DESARROLLO: La eterna mala conducta de las transnacionales

La Organización de Naciones Unidas (ONU) abogó hasta comienzos de los años 80 por un código internacional de conducta para las empresas transnacionales, una propuesta que pasó a ser una herejía con el advenimiento de la globalización y es ahora renovada por ese mismo proceso.

El Informe sobre Desarrollo Humano 1999, publicado mes por el Programa de Desarrollo de la ONU (PNUD), alude a las transnacionales en el marco del enjuiciamiento de una mundialización o globalización que incrementa la desigualdad entre ricos pobres tanto entre países como entre personas.

"La mundialización con rostro humano" que propone el PNUD en el título de su informe plantea revertir las tendencias globalizantes que favorecen predominantemente la expansión de los negocios y orientar sus beneficios hacia la sociedad.

En esa dirección, el organismo de la ONU postula una "reinvención de la estructura de gobierno mundial", concentrada en las preocupaciones de la gente y en los derechos humanos, y en ese contexto incorpora la propuesta de elaborar un código mundial de conducta para las compañías transnacionale s.

La gobernabilidad, un concepto que hasta ahora se maneja preferentemente como aspiración de los estados nacionales, debe ser proyectado a la escena mundial, para reponer condiciones económicas básicas que garanticen equilibrios arrasados por la globalización.

Según José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), es necesaria "una mejor gobernabilidad" para impedir que las fuerzas negativas de la mundialización prevalezcan sobre las bondades que ofrece ese proceso.

El libre comercio, la libre movilidad de capitales, la protección jurídica a la propiedad intelectual y a la inversión, son los temas que predominan en la agenda económica de la globalización, señaló Ocampo durante el lanzamiento regional del informe del PNUD en Santiago.

"Otros (temas) de igual trascendencia están ausentes", añadió el secretario de Cepal, indicando entre éstos la movilidad internacional de la mano de obra, los acuerdos para garantizar una adecuada tributación del capital y perseguir la evasión tributaria, así como la movilización de recursos financieros para ayudar a los países ajenos a la dinámica global.

Es fundamental igualmente, puntualizó Ocampo en alusión a las propuestas del PNUD, "el establecimiento de normas antimonopólicas a nivel mundial y de un código de conducta para las grandes empresas multinacionales".

La idea de crear un código de conducta para las transnacionales fue debatida desde la década de los años 70 en la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), gatillada en ese entonces por consideraciones fundamentalmente políticas.

Las maniobras en Chile de la International Telephone and Telegraph (ITT) en conjunto con el espionaje estadounidense, para impedir, primero, el acceso a la presidencia del socialista Salvador Allende y, luego, desestabilizar el gobierno de éste y abrir cauce al golpe de estado de 1973, fue uno de esos antecedentes.

El emblemático caso chileno suministró igualmente el ejemplo de las compañías cupríferas nacionalizadas por Allende, que propiciaron embargos internacionales y otras medidas de presión que conbtribuyeron a crear las condiciones para la instauración de la dictadura del general Augusto Pinochet.

La historia de las intervenciones de las transnacionales en la política del mundo en desarrollo tenía ya numerosos antecedentes en América Latina. Según el ecuatoriano Jaime Galarza, la guerra de 1941 entre su país y Perú tuvo como trasfondo las disputas por concesiones petrolíferas entre las compañías Shell y Esso.

En 1954, la "mamita Yunai" (United Fruit) forzó el derrocamiento del gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala, dando inicio a décadas de violencia en ese país centroamericano que dejaron como resultado 200.000 víctimas, entre asesinados y desaparecidos.

Pero en los años 80, con la crisis de la deuda externa, comenzaron a legitimarse las propuestas neoliberales, y de la mano de ellas se masificaron las privatizaciones, mientras los avances tecnológicos abrían cauce a una globalizada circulación de los capitales.

Con el inicio de los 90, la Unctad constató y proclamó que las transnacionales se habían constituído en los mayores agentes de la inversión extranjera directa en el mundo y, como tales, en las mayores proveedoras de capital al mundo en desarrollo.

En la antesala del nuevo milenio, el balance de este proceso no es muy promisorio. El informe del PNUD recuerda que 58 por ciento de la inversión extranjera directa favoreció en 1997 a los países industrializados, y que los flujos hacia el Sur en desarrollo se concentran en 80 por ciento en sólo 20 estados y sobre todo en China.

El proceso de globalización determinó que los países ricos, a través de sus transnacionales, concentraran 97 por ciento de todas las patentes del mundo y que las 200 personas más ricas del planeta duplicasen sus activos entre 1995 y 1998, para completar cada una fortunas superiores a los mil millones de dólares.

La monopolización internacional, apunta también el informe, se expresa en las fusiones transfronterizas de empresas, que en 1997 representaron 59 por ciento de la inversión extranjera directa, frente a 42 por ciento en 1992.

Las ventas de la compañía General Motors en 1998 fueron superiores al producto interno bruto (PIB) de países como Tailandia o Noruega, las de Sumitomo, Exxon y Toyota superaron con creces el PIB de Malasia, Colombia o Venezuela, señala el PNUD al graficar el poderío de las transnacionales.

Una de las medidas que plantea el organismo de Naciones Unidas es generalizar sistemas de auditoría social de las transnacionales, aplicados ya con éxito en algunas provincias de China, como Guangdon, y aceptados por compañías como Nike, la fabricante de prendas deportivas acusada de explotar el trabajo infantil en Asia. (FIN/IPS/ggr/ff/dv/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe