TAILANDIA: Pesca nocturna en gran escala devasta fauna marina

Los pescadores en pequeña escala de Tailandia demandan que cese la pesca nocturna de anchoas con reflectores, alegando que causa una indiscriminada destrucción de los cardúmenes de esos peces y de otras formas de fauna marina.

En la costa sur de Tailandia, cuando cae la noche, pueden verse cientos de grandes embarcaciones dotadas de poderosos reflectores, que pescan anchoas con redes con mallas finas

Las protestas, que comenzaron el año pasado y se hicieron más intensas en los dos últimos meses, han causado una creciente oleada de irritación contra el gobernante Partido Demócrata del primer ministro Chuan Leekpai, cuyas bases tradicionales se encuentran en la parte meridional del país.

Chuan impuso a comienzos de este mes una veda temporal de la pesca nocturna hasta octubre de este año, pero evitó decretar su prohibición permanente por la presión de influyentes operadores de la pesca de anchoa.

A mediados de este mes, alrededor de 1.000 manifestantes de siete distritos meridionales protestaron en las calles de Hat Yai, sobre la frontera con Malasia, señalando que la prohibición temporal no era una solución, y acusando al partido de gobierno de falta de sinceridad en el manejo del problema.

La protesta de los pescadores ha recibido el apoyo de grupos ambientalistas locales e internacionales.

"La prohibición de la pesca nocturna no sólo es necesaria para defender a los pescadores en pequeña escala, sino también para preservar la ecología marina, en Tailandia y en toda la región", señaló Trilo Bode, director ejecutivo de la organización ambientalista internacional Greenpeace, en una carta a Leekpai.

Los pescadores en pequeña escala y quienes los apoyan alegan que los grandes pesqueros comerciales, al mismo tiempo que capturan la anchoa, atrapan a grandes cantidades de peces inmaduros, que caen en las redes de malla fina atraídos por la luz de los reflectores.

Esa modalidad de pesca se considera "devastadora" para la fauna marina, porque no permite que los peces inmaduros crezcan y se reproduzcan.

Se estima que las embarcaciones pesqueras equipadas con reflectores pueden capturar hasta 10 toneladas de peces por noche, y que 40 por ciento de esos peces no son anchoas.

Los pescadores en pequeña escala dijeron que desde el año pasado, cuando los grandes pesqueros dejaron de operar en las costas de las provincias orientales y se trasladaron a la región meridional, se produjo una disminución en la existencia de peces que afectó sus ingresos.

Funcionarios tailandeses también acusaron a los grandes pesqueros de excederse en la pesca de anchoas, causando una notable disminución de sus cardúmenes desde 1992.

Se estima que el límite prudente para la pesca anual de anchoas es 60 por ciento de la población total de esos peces. En el Golfo de Tailandia, ese porcentaje equivale a unas 120.000 toneladas de anchoas.

Los funcionarios afirmaron que durante los últimos años los grandes pesqueros han capturado un promedio anual de entre 150.000 y 160.000 toneladas de anchoas.

Los operadores de la pesca en gran escala replicaron que la verdadera causa de la disminución de la pesca costera es que "hay demasiadas anchoas, que devoran a otras especies", y alegaron que al capturar grandes cantidades de anchoas ayudan "a equilibrar la cadena alimentaria marina".

Biólogos marinos calificaron de "falsa" esa argumentación y señalaron que no hay pruebas de que las anchoas sean responsables de la destrucción de otras especies marinas.

"Las evidencias indican que los grandes pesqueros se han excedido en la captura de anchoas, haciendo insostenible el reemplazo natural de esos peces y de otras especies", aseguró Burapol Sudara, un experto en biología marina de la facultad de Ciencias en la Universidad Chulalongkorn de Bangkok.

El Ministerio de Agricultura anunció que se asignarán zonas distintas para la actividad de distintos tipos de pescadores, para evitar conflictos entre ellos.

La pesca hasta una distancia de cinco kilómetros de la costa quedará reservada a los pescadores locales. A una distancia de entre cinco y 12 kilómetros de la costa operarán solamente las embarcaciones de pesca pequeñas, y más allá de ese límite podrán actuar los grandes pesqueros.

"La pesca de anchoas es muy importante para la economía tailandesa. El gobierno no quiere imponer prohibiciones sino controlar la actividad. Por eso anunció medidas a corto plazo para minimizar el daño ambiental", declaró a la prensa el ministro de Agricultura, Pongoporn Adireksarn.

Las autoridades tambien formaron una comisión para que investigue las denuncias de devastación de la fauna marina por parte de los grandes pesqueros comerciales, antes de adoptar cualquier decisión a largo plazo.

Los partidarios de una prohibición permanente citaron el caso de la cría en estanques del langostino, que el gobierno prohibió el año pasado, luego de que grupos de campesinos y ambientalistas denunciaran que los productos químicos empleados en esa actividad contaminaban la tierra y destruían las cosechas.

A pesar de la intensa presión de los productores de langostinos, las autoridades han mantenido la prohibición.

Los ambientalistas temen, sin embargo, que en el caso de la anchoa el gobierno haga concesiones a la presión de los poderosos operadores de grandes embarcaciones.

"No se trata solo de los pequeños pescadores sino de la sustentabilidad de la vida marina. No debe haber ninguna concesión", declaró un miembro del Grupo de Conservación de Recursos Marinos, una organización que apoya las demandas de los modestos pescadores del sur. (FIN/IPS/tra-en/bs/js/ego/mp/en ip/99)

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