Los sobrevivientes de uno de los peores desastres industriales, ocurrido en Bhopal, India, hace 14 años, siguen sufriendo las consecuencias del gas tóxico liberado en aquel momento, según trabajadores de la salud indios de visita en Estados Unidos.
Más de 8.000 personas murieron en diciembre de 1984 durante las 48 horas posteriores al escape accidental de una nube de gas mortal de la fábrica de pesticidas de la transnacional Union Carbide.
Ahora quedan más de 50.000 residentes que sufren enfermedades derivadas de la exposición al gas tóxico, advirtieron trabajadores de una clínica médica sin fines de lucro de Bhopal en gira por Estados Unidos para divulgar los estragos que sigue causando la catástrofe.
Sus vidas siguen siendo destruidas por "afecciones oculares, pulmonares, renales, hepáticas, intestinales, musculares, cerebrales y problemas en los sistemas nervioso y reproductor", declaró Satinath Sarangi, uno de los directores del Sambhavna Trust, que fundó la clínica de Bhopal.
Cada mes mueren entre 10 y 15 personas por enfermedades derivadas del accidente, informó Sarangi, cuya clínica brinda atención médica gratuita, por día, a entre 40 y 80 víctimas de la nube tóxica.
La tasa de tuberculosis entre las personas que estuvieron expuestas al gas es cuatro veces mayor que la incidencia de la enfermedad en el resto de India.
"Muchos tienen dolores de pecho crónicos y asma", informó Sarangi. Además, inmediatamente después del accidente, muchas mujeres embarazadas abortaron naturalmente a sus hijos.
Las mujeres que estuvieron expuestas al gas tóxico aún sufren de "caos menstrual", según Sarangi. "Es común que las que inhalaron el gas hace 14 años lleguen a la menopausia entre los 27 y los 30 años. Las jóvenes que ahora tienen entre 14 y 18 años tienen ciclos menstruales cortos y dolorosos", explicó.
Sin embargo, el portavoz de Union Carbide, Tom Sprick, sostuvo que los efectos crónicos del desastre no son tan graves como dice el director de la clínica.
Sprick declaró a IPS que estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud y otras instituciones revelaron que "el daño permanente se limita a un porcentaje muy pequeño de la población expuesta al gas, y que los pulmones, y en menor medida los ojos, son los únicos órganos afectados permanentemente".
Union Carbide declaró que el accidente fue producto del sabotaje de un empleado, pero organizaciones defensoras de los derechos humanos y otros activistas responsabilizan del hecho a la compañía y siguen presionando para que se tomen acciones legales.
Union Carbide y el gobierno de India llegaron a un acuerdo en 1989 según el cual la compañía pagaría 470 millones de dólares y cada afectado recibiría cerca de 500 dólares.
"Esta miseria ni siquiera cubre cinco años de gastos médicos", se quejó Sarangi, y dijo que no todos los afectados habían recibido el dinero.
La mayoría de las víctimas vive por debajo de la línea de pobreza. "Ya no pueden hacer trabajos físicos, que eran su única fuente de ingresos", comentó el director de la clínica.
Sprick admitió que "Union Carbide no tiene manera de controlar si se pagó todo el dinero o cuántas víctimas o sus familias recibieron la indemnización".
La clínica y otras organizaciones, incluso la Coalición Internacional por la Justicia en Bhopal, reclaman contra la compañía para asegurarse de que "no haya más desastres de este tipo".
"El acuerdo no causó ningún problema a los ejecutivos de Union Carbide. Cuando se anunció, el valor de las acciones de la compañía aumentó dos dólares", señaló Sarangi.
La Comisión Médica Internacional de Bophal acusó en 1996 al gobierno de India y a Union Carbide de haber mantenido en secreto la composición química de la nube de gas.
La firma rechazó la acusación, pero se negó a divulgar la lista de componentes, entre los cuales se sabe que había metiliso cianato, un posible causante de daños neurológicos.
Según Sarangi, podrían haberse liberado más de 30 productos químicos diferentes, todos perniciosos para la salud.
"No se conoce la mayoría de los efectos que pueden causar esos químicos. Muchos médicos de India no saben cómo tratar esas enfermedades, así que los pacientes que acceden al servicio de salud corren el riesgo de ser sobremedicados", agregó, aludiendo a un paciente que recibió 87 prescripciones distintas en un sólo año.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos y del ambiente planean realizar una serie de actividades públicas el 3 de diciembre, día en el cual se cumple el 15 aniversario del accidente.
"Lo bueno de todo esto es que seguimos luchando por justicia. Se hacen reuniones públicas y las víctimas organizan manifestaciones para exigir que Union Carbide reciba su castigo. Es nuestra manera de pelear contra el olvido", manifestó Sarangi. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/ceb/aq/he-hd/99