La posible ausencia de cuatro presidentes en la IX Cumbre Iberoamericana, prevista para el 16 y el 17 de noviembre en la capital de Cuba, amenaza el éxito de la cita y la aspiración de los anfitriones de convertirla en "la mejor de todas".
Sin embargo, el presidente cubano Fidel Castro logró del jefe del gobierno español, José María Aznar, la promesa de hacer todo lo posible por evitar deserciones en el encuentro que, desde 1991, reúne a los gobernantes de América Latina y de España y Portugal.
"España va a trabajar para que la cumbre tenga la máxima participación de países. Y no está siendo una tarea fácil", dijo Aznar, luego de entrevistarse con Castro en Río de Janeiro, durante la reunión de gobernantes de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, realizada el lunes y el martes.
El presidente de Chile, Eduardo Frei, habría decidido cancelar su viaje a La Habana al fracasar la gestión que realizó en Río de Janeiro ante Aznar a favor del ex dictador chileno Augusto Pinochet, que a partir del 27 de septiembre será sometido en Gran Bretaña a un juicio de extradición a España.
El gobierno de Frei entiende que al pedir la extradición de Pinochet, Madrid desconoce el principio de territorialidad de la justicia, que fue refrendado en la octava Cumbre Iberoamericana, celebrada el año pasado en Oporto, Portugal, y que coincidió con la detención de Pinochet en Londres.
El segundo ausente sería el mandatario argentino Carlos Menem, por solidaridad con Chile, según una versión, o como reacción ante "la falta de democracia" en Cuba, según otras fuentes.
Sin embargo, Castro parece no tomarse muy en serio las palabras de desaprobación de Menem, a quien considera "un hombre amable" y "amistoso" que ante la prensa se cree "en el deber de criticarnos".
Castro dijo en Río de Janeiro no tener "noticia oficial" sobre la probable ausencia de Frei y Menem de la Cumbre Iberoamericana.
"La cumbre va a ser exitosa, nosotros seremos siervos al servicio de los intereses de los demás", declaró.
El presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, fue el primero en anunciar que no acudirá a la IX Cumbre. Alemán arguyó la falta de democracia en Cuba, pero representantes de su gobierno han asistido a reuniones preparatorias del encuentro.
"El presidente de Nicaragua no va a venir" a la Cumbre, dijo en abril Avil Ramírez, delegado de Nicaragua en la primera reunión de Coordinadores Iberoamericanos, que se realizó en La Habana sin participación de El Salvador.
El mandatario de El Salvador, Francisco Flores, es otro probable ausente. En su caso, la razón es la pena de muerte dictada este año en Cuba contra dos salvadoreños acusados de terrorismo.
El canciller español Abel Matutes consideró que, para conseguir los objetivos de las cumbres, entre los que se cuenta la profundización de la democracia y la defensa de los derechos humanos, resulta "más inteligente" acudir al encuentro en vez de buscar "la ruptura del diálogo".
Otros funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores de España afirmaron en Río de Janeiro que, si bien el rey Juan Carlos no hará este año una visita oficial a la isla, concurrirá a la Cumbre.
Mientras, las autoridades cubanas continúan con el pie sobre el acelerador de los preparativos y dentro de ocho días debe realizarse la segunda de las tres reuniones de coordinadores previas a la cumbre.
El jueves y el viernes se realizó la IX Conferencia Iberoamericana de Educación, para examinar los efectos y retos de la globalización en estas naciones con cultura e historia comunes.
Al encuentro, que forma parte de las numerosas reuniones de tipo sectorial previstas en el contexto de la Cumbre, confirmaron su asistencia 20 de las 21 naciones iberoamericanas, según dijo el ministro de Educación de Cuba, Luis Ignacio Gómez.
La IX Cumbre Iberoamericana tendrá de eje el tema "Iberoamérica y los riesgos de una crisis globalizada", que da continuidad al debate de 1998 en Portugal sobre "Los desafíos de la globalización y la integración regional".
La serie anual de cumbres iberoamericanas comenzó en 1991, a iniciativa de México y con el fin de reunir a los jefes de Estado y de gobierno de todos los países de lengua española y portuguesa de América y Europa para debatir problemas comunes.
La primera cita tuvo por sede la ciudad mexicana de Guadalajara, y las siguientes se realizaron en Madrid, Salvador de Bahía (Brasil), Cartagena de Indias (Colombia), San Carlos de Bariloche (Argentina), Santiago de Chile y Viña del Mar, Isla Margarita (Venezuela) y Oporto. (FIN/IPS/pg/ff/ip/99