La zona costera del océano Pacífico en Costa Rica, que en los últimos años vivió el auge del turismo, hoy enfrenta una crisis de hoteles vacíos que los empresarios atribuyen al alarmismo de los científicos que han pronosticado un terremoto.
La península de Nicoya, al noroeste, es una región que tradicionalmente se dedicó a la ganadería y a la agricultura, pero desde hace dos decenios depende en buena parte del turismo, una industria que hoy está en retroceso.
En los últimos meses, desde el anuncio de un eventual sismo, creció el desempleo, el valor de las tierras se depreció y la actividad turística en algunas regiones de la península cayó 80 por ciento respecto de años anteriores, aseguran empresarios hoteleros.
Un grupo de científicos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) viene insistiendo sobre la inminencia de un terremoto en la zona, que oscilaría entre los 7,5 y 7,7 grados en la escala Richter.
Sámara es una de las playas más emblemáticas de esta región y una de las que más está sufriendo con el alejamiento de los vacacionistas costarricenses y extranjeros.
Este rincón exuberante de Costa Rica, ubicado a seis horas de San José y con siete kilómetros de arena blanca y palmeras, ha sido el destino escogido por muchos europeos que, sin grandes fortunas, lo han dejado todo en sus países para instalar pequeños negocios y hoteles en un paraíso natural.
Licia Gazzi, una italiana jubilada, tres años atrás decidió vender su apartamento en Verona y viajar a Costa Rica en busca de un estilo de vida más tranquilo, para lo cual compró una casa de playa y una modesta tienda de utensilios de pesca y objetos de recuerdo en Sámara.
"Las ventas han caído, hace más de dos meses que no llega un autobus con turistas", dijo a IPS Gazzi, cuya única familiar es una sobrina que quedó en Italia.
El panorama no es nada halagador para esta población del océano Pacífico, con poco más de 3.500 habitantes.
"Sentimos que es una propaganda que no está ayudando, queremos prevención, pero no alarma", dijo en un foro, organizado en Sámara, Marco Carmona, presidente de la Cámara Samareña de Turismo (Casatur).
El anuncio de un eventual terremoto "ha sido un atropello para Guanacaste, nuestra gente está atemorizada", dice Edgar Leal, un médico de la zona que, a su juicio, hasta el momento la información del Ovsicori ha tenido un enfoque alarmista y no de prevención.
Leal alega que estas informaciones curiosamente surgen cada vez que hay una temporada de vacaciones y esto ocasiona que muchos turistas suspendan el viaje a la península nicoyana.
En todo caso, aunque señalan que no se puede predecir cuándo sobrevendrá, los científicos del Ovsicori indican que el sismo será una realidad en cualquier momento durante los próximos cinco años.
También, el Ovsicori sostiene que sus investigaciones determinan que la península de Nicoya ha estado desplazándose hacia el noreste, a razón de 30 milímetros por año.
"Nuestra idea no es alejar a los turistas sino prevenir. Nadie deja de viajar a San Francisco ni a Los Angeles, a pesar de que todos saben que son regiones altamente sísmicas", explicó Marino Protti, director del Ovsicori.
Protti comentó que los estudios científicos revelan que la península de Nicoya está justo sobre una falla de subducción que ha acumulado energía.
Detalló que la falla tiene 120 kilómetros de largo y 80 kilómetros de ancho y se debe a un proceso mediante el cual la placa de Cocos se está introduciendo por debajo de toda América Central.
"El problema es que en los últimos años la península de Nicoya se ha mantenido muy estable sísmicamente y no ha liberado esa energía que, sin embargo, se sigue almacenando", añadió Protti.
El jefe del Ovsicori explicó que el objetivo de alertar sobre un eventual sismo de gran magnitud no es que el turismo baje, sino que desde ahora, como se haría en cualquier lugar del mundo, se comiencen a realizar labores de prevención.
Carmona advirtió que "la Comisión Nacional de Emergencias debería hacer ese trabajo de preparación, porque hasta el momento en esta comunidad no se ha hecho nada".
Y esto se agrava, por cuanto los comités de emergencia locales no tienen rango de acción hasta tanto no se apruebe una nueva ley de emergencia, que está haciendo fila en el congreso.
No obstante, hoteleros de otras regiones de Nicoya aseguran que a ellos el anuncio no los ha golpeado.
Tal es el caso de playa Hermosa, un sector ubicado a 80 kilómetros al norte de Sámara, cuyos hoteleros aseguran que siguen teniendo altas ocupaciones, sin bajar de 70 por ciento.
"Así como otras regiones han tenido que aprender a vivir con los huracanes, nosotros tenemos que aprender a convivir con los sismos, pues es algo natural en nuestra región", comentó Protti. (FIN/IPS/nms/dm/if/99)