Al gobierno de Japón le preocupa la posibilidad de que Corea del Norte pruebe un nuevo misil de 6.000 kilómetros de alcance, más poderoso que otros lanzados previamente, lo cual se agrega a las tensiones existentes en Asia oriental.
Corea del Norte acusa a Japón de ser la mayor amenaza a la seguridad regional y protestó contra un ejercicio naval conjunto que realizan fuerzas japonesas y sudcoreanas.
Así mismo, Tokio observa con inquietud, al igual que el resto de Asia, las tensiones entre China y Taiwan y la prueba que realizó Beijing el lunes con un nuevo misil de largo alcance.
El lanzamiento del misil tierra a tierra fue una demostración de fuerza en principio dirigida a amedrentar a Taiwan, pero el asunto se sumó a los temores con respecto de la inseguridad de la región.
Eso se debe a que la prueba, anunciada por la agencia de noticias estatal Xinhua, tiende a socavar las gestiones de la comunidad internacional para impedir que Pyongyang haga una segunda prueba con misiles.
Este jueves se reanudaron en Ginebra las negociaciones para lograr la paz en la península coreana, en las que participan Corea del Norte, Corea del Sur, China y Estados Unidos, los cuatro actores que lucharon en la guerra de Corea (1950-1953).
A Tokio le preocupan los planes de Pyongang porque Corea del Norte ya lanzó un misil de prueba el 31 de agosto pasado que sobrevoló Japón antes de caer en el océano Pacífico.
Corea del Norte es uno de los principales peligros para la seguridad de Japón, según un informe oficial del gobierno dado a conocer el martes. Este reconocimiento expresa el temor de Tokio a una posible amenaza militar, la primera después de más de 50 años de paz tras la segunda guerra mundial.
El peligro es "muy real" esta vez, según el documento. Los observadores de Corea del Norte ya manejan varias fechas posibles en los próximos meses en que Pyongyang podría probar su misil Taepo Dong-2, que se cree tiene un alcance de hasta 6.000 kilómetros.
"El asunto del misil no preocupa sólo a Asia, sino a toda la comunidad internacional", reza el informe de Defensa.
El director de la Defensa, Hosei Norota, interrogado la semana pasada en el Parlamento, aseguró que el día 15 es la fecha más cercana en la cual Corea del Norte podría hacer su prueba de lanzamiento, ya que ese día celebra su liberación de Japón.
Otras fechas posibles son el 31 de agosto, día del lanzamiento del año pasado, o el 9 de septiembre, cuando se cumple el 51 aniversario de la fundación de Corea del Norte, agregó Norota.
Los diarios japoneses publicaron declaraciones alarmantes que reflejan el temor de que un misil destruya las plantas de energía nuclear de Japón. Quince de los 53 reactores con los que cuenta el país están ubicados en zonas pobladas.
Barcos espías norcoreanos penetraron en aguas japonesas del oeste del país, donde se encuentra la mayoría de los reactores nucleares, según informaron los medios de comunicación locales.
Cuatro hombres muertos, con uniforme militar de Corea del Norte, aparecieron en la costa del Mar de Japón entre diciembre y enero de este año, advirtieron los medios.
La inquietud de Japón por las pruebas con misiles de Corea del Norte marcaron profundamente a la defensa japonesa, y suavizaron la tradicional actitud reacia a desarrollar la fuerza militar del país luego de la guerra del Pacífico.
La reacción de Tokio a la prueba con misiles de Corea del Norte en agosto del año pasado, que lo tomó desprevenido, fue reforzar su programa de defensa.
"Este hecho perturbó profundamente a Japón, y muchos se percataron de que Estados Unidos no podría protegerlos de… Pyongyang", observó Robert Madsen, del Centro de Investigación sobre Asia-Pacífico de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
Tokio aumentó su participación en el programa de misiles de Estados Unidos, dio mayores facultades a sus fuerzas de defensa y anunció planes para desarrollar satélites de reconocimiento para el 2002 que mejorarán su capacidad de inteligencia en Asia.
El informe de la Defensa también recomienda lanzar espías satélites para vigilar la evolución de los misiles norcoreanos.
En julio, los medios de comunicación informaron que las fuerzas aéreas japonesas estudiaron en secreto la posibilidad de lanzar un ataque por aire contra una base de misiles en Rodong, en la costa oriental de Corea del Norte. El estudio supuso que la ofensiva no tendría el apoyo de las fuerzas estadounidenses instaladas en Japón.
El gobierno japonés considera que las relaciones con Corea del Norte se resintieron cuando Tokio, después de la prueba del misil norcoreano en agosto pasado, suspendiera los fondos a Pyongyang para construir reactores de agua liviana como parte de un acuerdo para impedir el desarrollo de su programa nuclear.
En octubre, Japón reanudó su compromiso para ofrecer préstamos sin intereses, pero el diálogo bilateral entre los dos países se deterioró.
Ahora, los temores del público sobre la posibilidad de que Corea del Norte pruebe otro misil presionan al gobierno para que amenace con congelar su financiación.
Japón también considera aplicar sanciones más severas como la prohibición del envío de remesas a Corea del Norte si este país lleva a cabo la prueba.
El principal diario japonés, el Yomiuri Shimbun, sostuvo el miércoles que el apoyo del público para reforzar la seguridad del país es mayor que nunca, ya que tiene el 70 por ciento del respaldo de los encuestados.
Los encuestados identificaron a Corea del Norte como la mayor amenaza para Japón, y dijeron que es capaz de atacar a este país.
Pero las medidas que tome Japón para lograr la autosuficiencia en materia de defensa podrían tener consecuencias adversas, como las sospechas de vecinos que no olvidan el imperialismo japonés de la segunda guerra mundial.
En Corea del Sur, algunas voces señalan que, aunque es comprensible que Japón reaccione reforzando su capacidad militar, esa medida no deja de preocupar.
"Los 'pasos defensivos' de los japoneses son una nueva fuente de preocupación ya que creemos que los proyectos emprendidos convertirán a Japón nuevamente en una potencia militar", advirtió el diario en inglés Korea Herald, el domingo.
"Los japoneses deben ser más sensibles hacia las inquietudes de sus vecinos. Muchos coreanos y chinos aún se sienten amenazados por el posible renacimiento del militarismo y nacionalismo japoneses", agregó el órgano de prensa. (FIN/IPS/tra-en/sk-js/js/ceb-aq/ip/99