El ataque perpetrado esta semana por fuerzas disidentes en Liberia desestabilizará al país y pondrá en peligro a toda la región de Africa occidental, advirtió el presidente Charles Taylor.
La vecina Guinea presta su apoyo a los disidentes y permite que su territorio se utilice como "plataforma de lanzamiento de las actividades subversivas", acusó Taylor el miércoles en un comunicado de prensa.
El presidente declaró el estado de emergencia en el condado de Alto Lofa, situado en la frontera septentrional con Guinea, y alentó a todos aquellos ciudadanos que no tienen impedimentos físicos a alistarse en el ejército.
La ciudad de Kolahun y las localidades vecinas fueron invadidas por milicianos insurgentes, lo cual llevó a muchas personas a huir de la región, informó la radio de Liberia.
No se informó aún sobre las víctimas, y tampoco se conoce con exactitud la identidad de los invasores. Sin embargo, está claro que los insurgentes entraron por la frontera de Guinea y expulsaron a las tropas del gobierno.
El ataque tomó por sorpresa al ejército, aseguró el periodista Sam Howard este jueves.
"Las fuerzas de seguridad no esperaban el ataque y varios testigos me dijeron que muchos heridos fueron trasladados a Monrovia para recibir atención médica", relató Howard.
Esta vez el gobierno no acusó a ningún líder, a diferencia de lo que hizo en junio, cuando a raíz de una incursión similar, las autoridades responsabilizaron al líder opositor exiliado, Alhaji Kromah, que perdió las elecciones presidenciales de 1997.
"Como comandante en jefe de las fuerzas armadas, ordené la movilización completa de las tropas para contener la situación", declaró Taylor este jueves.
El problema es muy complejo, según los analistas políticos. Guinea, Liberia y Sierra Leona tienen fronteras comunes.
Además, Liberia y Sierra Leona padecen desde hace ocho años cruentas guerras civiles que los han empobrecido.
"La subregión es frágil, hay hombres armados que atraviesan la frontera hacia todos lados, y la existencia de un conflicto en uno de los tres estados significa problemas en los otros dos", explicó a IPS este jueves el analista político John Kamara, de la Universidad de Sierra Leona.
Diplomáticos en Freetown confirmaron el secuestro de seis trabajadores humanitarios europeos que se encontraban en la región, si bien aún no puede asegurarse que dicha desaparición esté relacionada con la incursión de los rebeldes en Liberia.
"Si (las autoridades) no controlan a los rebeldes de Liberia, el proceso de paz de Sierra Leona colapsará y la subregión quedará otra vez sumida en el caos", advirtió un diplomático occidental en Freetown.
Las fuerzas de Guinea están atacando los puestos de los insurgentes del Frente Revolucionario Unido de Sierra Leona situados en la frontera entre ambos países y Liberia, aseguró esta semana Sam Bockarie, un comandante rebelde.
Bockarie amenazó con una guerra en toda la región si continúan los presuntos ataques a sus milicianos. Las autoridades de Guinea rechazaron las acusaciones por falta de pruebas y manifestaron su compromiso con el mantenimiento de la paz regional.
Liberia cerró su frontera con Guinea y puso a sus soldados en alerta máxima. Hace apenas dos años que se terminó la guerra civil liberiana, cuyo saldo fue la muerte de más de 200.000 personas, en su mayoría civiles.
Hubo elecciones en 1997 y Taylor, el líder de la principal facción rebelde, el Frente Patriótico Nacional de Liberia, fue electo presidente.
Pero el gobierno de Taylor fue denunciado por violar los derechos humanos, y la lentitud de los procesos de recuperación económica y nacional causan inquietud.
Taylor hizo muchas promesas desde que asumió el poder, pero aún no logró mejorar la calidad de vida de su pueblo. La capital aún no cuenta con electricidad ni agua corriente.
Los principales líderes de la oposición huyeron del país. Las autoridades de Sierra Leona temen que la inestabilidad de Liberia afecte a su país, que vive en guerra desde marzo de 1991. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/ceb/aq/ip/99
