CUBA: Gobierno descarta posibilidad de oleada migratoria a EEUU

El gobierno de Cuba descartó hoy cualquier posibilidad de apertura de sus fronteras marítimas para dar paso a nuevas oleadas migratorias con destino a Estados Unidos.

La declaración coincidó con el inicio en Nueva York de conversaciones para analizar acuerdos migratorios vigentes entre las dos naciones, y reiteró además la "voluntad invariable" de la isla de cumplir sus compromisos en esa materia.

"Cuba ha sostenido inalterablemente que la emigración hacia los Estados Unidos debe hacerse en forma legal, segura y ordenada", afirmó el comunicado del Ministerio del Interior divulgado por la prensa.

Estados Unidos, donde residen 1,2 millones de cubanos y sus descendientes, la mayoría emigrados después de 1959, continúa siendo el principal destino de los viajeros de la isla, separada por sólo 90 millas (170 kilómetros) de las costas del estado de Florida.

En ese sentido, la migración es el único asunto de interés mutuo que en 40 años de hostilidad logró que Washington y La Habana se sienten a la mesa de negociaciones, las que derivaron en los acuerdos de septiembre de 1994 y mayo de 1995.

Desde entonces, las autoridades de Estados Unidos hicieron retornar a Cuba a 1.436 personas que intentaron alcanzar sus costas de manera ilegal y 390 a través de la base naval estadounidense de Guantánamo, en el extremo oriental cubano.

La declaración oficial califica de inciertos e infundados los rumores que circularon desde fines de mayo acerca de la supuesta decisión del gobierno cubano de abrir la frontera marítima por distintos puntos del litoral norte de la isla, lo cual "provocaría una avalancha de emigrantes hacia Estados Unidos".

El Ministerio del Interior dijo que esas aseveraciones son parte de "campañas de propaganda enemiga dirigidas a crear confusiones, estimular el éxodo ilegal y enrarecer la situación política y social del país".

Sin embargo, especialistas alertan que las dificultades que ocasionó la crisis económica de los años 90 incentivaron el deseo de emigrar en parte de la población de más de 11 millones de habitantes.

De modo que, si bien ambas naciones se declaran satisfechas por el cumplimiento de los acuerdos migratorios, persisten los intentos de salida ilegal, caldo de cultivo para el tráfico de indocumentados, negocio ilegal en el cual las tarifas pueden llegar hasta 9.000 dólares por viajero.

"Cuba ha expresado sistemáticamente su preocupación, ha denunciado y contribuido a enfrentar el contrabando de personas, devenido un negocio peligroso que ha cobrado vidas humanas y es contrario a los acuerdos suscritos", explica el comunicado.

Luego de reiterar la voluntad de cumplir las obligaciones asumidas en esa materia también con islas Caymán y Bahamas, el comunicado afirma que no existe "ni la mas remota posibilidad de que las fronteras marítimas de Cuba sean abiertas hacia Estados Unidos".

Los acuerdos migratorios comprometieron a Estados Unidos a conceder un mínimo de 20.000 visas anuales para emigrantes y repatriar a toda persona interceptada en un intento de salida ilegal a ese país.

A su vez, Cuba quedó obligada a esforzarse por frenar las salidas ilegales desde su territorio y no tomar represalias contra los repatriados por el sólo delito de "salida ilegal".

La nueva política inmigratoria estadounidense hacia los cubanos eliminó el privilegio fundamental que estos tenían en lo referente a la inmigración ilegal, al tiempo que hizo más difícil obtener la calificación requerida para viajar por vías legales.

Sin embargo, respecto de los emigrantes de otros países, el trato sigue siendo diferenciado a favor de los cubanos, que tienen garantizada una migración legal mínima de 20.000 personas por año, mientras los demás tienen cuota máxima, pero no mínima.

Además, se mantiene la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, que beneficia a los cubanos llegados a Estados Unidos. "Es virtualmente imposible repatriarlos si se les detecta cuando ya han tocado territorio estadounidense", comentó una fuente oficial de ese país.

El Servicio de Inmigración anunció que los cubanos indocumentados que logren llegar a suelo estadounidense recibirán permiso de trabajo inmediatamente, en tanto esperan legalizar su situación.

Esas facilidades, la inmediatez de la solución y la casi certeza de que no pueden cumplir los requisitos para la vía legal hace que aún haya personas dispuestas a cruzar el estrecho de Florida en precarias embarcaciones.

La última crisis migratoria se produjo en 1994, con la emigración por vía irregular desde Cuba hacia Estados Unidos de 36.900 personas, de acuerdo con un estudio del Centro de Estudios de Alternativas Políticas, adscrito a la Universidad de La Habana. (FIN/IPS/pg/mj/ip pr/99

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