El gobierno de México celebra su liderazgo exportador en América Latina, pero analistas, políticos y sindicalistas advierten que ese festejo oculta problemas de dependencia externa y rezagos en materia de empleo, salario y desarrollo tecnológico.
En los últimos 10 años México cuadriplicó sus exportaciones hasta alcanzar los 118.000 millones de dólares en 1998.
En ese mismo período, en el que suscribió seis tratados de libre comercio con ocho países de América Latina y uno con Estados Unidos y Canadá, las importaciones aumentaron 346 por ciento y llegaron a 152.200 millones de dólares.
Las exportaciones e importaciones mexicanas, hoy mayores a las que realizan cada año en conjunto los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), mejoraron la vida de miles de trabajadores, dijo el martes el ministro de Comercio, Herminio Blanco, al reunirse con periodistas extranjeros.
Según el funcionario, las exportaciones, 90 por ciento de las cuales son manufacturas, la mayoría procesadas en zonas francas instaladas a tales efectos (maquilas), hicieron de México una de las primeras economías del mundo.
Este miércoles, el Foro Económico Mundial, con sede en Ginebra, informó que México, ubicado entre las 15 potencias comerciales del planeta, ocupa en materia de competitividad el lugar 31 en una lista de 59 países, mientras que en rubros como salarios su puesto es el penúltimo.
El economista Jeffrey Sachs, quien presentó la evaluación que cada año hace la fundación internacional integrada por líderes políticos, empresariales e intelectuales del mundo, explicó que los países que se ubican en los puestos más allá del 30 sufren debilidades considerables en sus economías.
México no podría festejar su liderazgo comercial si analiza rubros como tecnología, empleo y salario, y de las estadísticas del gobierno elimina las exportaciones de las maquiladoras, donde más de 95 por ciento de los insumos son extranjeros, dijo Rodolfo de la Torre, investigador de la Universidad Iberoamericana.
Mientras las exportaciones locales aumentaron 175 por ciento entre 1991 y 1998, el desempleo fluctuó en ese período entre 2,64 y 6,25 por ciento. En promedio, el desempleo fue de 3,79 por ciento.
Las estadísticas oficiales consideran desempleado sólo a quien no ha trabajado ni una hora durante una semana.
Diversos estudios precisan que el trabajo informal, en el que no se rinden cuentas fiscales ni laborales, absorve poco menos que la mitad del empleo total en México.
En materia de salarios, una investigación de la Universidad Obrera asegura que los ingresos promedio del trabajador mexicano son 15 veces menores al los de sus pares de Estados Unidos y 70 por ciento más bajos que hace 10 años.
Pero el gobierno de Ernesto Zedillo sostiene que las exportaciones representan el sector más dinámico de la economía mexicana y el primer generador empleos y salarios de calidad.
Como ejemplo, indicó que entre agosto de 1995 y marzo de 1999 se crearon 1,8 millones de empleos en total, la mayoría de los cuales procedieron de actividades relacionadas con las exportaciones.
Estadísticas oficiales indican que de 1993 a la fecha las exportaciones duplicaron su participación en el producto interno bruto de México, al pasar de 15 a 30 por ciento.
Setenta por ciento del comercio exterior está concentrado en Estados Unidos, socio junto con este país y Canadá del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El gobierno afirma que gracias al comercio exterior la inversión extranjera directa aumentó hasta acumular en los últimos cuatro años 57.000 millones de dólares.
Detrás de las cifras está una competetitivdad basada en la mano de obra barata, las maquilas y la dependencia de empresas foráneas, advirtieron voceros del opositor Partido de la Revolución Democrática y líderes sindicales independientes.
"Las estadísticas son como los bikinis. Lo importante no es lo que enseñan sino lo que ocultan", dijo el historiador y politólogo Jorge Castañeda.
Un estudio de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores determina que sólo alrededor de seis por ciento de las empresas mexicanas tienen capacidad de exportar, mientras la mayoría, que emplea el grueso de la mano de obra, no vende ni compite en el exterior.
Además, en materia de inversión para investigación tecnológica y gasto ligado a la capacidad industrial, México registra profundos rezagos, reconocen empresarios exportadores.
Este país latinoamericano destina apenas 0,38 por ciento de su producto interno bruto a la ciencia y la tecnología. La gran mayoría del equipo usado en la producción es importado. Además, las principales firmas exportadoras de manufacturas tienen origen en Estados Unidos, Canadá y Japón. (FIN/IPS/dc/mj/if/99
