Venezuela aseguró hoy que la crisis en la integración con Colombia refleja "discrepancias cordiales", lo que no impide malos presagios sobre el futuro del deteriorado comercio bilateral, a la sombra de un conflicto con el transporte de carga.
Los dos países socios de la Comunidad Andina (CAN) ingresaron a una tensa semana para su proceso de integración, ya que Venezuela tiene pautada para este jueves una medidas destinadas a impedir la entrada a este país de camiones de carga colombianos.
Representantes del sector privado manifestaron su preocupación por roces que podrían agravar el reconocido deterioro del comercio bilateral, que, según cálculos preliminares, caería de 2.500 millones de dólares en 1998 a 1.500 millones este año.
El ministro de Relaciones Exteriores venezolano, José Vicente Rangel, le restó importancia a las divergencias con Colombia, al asegurar este lunes que se trata de una "cordial discrepancia".
Rangel también dijo que esta situación no será perjudicial para las relaciones bilaterales, que, sin embargo, ya habían sido impactadas.
Venezuela decidió llamar a su embajador en Bogotá, Fernando Gerbasi, como respuesta a las declaraciones de la ministra de Comercio Exterior colombiana, Martha Lucía Ramírez, quien puso en duda la voluntad integracionista del gobierno de Hugo Chávez.
El propio Chávez anunció este domingo que llamó al embajador "porque no vamos a aceptar faltas de respeto" de declaraciones que consideró inaceptables.
La ministra había comentado el jueves en una visita a Caracas que Chávez "tiene un discurso integracionista pero las medidas que aplican algunos de sus funcionarios son lo opuesto" y aseguró que en Bogotá quiere "coherencia".
El telón de fondo para esta disputa en torno a la integración de los dos países enmarcada en la CAN fue la decisión unilateral de Venezuela de forzar un trasbordo de carga en la frontera para igualar las condiciones entre camioneros de los dos países.
"Fue una medida inevitable por razones de seguridad", afirmó la presidenta de la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), Luisa Romero, consultada por una radio de este país.
Los camioneros venezolanos se niegan a circular en Colombia alegando que allí son víctimas de la inseguridad. "Nuestros camioneros y nuestras mercancías corren peligro", dijo Romero.
Tras una protesta de los camioneros, el gobierno de Chávez decidió aplicar la medida de trasbordo, con el argumento de "nivelar" las relaciones, al impedir el ingreso del transporte colombiano, que deberá entregar su carga a colegas venezolanos.
La medida fue objeto de una protesta de Bogotá, según la cual viola el acuerdo 399 de la CAN sobre libre circulación de carga terrestre entre los países miembros (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela).
Las autoridades venezolanas se encontraban este lunes a la espera de un pronunciamiento de la secretaría permanente de la CAN, dispuestas a apelar en caso que fuera contraria a la medida de trasbordo.
Tras la aparición de tensiones en materia de integración, Romero manifestó "una gran preocupación porque la situación se enreda".
El comercio bilateral entre Colombia y Venezuela rondó los 2.500 millones de dólares en 1998. Pero la crisis económica a ambos lados de la frontera provocó una fuerte caída en el intercambio.
En 1999, el comercio podría sumar apenas 1.500 millones de dólares, en un escenario ahora contaminado por las diferencias en torno de la integración y una operación de trasbordo de cargas cuyo impacto aún no se ha medido.
Romero advirtió que será necesario ponerse de acuerdo para que el trasbordo fluya, y comentó que ya hubo contactos para estudiar el establecimiento de una compañía binacional de transportes.
Mientras, aún no está claro cómo funcionará la medida unilateral venezolana a partir del próximo jueves. El presidente de la Cámara Venezolano Colombiana, Juan González, advirtió que aún "no hay infraestructura básica para el trasbordo".
Tampoco hay personas preparadas para llevar a cabo esas operaciones, añadió. (Fin/IPS/lc/mj/if tr/99