ECUADOR: El terremoto en Turquía revive viejos fantasmas

El terremoto que dejó 12.000 muertes y 30.000 desaparecidos en Turquía puso otra vez en cuestión la política de prevención de Ecuador, un país de alto riesgo sísmico.

Según técnicos del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, el peligro de un terremoto en Ecuador, como en otros países de América del Sur, se debe a la Placa de Nazca, una masa de piedra volcánica que se extiende por el océano Pacífico, desde el sur de Chile hasta el norte de Colombia.

Esta placa hace presión permanente para introducirse en la masa continental. Cuando gana espacio, resquebraja la corteza terrestre en extensas áreas, provocando sismos que por su intensidad han figurado entre los más fuertes del planeta.

Aunque toda la costa de Chile, Perú, Ecuador y Colombia está expuesta a ese fenómeno, el seguimiento histórico determina que los dos lugares más peligrosos se ubican en la franja que va de Paral en Perú a Machala en Ecuador, y la que va de Bahía de Caraquez en Ecuador a Tumaco en Colombia.

Como otras veces en que se produjeron terremotos dentro o fuera del país, en estos días los ecuatorianos volvieron a preguntarse sobre la posibilidad de prevenirlos.

El Instituto de Geofísica ha desarrollado una Red Nacional de Sismógrafos que cubre la mitad del territorio. "El objetivo de las investigaciones sismológicas en Ecuador es contribuir a la cuantificación y reducción del riesgo sísmico", dijo el Ingeniero Hugo Yépez, director del Instituto.

Según Yépez, la evaluación del peligro empieza por entender los procesos físicos que generan terremotos en el país, las posibilidades de sismos futuros, la valoración de los efectos directos e indirectos y la aplicación de los resultados en la comunidad para reducir el impacto.

Está en marcha un proyecto para elaborar el mapa sísmico del Ecuador, iniciado en 1997 por científicos de la Escuela Politécnica Nacional con el apoyo de Instituto Francés de Investigación Científica en Cooperación.

La primera etapa de este proyecto, que durará hasta el 2002, se realizó a bordo de El Atalante, una embarcación científica francesa que efectuó estudios en las zonas oceánicas con más riesgo de sismos en el país y América del Sur.

Para eso recorrió miles de kilómetros desde Puerto Montt en Chile hasta Esmeraldas en Ecuador, y en el trayecto recogió información que almacenó en su sistema de computación, en especial sobre la Placa de Nazca.

Durante la investigación se utilizó una tecnología avanzada para obtener y procesar datos que permitan "mapear" el fondo oceánico.

"Para quienes no viven en un país sísmico, hablar de esto tal vez los lleve a pensar en la película 'Terremoto', que marcó época en el cine catástrofe. Para los habitantes de Ecuador, el sismo no es un fenómeno del cine sino parte de una realidad con la que debemos convivir", aseguró Yépez.

El sismo más fuerte de este siglo ocurrió en 1987, en la provincia amazónica de Sucumbíos, fronteriza con Colombia. Con 6,5 grados de intensidad en la escala de Richter, causó la desaparición de 3.000 personas y grandes daños materiales.

Ecuador sufrió a lo largo de su historia la acción de decenas de sismos de distinta intensidad que han costado muchas vidas y recursos. El último fue en 1997, en el balneario Bahía de Caraquez, ubicado en la provincia costeña de Manabí, sobre el océano Pacífico.

En esa oportunidad, aunque cayeron edificios, murieron solo diez personas porque faltaban tres días para el comienzo de la temporada turística y la mayoría de las viviendas todavía estaban deshabitadas.

En los próximos meses, otra embarcación iniciará la segunda parte del proyecto, con investigaciones para mapear estructuras geológicas más profundas.

El documento final, que detallará el país sísmico, sus epicentros y las áreas de mayor peligro, saldrá de los estudios realizados en los dos barcos complementados con los de otros científicos del Instituto Geofísico que recogieron información sobre los fenómenos telúricos en zonas alejadas de la costa.

Luego se instrumentará la simulación de terremotos por computador, con la finalidad de establecer probabilidades y consecuencias de los mismos.

Finalmente se implementará un sistema de alarmas y de emergencia en las zonas más amenazadas por los sismos.

Para Yépez, el mapa es fundamental en la prevención de futuros terremotos porque el primer paso para la reducción de los daños es tener diagnósticos adecuados y vigilancia científica del peligro sísmico.

El científico consideró que además de las investigaciones científicas es necesario preparar al país en el campo socioeconómico y político para que se tenga una mayor conciencia sobre el riesgo de los terremotos futuros.

"Los desastres naturales son un reflejo de la vulnerabilidad social de un país que está siempre esperando la llegada casi inexorable del terremoto. Los desastres no son naturales, los peligros son naturales. La vulnerabilidad depende de los seres humanos", concluyó Yépez.

Aunque Mariana de Jesús, la santa ecuatoriana, predijo en el siglo XVI que su país no se destruiría por un sismo "sino por los malos gobernantes", con el terremoto turco revivió el fantasma. (FIN/IPS/kl/mj/en/99

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