza de intervención rápida en coordinación con Unosom, y que retiró rápidamente a sus soldados luego de que fueron emboscados en Mogadiscio ese año.
En 1994, Unosom cesó sus actividades y dejó sólo un puñado de operadores de ayuda para lidiar con la crisis somalí.
Los problemas del país no disminuyeron con el tiempo, señaló Annan en el informe del miércoles.
"Poco o ningún desarrollo ha tenido lugar en Somalia en 10 años. En efecto, el proceso de desarrollo del país se invirtió. En casi todos los índices de desarrollo, Somalia figura como una de las naciones más pobres y necesitadas del mundo", agregó.
Desde que cayó el gobierno central en 1991, la mayoría de los niños somalíes carecen de atención médica o de enseñanza pública, la infraestructura estatal fue saqueada y gran parte de la población carece de muchos servicios básicos, como las comunicaciones y la electricidad.
La situación se estabilizó en el noroeste, donde Mohammed Ibrahim Egal fundó por su cuenta el "estado" de Somalilandia, y en el nordeste, donde el coronel Abdullah Yusuf creó el "estado" de Puntlandia.
La comunidad internacional no reconoció la independencia de esos estados, y ONU concentra sus gestiones en mantener la unidad del país.
Según Annan, todavía existe un grave conflicto en el centro del país, incluso en Mogadiscio y la zona adyacente de Benadir, donde fracasaron las gestiones del año pasado para instalar una administración y una fuerza de policía regionales, pagadas por el gobierno de Libia.
La lucha entre clanes resurgió en marzo en Mogadiscio y la fuerza policial fue retirada luego de que cesara la financiación libia durante su primer semestre de vida.
Dos jefes de facciones en guerra, Alí Mahde Mohammed y Hussein Aideed, aseguraron a la ONU que desean reponer la fuerza policial y la administración de Benadir. No obstante, vastas áreas de Somalia siguen divididas como en 1991 por la lucha entre clanes.
Annan dijo que dos países vecinos, Eritrea y Etiopía, que luchan entre sí desde hace un año por cuestiones fronterizas, fueron acusados de proporcionar armas a Somalia a pesar del embargo de la ONU.
Ambos países negaron los cargos, pero no hay fuerzas de la ONU en Somalia que puedan confirmar los hechos.
A pesar de la descripción de la ONU sobre las necesidades de Somalia, las recomendaciones de Annan son relativamente modestas.
En parte, eso refleja el impacto que tuvo el fracaso de Unosom en 1993 y que aún limita el apoyo occidental a una operación en gran escala de la ONU en Somalia.
Además, pocos diplomáticos creen que la fragmentación del país pueda permitir algún tipo de programa de reconstrución.
"A pesar de ocho años sin la existencia de un Estado, se puede decir que Somalia aún no se encuentra en un estado en que la situación política podría conducir a una solución rápida", arguyó la Autoridad Intergubernamental de Desarrollo, uno de los organismos africanos mencionados para encarar la reconstrucción en el país. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ego/aq/dv-ip/99
