AMERICA LATINA: OIT alertó sobre aumento de la inseguridad social

El director general de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavía, afirmó en Lima que el panorama laboral en América Latina y el Caribe "es desalentador por el aumento del desempleo y de la inseguridad social".

Somavía realizó esa afirmación al presentar el informe anual de la OIT en la Decimocuarta Reunión Regional Americana de esa organización, que comenzó el martes con la asistencia de ministros de Trabajo, funcionarios gubernamentales y representantes de gremios empresariales y centrales sindicales de los países la región.

El título del informe es "Trabajo decente y protección para todos", y resume los objetivos sociales que se ha fijado la OIT para los próximos años.

La organización responsabilizó del incremento del desempleo a las políticas económicas de ajuste aplicadas por los distintos países de la región.

En el documento se señaló que el desempleo regional es 9,5 por ciento en promedio, y que ese porcentaje sobrepasa las máximas tasas alcanzadas durante la crisis de la deuda externa de los años 80, a pesar de las reformas económicas y la modernizacion del aparato productivo puestas en práctica tras ella.

El chileno Somavía advirtió a los asistentes sobre "la sensación de inseguridad social que prevalece en este fin de siglo, a pesar del avance en el crecimiento económico", y recomendó que los "beneficios del desarrollo se trasladen a un proceso social justo y equitativo".

La OIT pronosticó que la evolución del producto interno bruto regional para el presente año será negativa (menos 0,4 por ciento) y advirtió en su informe que "el menor dinamismo de la economía mundial dificultará aun mas el desarrollo de la región".

Según Somavía, es preciso impulsar en forma conjunta y coordinada la eficiencia económica y la eficiencia social. El director general aseguró que es preciso sustituir la confrontación que ha caracterizado las relaciones entre las empresas y los trabajadores por un diálogo tripartito, en el cual participe el Estado.

"No habrá diálogo social influyente sin organizaciones fuertes de trabajadores y de empresarios, ni habrá relaciones tripartitas eficaces si no existen ministerios de Trabajo fuertes y estructuras modernas de administración del trabajo", afirmó.

"Las negociaciones sindicales deben dejar de ser escenario de confrontación, para ser vistas como un importante instrumento para ayudar a diseñar estrategias orientadas al aumento del empleo, la producción y la productividad, y para distribuir equitativamente los beneficios que de ello se derivan", concluyó.

El discurso de inauguración de la reunión fue pronunciado por Ricardo Flores, primer vicepresidente de Perú, quien reconoció que "pese al leve avance económico registrado en la región, no se ha logrado una mejora significativa en la situación del empleo y de las remuneraciones salariales".

Flores añadió que "en el marco de una evolución recesiva de la economía nacional, el gobierno peruano enfrenta el problema del empleo en forma realista, tratando de mantener el objetivo del crecimiento económico y de luchar contra la pobreza".

Víctor Tokman (director regional de la OIT), Eduardo Animat (ministro de Hacienda de Chile), José Antonio Ocampo (secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y Paulo Paiva (vicepresidente de Planificación del Banco Interamericano de Desarrollo) participaron luego en un panel sobre "Crisis financiera, ajuste económico y respuestas en el campo del empleo".

Tokman señaló que los programas de ajuste fueron la respuesta de los gobiernos latinoamericanos a la crisis provocada en la región por el impacto de la crisis asiática, y que esto mostró "el incremento de la vulnerabilidad generada por la globalización".

El director regional de la OIT anticipó algunos conceptos del informe sobre "Panorama Laboral 1999 en América Latina y el Caribe", que será presentado al plenario de la reunión.

Tokman sostuvo que al definir las políticas macroeconómicas no se debe ser indiferente al impacto que provocan en el empleo, demandó políticas específicas de promoción del trabajo, y aseguró que la falta de protección a los desempleados aumentará los costos sociales y productivos de la crisis.

El brasileño Paiva opinó que "la novedad de la década de los 90 es la aparición de los programas de ajuste", y que el impacto de la crisis asiática se agravó por el aumento de la oferta de mano de obra (provocado por la incorporación de mujeres y jóvenes al mercado laboral), la tendencia competitiva de los procesos de integración en la región, y la reducción del sector publico.

Animat expresó que los gobiernos deben emitir un mandato a las organizaciones financieras internacionales para que mejoren sus predicciones económicas, "pues la crisis surgió en los países que se nos mostraban como modelos de desarrollo".

El ministro chileno añadió que esta crisis sobrevino "en el curso de una revolución tecnológica en todo el mundo", y que la sustitución de tecnologías causada por esa revolución "aumentará las brechas entre los países de mayor y de menor desarrollo".

"En este marco, hay que avanzar hacia escenarios nuevos de cooperación", concluyó.

Ocampo destacó por su parte la "forma extremadamente rápida en que se incrementó el desempleo, a un ritmo mayor que en crisis anteriores", y que los países de la región con economías mayores, como Brasil, Argentina y México, "demostraron mayor vulnerabilidad".

"Los países de economía pequeña registraron un impacto menor", añadió, señalando que Panamá y República Dominicana estuvieron entre los menos afectados. (FIN/IPS/al/mp/lb if/99

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