Investigadores, pedagodos y administradores de América Latina reunidos en la capital de Colombia concluyeron, tras explorar caminos y contrastar experiencias, que sin calidad y democratización de la educación, la región no será competitiva.
El Encuentro Internacional de Educación Media fue convocado bajo el lema "educación con visión" por la Secretaría de Educación del Distrito Capital, una ciudad en la que 70.000 bachilleres egresados en 1997 no lograron empleo y otros 145.000 jóvenes (nueve por ciento) están fuera del sistema educativo.
La reunión se llevó a cabo en la Biblioteca Luis 5ngel Arango, en el centro histórico de Bogotá, donde se congregaron cerca de mil delegados entre el 9 y 11 de este mes.
Los niveles de Educación Media son los de transición entre la enseñanza básica y la profesional, cuyo modelo tradicional disocia entre instituciones de élite que prepara a unos pocos para que ingresen a la universidad y planteles de enseñanza vocacional y aprendizaje laboral.
Unos y otros están en crisis, de México al Cono Sur del continente.
"La Educación Media en los países de América Latina se ha caracterizado por la ausencia de una identidad propia y por ser confusa en relación a su función social y su estructura organizativa", dijo Lorenza Villar, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En México, la cobertura de este nivel de la educación es del 46 por ciento, enfrenta discrepancias entre los planteles a cargo de la nación, los estados y las municipalidades, y en todos los casos las únicas opciones son la formación exclusivista y la de mejor calidad con lo que se refuerza la inequidad, añadió.
La crisis de ese modelo dual -minorías preparadas para ingresar a la universidad y mayorías mal calificadas como fuerza laboral- hizo agua por un gran aumento en la matrícula a partir de los años 60 y porque el cambio tecnológico convirtió en obsoletos muchos conocimientos y habilidades transmitidas.
Este análisis pertenece a María Ibarrola y María Antonia Gallard, autoras del documento "Democracia y productividad", preparado para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Y aunque Ibarrola y Gallard no fueron ponentes, la mayoría de los expositores lo citaron como punto de referencia.
"El problema más grande y grave de la educación en nuestros países es la calidad», dijo a IPS la secretaria de Educación de Bogotá, Cecilia María Vélez, anfitriona del Encuentro Internacional.
Vélez impulsa el concepto de calidad total en las escuelas para el desarrollo de las competencias básicas de los alumnos en el nivel medio, acompañamiento de entidades externas y vínculos escuela-empresa.
En la capital colombiana, el 48 por ciento de la cobertura escolar es pública y el 52 por ciento está en manos privadas, que en los sectores populares es de muy baja calidad.
Vélez opinó que hay que ser imaginativos en la búsqueda de soluciones, mantener la autonomía que la Ley General de Educación, promulgada en Colombia a mediados de ésta década, otorgó a los planteles para que definan su Proyecto Educativo Institucional, pero regular y supervisar la calidad.
Entre las iniciativas en marcha en Bogotá está la selección de las 100 escuelas de más bajo rendimiento en matemáticas y lenguaje a las que la Secretaría financia, para dar acompañamiento externo con el plan Escuela Nueva, de muy buenos resultados en el sector rural.
También se cuenta con el apoyo del Foro de Presidentes, de gerentes y directivos de grandes empresas afiliadas a la Cámara de Comercio de Bogotá, cuyos equipos asesoran a los planteles en gestión.
Pero habría que ser más que imaginativos, pues diagnósticos regionales como el del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indican que de los 190 millones de niños, niñas y jóvenes latinoamericanos y caribeños, más del 60 por ciento vive en condiciones de riesgo y de pobreza.
Ante la encrucijada de la educación en general y de la Educación Media, en particular, los expertos congregados en Bogotá buscaron explicaciones y presentaron alternativas.
"La humanidad ha ido saltando de las manos a las máquinas y de éstas al cerebro (por lo que) el conocimiento ha devenido en la principal materia prima para la producción de mercancías y servicios", dijo el colombiano Alberto Galeano, consultor en gestión educativa.
El experto, vinculado a la reforma educativa en Uruguay, añadió que la educación es la clave para supervivencia y proyección social, productiva y laboral de las naciones.
El argentino Juan Carlos Tedesco afirmó que "es fundamental la prioridad de la democratización del acceso a los circuitos en los cuales se produce y se distribuye el conocimiento socialmente más significativo".
Su apropiación por un grupo reducido de la población o su privatización "daría lugar a una especie de 'neodespotismo ilustrado', incompatible con formas democráticas de participación y control social", alertó.
Según Tedesco, la concepción de educación que se necesita para superar la brecha que afecta a los países latinoamericanos implica asumir que uno debe educarse "a lo largo de toda la vida, que ningún aprendizaje es definitivo y que el acceso al conocimiento no garantiza ascenso social".
Además, señaló el experto argentino, es preciso "romper el aislamiento institucional de la escuela", vincularla al conjunto de la sociedad y desarrollar su sentido plural de pertenencia, fortaleciendo las experiencias democráticas.
En cuanto a los contenidos y carácter de la enseñanza y el aprendizaje que deberán impartir las instituciones de Educación Media, los expositores del Encuentro llegaron a un punto en común, que se asemejaría a los modelos aplicados en países como Israel o Gran Bretaña.
En Israel, la preocupación no se centra en el conocimiento de tecnologías específicas, que en tiempos muy cortos se vuelven obsoletas, sino en enfatizar habilidades y conocimientos para aprender cualquier tecnología, dijo Arley Tamir, presidente de la Universidad de Jerusalén para docentes en tecnología.
El plan de estudios en Gran Bretaña combina diseño y tecnología, prepara a los jóvenes para enfrentarse con un mundo que cambia vertiginosamente, los capacita para pensar y transformar el mundo, dijo Alison Farrel, delegada de ese país.
Fuera del auditorio donde los educadores debatían la situación regional al fin del siglo XX, universitarios y escolares con sus morrales al hombro bajaban por las callejuelas del barrio La Candelaria, uno de las de mayor concentración de planteles educativos de Bogotá.
Una popular vendedora de golosinas de la zona confirma lo que dicen casi todos los estudios sobre la crisis de la educación: "si todos los niños pudieran ir a la escuela y hubiera plata (dinero) para los útiles (cuadernos y libros) esta vaina (asunto) se compondría".
Unicef calcula que con lo que gastan los europeos en helados y los estadounidenses en cosméticos (7.000 millones de dólares anuales) durante una década, los niños y niñas de América Latina y el Caribe tendrían asegurada la educación. (FIN/IPS/mig/ag/ed/99