El ex dictador Augusto Pinochet no pide pero tampoco rechaza que el gobierno de Chile invoque razones humanitarias para pedir su liberación a las autoridades de Gran Bretaña, aseguró hoy el senador derechista Beltrán Urenda.
El ministro de la Secretaría General de Gobierno, Carlos Mladinic, confirmó en tanto informes médicos sobre un deterioro de la salud de Pinochet, antecedente que podría permitir el fin de su arresto en Londres bajo argumentos de clemencia.
El ex dictador (1973-90) está detenido en la capital británica desde el 16 de octubre de 1998 y a partir del 27 de septiembre debe enfrentar un juicio de extradición a España, donde el juez Baltazar Garzón lo procesa por crímenes contra la humanidad.
El gobierno del presidente Eduardo Frei no logró hasta la fecha traer a Pinochet de regreso por las vías judiciales, ante lo cual prepara las condiciones para insistir en las razones humanitarias, según trascendió en círculos oficiales.
La derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) exigió este jueves a Frei que actúe "enérgicamente" y retire al embajador chileno en Gran Bretaña, para llevar a cabo una revisión de las relaciones con ese país.
El diputado Pablo Longueira, presidente de la UDI, sostuvo que el retiro del embajador Mario Artaza se justifica luego de que en Londres se afirmara que el arresto de Pinochet fue fruto de una colusión entre autoridades británicas y españolas.
En un debate en la Cámara de los Lores se señaló el martes que el gobierno del laborista Tony Blair no advirtió a la embajada chilena la detención del ex dictador, pese a que se supo con tres días de anticipación que ella tendría lugar.
En Santiago, el canciller Juan Gabriel Valdés comentó que esa revelación no constituía una sorpresa y descartó una protesta diplomática o cualquier otro gesto oficial de carácter público que incida en las relaciones con Gran Bretaña.
Pese a la posición gubernamental, los líderes de la UDI y del Partido Renovación Nacional (PRN), las dos grandes colectividades de la oposición derechista, insistieron este jueves en que Frei adopte una posición "más enérgica" ante Gran Bretaña y España.
Todo indica, sin embargo, que el gobierno no buscará la confrontación diplomática sino que aplicará la carta política de las razones humanitarias para conseguir su objetivo de que el anciano ex dictador pueda retornar a Chile.
El ministro Mladinic dijo que el deterioro de la salud de Pinochet, advertido en los últimos informes médicos, corresponde al de una persona de avanzada edad que se ve sometida a un estado permanente de tensión.
Según el diagnóstico conjunto de un médico de Scotland Yard y del suyo personal, el ex dictador sufre un "deterioro de su estado cardíaco" debido a la depresión y la ansiedad, lo cual lo expone a "un importante riesgo de muerte".
El informe médico, emitido el día 19, enumera otros síntomas sobre la salud de Pinochet que califica de "preocupantes" y advierte que "las condiciones de estrés extremo en las cuales vive están empeorando su diabetes".
El tono alarmante del reporte de los médicos fue aminorado este jueves por el senador Urenda, de la UDI, quien regresó de Londres, donde visitó varias veces a Pinochet en la mansión del barrio de Virginia Waters en que está bajo arresto domiciliario.
Urenda contó que el sábado último estuvo cuatro horas con Pinochet, con quien compartió un asado. Dijo que el ex dictador está "de buen ánimo" y con una visión muy clara de los acontecimientos en Chile.
Añadió que no se hace excesivas ilusiones sobre su posible liberación antes de que comience el proceso de extradición, porque no confía en las autoridades de Gran Bretaña ni España, países que a su juicio no respetan normas internacionales.
Bajo ese predicamento, añadió Urenda, Pinochet estima que se encuentra detenido injustamente y no invocará personalmente razones humanitarias, pero tampoco se va a oponer a ellas si las plantea el gobierno chileno. (FIN/IPS/ggr/ag/hd-ip/99