El presidente de Sierra Leona, Ahmed Tejan Kabbah, se declaró consternado por un informe de Unicef que criticó la situación de la salud en este país africano y los abusos que sufrieron niños y niñas a raíz de la guerra civil entre el gobierno y fuerzas rebeldes.
El estudio es parte del informe Progreso de las Naciones 1999, divulgado a fines de julio por Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), y revela que 30 por ciento de los niños morirán de enfermedades curables antes de cumplir los cinco años.
"Como presidente, es doloroso saber que Sierra Leona es el segundo país más peligroso del mundo para vivir", declaró Tejan Kabbah.
El presidente sostuvo que el informe no debería "deprimir" a la población sino alentarla a "mejorar las condiciones de vida de nuestros niños".
"Es muy probable que aumente rápidamente el número de muertes por sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y el de niños que queden huérfanos por esa causa", advirtió la representante de Unicef en el país, Joanna Nan Gerpen.
Muchas niñas y jóvenes secuestradas durante la guerra civil fueron violadas y utilizadas como esclavas sexuales de las fuerzas rebeldes, algunas de las liberadas resultaron portadoras del virus del sida, y otras volvieron embarazadas.
El conflicto estalló en 1991, cuando el ex comandante del ejército Foday Sankoh, ahora líder del Frente Revolucionario Unido, inició una guerra de guerrillas para derrocar al entonces presidente Joseph Momoh.
La paz se recuperó el 7 de julio, cuando las negociaciones que organizó el presidente de Togo, Gnassinege Eyadema, concluyeron con la firma de un cese del fuego y un acuerdo de poder compartido entre los rebeldes y el gobierno.
Una niña de dos años, Memuna Mansaray, a quien los rebeldes amputaron una mano, fue llevada a la ceremonia de firma de cese del fuego como símbolo de los abusos cometidos contra los niños durante la guerra.
Más de 200.000 niños abandonaron la escuela y unos 10.000 fueron separados de sus familias durante la guerra, según cifras oficiales. Cerca de 3.000 niños fueron reclutados a la fuerza por los rebeldes, y 1.500 integraron las milicias favorables al gobierno.
El Representante Especial para la Infancia y Conflictos Armados del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Olara Otunnu, visitará el país este mes "para estudiar las necesidades de los niños de la posguerra y las maneras concretas de suplir esas carencias".
"Los derechos, la protección y el bienestar de los niños son de los problemas más importantes de Sierra Leona, ahora que finalizó el brutal conflicto. La comunidad internacional debe lograr que el bienestar infantil sea la parte más importante, completa y duradera de cualquier proceso de paz", declaró Otunnu.
Cerca de 500 niños ex combatientes se reunieron con sus familias desde que se firmó el acuerdo, según la Agencia Adventista del Séptimo Día para la Ayuda y el Desarrollo.
El acuerdo de Lomé exige la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos y combatientes, pero aunque el gobierno lo cumplió casi totalmente, los rebeldes aún no dejaron en libertad a todos los niños y niñas secuestrados y tomados como soldados. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/ceb/aq/ip-hd/99