América Latina debe "reformar las reformas" para superar la desilusión que reina hoy ante los efectos de los profundos cambios de inspiración neoliberal que la región experimentó en los últimos años.
Esta es, en síntesis, la propuesta del economista chileno Ricardo Ffrench-Davis en su libro "Macroeconomía, comercio y finanzas para reformar las reformas en América Latina", lanzado esta semana en Santiago de Chile.
La obra, presentada en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de la cual Ffrench-Davis es asesor principal, parece llamada a marcar un hito en el debate económico de comienzos del nuevo milenio.
Así lo dieron a entender el secretario ejecutivo de Cepal, José Antonio Ocampo, y los economistas Vittorio Corbo, Sergio Bitar y Alejandro Foxley, estos dos últimos altos dirigentes además de los partidos Por la Democracia y Demócrata Cristiano.
Ffrench-Davis tiene el mérito de haber advertido a comienzos de esta década las amenazas implícitas en los llamados capitales golondrinas, que en 1994 hicieron estallar desde México la crisis del "tequilazo".
Como vigilante crítico de la volatilidad de los flujos financieros en el proceso de globalización, este economista fue uno de los defensores más decididos en el Banco Central de Chile del encaje bancario como mecanismo de salvaguardia.
El encaje, consistente en un depósito de garantía para las inversiones de cartera, fue desmontado por Chile a raíz de la última crisis internacional, ante la urgencia por atraer divisas tras la caída de las exportaciones.
Pero este instrumento no se eliminó "y está disponible para cuando vuelva a ser necesario", advierte este economista, quien aboga por "un manejo macroeconómico activo" como mecanismo de defensa para las economías latinoamericanas.
Desde esta apuesta por el dinamismo y una conducción conciente y oportuna de las economías, Ffrench-Davis observa que la región no debe caer una vez más en una suerte de entrega inocente a fórmulas en boga sin guardar alternativas.
En América Latina se observa actualmente una "sensación generalizada de insatisfacción entre la población y los actores sociales" que contrasta con el entusiasmo de comienzos de la década, indica el autor.
Han empeorado la distribución del ingreso y de las oportunidades, mientras se abre paso una significativa inestabilidad, reflejada en las crisis argentina y mexicana de 1995 y la actual crisis internacional iniciada en Asia en 1997.
Por ello, en la región se reanuda la búsqueda de caminos para un mayor crecimiento económico, sustentable y con equidad social, pero los cuestionamientos no afectan al modelo de mercado, sino que buscan mejorarlo, en la óptica de Ffrench-Davis.
A mediados de la década se consagró un consenso respaldado por un cuadro optimista de equilibrios macroeconmicos, reducción de la inflación a un dígito y el mejoramiento de los balances presupuestarios y el mayor ahorro fiscal.
El panorama positivo incluyó asimismo los crecimientos y diversificación de las exportaciones, tanto en productos como en mercados de destino, y a las provatizaciones masivas que atrajeron capitales externos, señala el experto.
Sin embargo, apunta Ffrench-Davis, "algunos equilibrios se alcanzaron a expensas de desequilibrios en otras variables macroeconómicas, sobre todo en el sector externo, o bien descuidando aspectos esenciales para lograr la equidad".
Este último aspecto, el de la equidad, se vincula a lo que el economista define como la "competitividad sistémica", que tiene como eje la inversión en capital humano a través de la educación, la capacitación y otros servicios, como la salud.
El entusiasmo por la propuesta neoliberal de mediados de los años 90 contrasta hoy con resultados pobres: entre 1990 y 1998 la región creció a una media anual de 3,6 por ciento, y con la caída de este año el promedio del decenio será de tres por ciento .
Esas tasas son modestas ante el promedio de crecimiento anual de 5,5 por ciento que tuvo América Latina entre 1950 y 1980, y no neutralizan la depresión de la década del 80, en que la media anual fue de sólo 1,2 por ciento.
"Es urgente reformar las actuales reformas para mejorar el desempeño económico", propone Ffrench-Davis, cuya propuesta consiste en un enfoque integral que apunte a conseguir "mayor equidad y desarrollo social y un mejor ambiente para la construcción de la democracia".
Para el autor, la consecución de este objetivo pasa por una mayor flexibilidad en la aplicación de instrumentos económicos, acompañada en algunos ámbitos de una disciplina que a menudo es olvidada por los partidarios a ultranza del neoliberalismo.
En la región se han repetido en estos años "costosos errores" en el manejo macroeconómico, en áreas como las reformas financieras y comerciales, y en insuficientes esfuerzos para ampliar los mercados internacionales e internos.
Estos errores se deben a una "fe extrema del neoliberalismo en la eficiencia del sector privado tradicional y una desconfianza también extrema en el sector público y en las formas no tradicionales de organización privada", según Ffrench-Davis. (FIN/IPS/ggr/ag/if/99