(Arte y Cultura) MUSICA-ZIMBABWE: Intérprete de mbira trasciende las fronteras

Una joven artista de Zimbabwe recibió un premio de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) por su notable talento en la ejecución del mbira, una especie de xilofón que se toca en algunas partes de Africa.

Nacida hace 23 años en la ciudad estadounidense de Olimpia, Chiwoniso Maraire ganó un premio de 19.736 dólares gracias a la generosidad de un grupo de promotores y Radio Francia Internacional.

Desde que se presentó en el certamen para nuevos talentos de Radio Francia Internacional 1998, Maraire participó de diversos festivales en el exterior y ahora tiene contratos con "muchas organizaciones".

Maraire, quien fue seleccionada por un panel especial, actuó en Masa 99, Abidjan y Costa de Marfil, donde ganó el Premio UNESCO de Apoyo a las Artes.

En mayo, actuó en el Festival de Angulema, Francia. Ese mismo mes apareció en el 11 Festival Africano en Alemania. Maraire también tocó el mbira en Suecia, Austria, Suiza y Egipto.

"Crecí en una familia de músicos donde los instrumentos musicales formaban parte del mobiliario. Ni siquiera puedo recordar cuándo comencé a tocar el mbira. Tambien empecé a cantar profesionalmente a los nueve años", relató maraire.

El mbira es tocado entre los shonas, que constituyen el grupo étnico más numeroso en Zimbabwe. También se puede encontrar en otros países africanos, donde se le conoce por distintos nombres, como la marimba.

Maraire realizó su primera grabación, "Tichazomuona" (Te volveré a encontrar), con sus padres en 1988. Su padre, Dumisani Maraire, un docente de música en la Universidad de Zimbabwe, enseñó mbira en Estados Unidos desde 1972 a 1990. Su extinta madre también fue bailarina y cantante.

Si bien nació y creció en Estados Unidos, Maraire siempre soñó con retornar a Zimbabwe para tocar mbira con sus pares.

"Cuando estaba en Estados Unidos acostumbraba a pensar que todos tocaban el mbira en Zimbabwe", manifestó. "No podía esperar para volver a casa y encontrar el resto de la gente que toca mbira como yo lo hago".

"La gente iba a visitarnos para vernos cantar y tocar música", dijo. "Imaginé que sería diferente cuando llegara a este país, penssando que todas las chicas de mi edad lo hacían".

Pero Maraire quedó sorprendida cuando llegó a Zimbabwe y descubrió que nadie de su edad tocaba el mbira, porque no resulta fácil vivir de la música como profesión.

"Pasé unos 15 años de mi vida tocando el mbira, sin pensar que sería la única en especializarse en ese instrumento. No tenía idea de que hacía algo considerado tabú en mi propio país", expresó.

Su sentimiento es compartido por Busi Ncuba, otro joven músico. "Las mujeres que a la vez son músicas no son muy apreciadas en Zimbabwe, porque la industria no es vista como una forma de empleo", explicó.

Ncuba arguyó que la música no tendría que ser cuestión de tocar solo en cervecerías o clubs nocturnos. "Debería ser establecida como una industria", opinó.

"Tendría que llegar a más que esos pocos que miran y escuchan radio y televisión", dijo Maraire. "La música es algo muy difícil para sobrevivir al menos que uno esté realmente establecido".

Tshepo Macaza, un guitarrista que toca con el grupo local "Hohodza", describió a Maraire como una intérprete músical con suerte.

"Desearía que nuestros padres, familiares y la sociedad misma quiten el estigma que rodean a las cantantes mujeres y a la propia industria. La música debería ser considerada una profesión y la gente debería respetar la industria musical y sus cantantes", expresó Macaza.

Sin embargo, la gente joven no está impresionada con la carrera de Maraire. "Creo que Chiwonizo es una buena cantante. Tiene la voz, pero ¿por qué tocar el mbira? Está pasado de moda", opinó Mitchell Khumaio, un estudiante de secundaria en Harare.

Las críticas no parecen importar a Maraire. "Aprendí a manejar la crítica. Sé que hay críticas mal intencionadas y otras más constructivas, y sé como tratar a mi audiencia, con respeto. Soy muy optimista. Conozco mis objetivos y lo que quiero hacer sin sentir temor", manifestó.

Maraire, madre de una niña de tres años, Chengeto, permanece en Bluffhill, un suburbio para gente de clase media alta de Harare junto con su padre.

Asistió al Colegio de Música de Zimbabwe luego de terminar la secundaria, en 1993. "Quería aprender lo básico, cómo escribir música, las reglas de la industria musical y otros aspectos", explicó.

Ncube considera a Maraire como una de las mejores voces femeninas de Zimbabwe. "Tiene talento natural y una voz que sacude a todos como una tormenta. Ha hecho mucho por Zimbabwe en lo que se refiere a música, y en especial a música femenina", apuntó. (FIN/IPS/tra-en/gkm/mn/ego-mlm/cr/99

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