Un informe elaborado por el banco de inversión estadounidense ING Barigs advierte que Perú no podría cumplir en este año la totalidad de los pagos de su deuda externa por falta de liquidez.
El monto global de los vencimientos en este año de la deuda pública y privada de Perú con los bancos comerciales y la banca de inversión supera los 7.000 millones de dólares y el déficit previsible asciende a 500 millones de dólares, según el informe, que circula en medios empresariales locales.
Perú cuenta actualmente con una reserva monetaria de 8.906 millones de dólares, pero su situación económica y financiera es en extremo riesgosa porque sus importaciones casi duplican a sus importaciones.
En 1998, la balanza comercial fue deficitaria en 2.477 millones de dólares.
El documento, firmado por Arturo Porzecanski, jefe de la sección de Mercados Emergentes de ING Barigs, advierte que Perú encontrará dificultades para obtener aplazamientos de pago porque "en tiempos como éste, en el que el crédito internacional es caro y escaso, es mayor el riesgo de los acreedores".
El estudio, difundido por ING Barigs entre sus clientes en todo el mundo, incluye a Perú entre los tres países sobre los cuales recomienda mantener un «monitoreo estrecho» de sus indicadores financieros. Los otros son Turquía y la República Checa.
Ninguno de los tres países figura entre los cinco con mayor riesgo según el cuadro comparativo entre su total de vencimientos este año y su liquidez externa elaborado por el Banco Internacional de Pagos, con sede en Basilea, Suiza. Turquía ocupa el séptimo lugar, Perú el octavo y la República Checa el noveno.
Pero según el experto de ING Barigs, los tres países comparten una situación delicada de liquidez externa, con serios riesgos de súbitas caídas de sus reservas internacionales.
Porzecanski precisa que, para conjurar el peligro, los tres países deben obtener de los bancos acreedores la renovación de las líneas de crédito de capital de trabajo o de comercio exterior.
La deuda externa global de Perú asciende a 30.000 millones de dólares, cifra que se aproxima al 50 por ciento del producto bruto interno y al 600 por ciento del total de sus exportaciones anuales.
Al asumir el gobierno en 1990, la preocupación fundamental del presidente Alberto Fujimori fue recuperar la capacidad de endeudamiento de Perú, que había perdido como consecuencia de la moratoria unilateral declarada por su antecesor, Alan García, y refinanciar la deuda externa.
Para conseguirlo debió comprometerse con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que actuó como representante de los bancos acreedores, y poner en práctica un duro programa de ajuste, mediante el cual revirtió una hiperinflación de 7.500 por ciento, a costa de una recesión que aún perdura.
Para refinanciar la deuda externa pública, Perú suscribió el Plan Brady y se comprometió a cumplir con un cronograma de pagos, cada vez más altos a partir de 1996.
En el llamado periodo posterior al plan, entre 1997 y el 2002, Perú destina una cantidad cada vez mayor de recursos a pagar su deuda pública. En 1998 pagó 1.600 millones de dólares, este año pagará 1.800 millones y hacia el 2002 deberá pagar 2.200 millones de dólares.
Del total global de la actual deuda peruana, dos terceras partes corresponden al sector público y el resto -unos 10.000 millones de dólares-, al sector privado.
Según el economista Julio Gamero, analista de la organización no gubernamental Desco, el aumento de la participación del endeudamiento privado es uno de los cambios más importantes en la estructura de la deuda peruana.
"A inicios de los 90, la participación del sector privado en la deuda externa oscilaba en torno del 12 por ciento, en 1998 su incidencia alcanzó al 34 por ciento del total adeudado por el país", señaló Gamero.
La deuda pública se mantiene casi en el mismo nivel que hace 10 años, cuando ascendió a 20.000 millones, pero con una variación de incremento entre 1990 y 1995, año en el que llegó a 26.865 millones de dólares, para descender luego gracias al Plan Brady, subrayó el experto.
Otro aspecto que menciona en relación con la deuda externa y la apertura económica emprendida por Fujimori es el aumento de los flujos crediticios de corto plazo, que en 1990 ascendían a 2.842 millones de dólares y ahora se ubican en 7.459 millones.
"La particularidad del endeudamiento a corto plazo es que en un 99 por ciento corresponde al sector privado", apuntó Gamero. (FIN/IPS/al/ag/if/99