La huelga en los puertos de Chile, de los que depende el comercio exterior de la mediterránea Bolivia, puso en evidencia la fragilidad del régimen de libre tránsito acordado en 1904 entre los dos países.
El conflicto sindical también alienta en Bolivia la búsqueda de una solución a la falta de una salida soberana al océano Pacífico, la que perdió a manos de Chile en la guerra de 1879.
En eso coinciden gobierno y empresarios después de calcular que Bolivia perdió unos 40 millones de dólares por la primera huelga de estibadores en los puertos chilenos este mes.
Casi toda las importaciones y exportaciones bolivianas utilizan los puertos chilenos, en especial el de Arica.
Aunque estibadores eventuales están actualmente dispuestos a dar curso a las compras y ventas bolivianas, lo que constituye una solución temporal, el gobierno de Hugo Banzer considera que la mejor solución es la obtención de una salida libre y soberana al Pacífico.
El canciller boliviano, Javier Murillo, se pronunció el miércoles por buscar una solución definitiva al problema del enclaustramiento boliviano, con mayor razón que antes.
Sin embargo, Murillo recordó que Chile está obligado a garantizar la libre circulación de los productos que salen y entran a territorio boliviano mientras esa solución no llega.
La preocupación por el incumplimiento de ese acuerdo a raíz del conflicto sindical en Chile será planteada por el gobierno boliviano en la próxima reunión del Mecanismo de Consulta Política de ambos países, que se realizará el 12 de septiembre en Arica.
"En esa oportunidad, nosotros les haremos notar (a los chilenos) que ellos tienen que adoptar todas las medidas y acciones que permitan el cumplimiento efectivo en el régimen de tránsito establecido entre los dos países, estipulado en el Tratado de 1904", dijo el canciller Murillo.
Paralelamente, la persistencia del problema de los paros en los puertos chilenos obliga al gobierno de Bolivia a habilitar puertos alternativos en el océano Pacífico, como los de Ilo y Matarani en Perú.
Además, se plantea la utilización de la Hidrovía Paraguay- Paraná, que sale al océano Atlántico a través de los cuatro países del Mercosur.
Adhemar Guzmán, viceministro de Exportaciones dependiente del Ministerio de Comercio Exterior, asegura que lo más adecuado es trabajar en esas soluciones alternativas con la perspectiva de utilizarlas en el mediano plazo.
La principal dificultad para emplear los puertos peruanos es la mala infraestructura vial. Las carreteras no están asfaltadas en el lado boliviano.
Tanto el gobierno como los empresarios son conscientes de que los puertos peruanos aún no son alternativas inmediatas como vía para las exportaciones bolivianas.
Guzmán sostuvo que todavía resta mucho para que los puertos de Perú sean una opción válida para Bolivia.
Juan Carlos Cremer, presidente de la Cámara de Exportadores de Bolivia, señala que los puertos de Ilo y Matarani son utilizados solo en casos de emergencia, pero que se consolidarán como alternativas reales y convenientes en la medida en que concluyan las obras en las carreteras.
El tramo peruano de acceso al puerto de Ilo será inaugurado por el gobierno de Alberto Fujimori a fines de este año, mientas que en el lado boliviano aún falta construir unos 20 kilómetros.
En el sector privado, los empresarios son conscientes de que la temporalidad de la solución parcial que en estos días permite la carga con origen o destino boliviano no se detenga.
Roger Longaric, director ejecutivo de la Administración de Servicios Portuarios de Bolivia, afirmó que el conflicto, originado por la privatización de los puertos chilenos, es más complejo de lo que parece y que, por tanto, continuará aún varios días.
Según informes de medios de comunicación chilenos, el conflicto de los puertos radica en una demanda de la Federación de Estibadores, que exige indemnizaciones por 72,2 millones de dólares a los inminentes despidos de trabajadores, mientras el gobierno de Santiago ofrece sólo 50 millones de dólares. (FIN/IPS/ac/mj/if ip tr/99