Richard Holbrooke fue nombrado hoy embajador de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en una breve ceremonia realizada en la sede del foro mundial en Nueva York.
Holbrooke, que obtuvo el cargo luego de luchar por él durante 14 meses en el senado estadounidense, liderado por el opositor Partido Republicano, se propone viajar de inmediato a Kosovo, entre otros sitios candentes de los Balcanes, para reunirse con funcionarios de la ONU e informarse sobre los últimos hechos.
El nuevo embajador viajará este viernes a Pristina, la capital de Kosovo, y luego visitará Albania, Macedonia y Bosnia- Herzegovina.
A pesar de la ceremonia de este miércoles, el cargo de Holbrooke será oficial recién después de que presente sus credenciales diplomáticas al secretario general de la ONU, Kofi Annan, lo cual está previsto para septiembre.
Funcionarios del gobierno estadounidense recalcaron que el viaje de Holbrooke a los Balcanes es una muestra de la importancia que Washington pretende darle al trabajo de la ONU en esa región.
Holbrooke subrayó que "Kosovo, y la aplicación (del proceso) de la paz allí y en los Balcanes, al igual que en Bosnia, es una gran prueba para la ONU", comentó el portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, James Foley.
El nuevo embajador posee experiencia en esta región. Holbrooke tuvo un papel decisivo en las negociaciones de 1995 que cesaron la guerra de Bosnia-Herzegovina con la firma de los Acuerdos de Paz de Dayton.
Así mismo, negoció varias veces con el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, en los últimos años, pero en este viaje no se ocupará de eso, anunciaron sus asistentes.
Holbrooke no conversará con ninguno de los acusados de haber cometido crímenes de guerra, advirtieron sus asistentes, subrayando las acusaciones contra Milosevic que formuló públicamente en junio el tribunal de la ONU encargado de la ex Yugoslavia.
La designación de Holbrooke superó tantos obstáculos como los éxitos diplomáticos que obtuvo en los Balcanes. El presidente estadounidense Bill Clinton lo nombró sucesor del embajador Bill Richardson, actual secretario de Energía, en 1998.
Holbrooke debió enfrentar entonces varios meses de investigaciones sobre su ética, y la oposición de varios senadores republicanos.
Esos problemas causaron un retraso de meses, hasta que el Senado votó su nombramiento a comienzos de este mes. Pero los problemas de Holbrooke no se terminaron al concretarse su designación, según los observadores.
El nuevo embajador tiene sólo 18 meses para actuar en la ONU, antes del término de la presidencia de Clinton.
En ese tiempo deberá lidiar con la resistencia cada vez mayor de la ONU a aceptar la intervención de Estados Unidos porque Washington le debe 1.600 millones de dólares al foro mundial, gran parte por atrasos en el pago de su cuota.
Funcionarios de la ONU advirtieron que si Washington no paga más de 350 millones de dólares antes del fin de diciembre, Estados Unidos podría perder su derecho a votar en la Asamblea General, integrada por 185 miembros.
El Senado de Estados Unidos aceptó pagar las deudas del país con la ONU a cambio de que el foro mundial acepte su propia reforma, declaró Marc Theissen, portavoz de Jesse Helms, el presidente derechista del Comité de Relaciones Exteriores de esa cámara.
La condición más discutida es que Estados Unidos pague, en el futuro, sólo 20 por ciento de los costos anuales de la ONU, en lugar del 25 por ciento establecido hasta ahora. Fuentes de la organización advirtieron que es improbable que el resto de los países miembros acepten dicho requisito.
De todos modos, es posible que los republicanos del Congreso intenten condicionar nuevamente el pago de la deuda a la reducción del apoyo que Washington destina a grupos que apoyan el aborto en otros países, advirtió Theissen.
Pero Clinton ya se opuso anteriormente a condiciones similares impuestas por los republicanos. Sin embargo, los problemas de Washington en la ONU no se deben simplemente a las deudas impagas.
Varias decisiones tomadas en forma unilateral por Estados Unidos, entre las cuales figuran los ataques aéreos de diciembre contra Iraq, apoyados por las fuerzas británicas, irritaron a los demás miembros de la ONU, que temen que se debilite la capacidad del Consejo de Seguridad para resolver disputas internacionales.
Las opiniones del Consejo acerca de los ataques aéreos contra Iraq están divididas desde el principio.
Es probable que esa disputa, junto con las referidas al futuro de Kosovo, el conflicto de Africa central y el proceso de autodeterminación de Timor Oriental, dominen el orden del día del Consejo el próximo mes, cuando Holbrooke asuma su nuevo cargo. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ceb/aq/ip/99
