Egipto y Arabia Saudita están divididos internamente por la candidatura a la dirección general de la Unesco, en una disputa que fragmentó incluso a la familia real saudí.
El puesto quedará vacante a fin de año, y los principales candidatos son el egipcio Ismail Serageldin, actual vicepresidente del Banco Mundial, y Ghazi Algosaibi, embajador de Arabia Saudita en Gran Bretaña.
Según periódicos árabes, el rey Fahd de Arabia Saudita telefoneó al presidente egipcio Hosni Mubarak en busca de apoyo para la candidatura de Algosaibi.
Como resultado, sostienen los medios, el gobierno de Egipto no respalda públicamente a su propio aspirante, pese a que Serageldin fue aprobado como candidato único de Africa por la Organización de Unidad Africana, de 52 miembros, que Egipto integra pero Arabia Saudita no.
Por otra parte, la Liga Arabe, que incluye a ambos países entre sus 22 miembros, apoyó a Algosaibi por unanimidad, aunque Egipto e Iraq expresaron reservas.
Según Serageldin, algunos funcionarios egipcios anunciaron que "promoverán su candidatura por otros medios".
Algosaibi cuenta también con la aprobación unánime del Consejo de Cooperación del Golfo, integrado por Arabia Saudita, Bahrain, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Oman, y Qatar.
Sin embargo, aunque el rey Fahd lo respalda incondicionalmente, hay voces de disentimiento dentro de la familia real saudí acerca de su candidatura.
En una conferencia de organizaciones no gubernamentales celebrada en El Cairo, el príncipe Talal bin Abdel Aziz, hermano del rey Fahd y reconocido por su apoyo a Unicef, declaró públicamente su respaldo a Serageldin.
Cuando se le recordó que hay un candidato saudí para el cargo, Talal respondió que a Arabia Saudita no le conviene exponerse a "cuestiones políticamente sensibles", según el diario Al Quds al Arabi.
Esas cuestiones comprenden los derechos humanos, la libertad de prensa y la potenciación de la mujer, todas las cuales forman parte del mandato de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Otros medios de prensa especularon con que Algosaibi tendría dificultades para establecer la credibilidad de su candidatura entre muchos estados miembros de la Unesco, así como entre grupos defensores de los derechos de la mujer.
Un funcionario de la Unesco declaró anónimamente que el organismo defiende la libertad de expresión y los derechos de la mujer, "algo que no caracteriza a Arabia Saudita, donde las mujeres no pueden siquiera conducir vehículos en la vía pública", de acuerdo con la revista Nature.
Por su parte, Serageldin cuenta con la aprobación de 34 laureados con el premio Nobel y más de 200 personalidades del campo de la educación, la ciencia, los derechos humanos y la cultura.
Los premios Nobel que lo respaldan incluyen al arzobispo sudafricano Desmond Tutu, al líder independentista de Timor Oriental José Ramos Horta, a los escritores Wole Soyinka y Nadine Gordimer y al economista James Tobin.
"Estas personalidades son las que en realidad tienen peso en la Unesco", dijo Serageldin a IPS.
"Si este grupo pudiera decidir, yo sería elegido director general, pero lo triste de las elecciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) es que están dictadas por la política", declaró.
Serageldin consideró que los intereses de la ONU "estarían mejor servidos si se eligiesen personas con sólidas credenciales para cumplir con el mandato de la institución".
"Soy optimista y por eso confío en que se hará lo correcto en el caso de la Unesco", agregó.
Los delegados de Asia en la ONU señalaron que la dirección de Unesco siempre estuvo en manos de ciudadanos de Europa, Africa y América Latina, y que por lo tanto el próximo director debe proceder del continente asiático y no de Africa.
Además, arguyeron, Egipto ya ocupa la jefatura de un organismo de la ONU. Se trata de la Agencia Internacional de Energía Atómica, cuyo director general es el egipcio Mohamed el-Baradei.
El ex canciller australiano Gareth Evans se echó al ruedo en julio en un esfuerzo de Australia por ser reconocida como parte de la región Asia-Pacífico, aunque integra el grupo de Europa Occidental en la ONU.
Los otros cuatro candidatos declarados son el embajador Matsuuara Koichiro, de Japón, la subsecretaria Rosario González Manalo, de Filipinas, el embajador Senake Bandaranayake, de Sri Lanka, y el embajador M. Makagiansar, de Indonesia, la mayoría de ellos establecidos en París, sede de la Unesco.
La Junta Ejecutiva de la Unesco, integrada por 58 miembros y facultada para elegir al nuevo director general, se reunirá el próximo 10 de septiembre.
Los siete candidatos deberán presentar una ponencia de 2.000 palabras, en inglés y francés, expresando su visión sobre el organismo.
La Junta volverá a reunirse en octubre para una entrevista minuciosa de los candidatos, y a fines de octubre recomendará uno o varios a la Conferencia General de la Unesco, de 186 miembros, para la aprobación final. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/mlm/ip/99