El Banco Central de Chile volvió a rebajar la tasa de interés, para combatir la recesión y el desempleo, en el marco de los esfuerzos del gobierno para recuperar apoyo antes de las elecciones presidenciales del 12 de diciembre.
En la noche del martes se anunció que la tasa de referencia de los pagarés a 90 días había sido reducida de seis a 5,75 por ciento, en la novena disminución consecutiva desde el 13 de octubre de 1998. Cada una de estas rebajas tuvo como preámbulo anuncios de caídas en la producción o incrementos del desempleo.
El lunes se había informado que el número de desocupados llegó al medio millón en abril.
La tasa de desocupación, que había sido 8,2 por ciento en marzo, ascendió a 8,7 por ciento en abril, llegando a su nivel más alto en el curso de esta década y ratificando la tendencia recesiva instalada desde octubre de 1998.
Según medios de prensa locales, el Instituto Nacional de Estadísticas postergó la divulgación del indicador, que debía darse a conocer el viernes de la semana pasada, para que no afectara los resultados de las elecciones primarias en las que la coalición gobernante definió su candidato a la presidencia.
En elecciones abiertas, la Concertación por la Democracia decidió el domingo la postulación en las presidenciales de diciembre del socialista Ricardo Lagos, quien derrotó con más de 70 por ciento de los votos a Andrés Zaldívar, candidato del Partido Demócrata Cristiano del presidente Eduardo Frei.
Una semana antes de las primarias, una encuesta del Centro de Estudios Públicos indicó que el gobierno de Frei se encontraba en su nivel más bajo de popularidad desde que comenzó su gestión, en marzo de 1994.
Frei recibió el lunes a Lagos, con quien sostuvo una reunión privada de 40 minutos en la que ambos analizaron el escenario en el que tendrán lugar las elecciones presidenciales.
Lagos aclaró que no le corresponde "cogobernar" con Frei hasta los comicios del 12 de diciembre, pero manifestó su apoyo a un conjunto de medidas anunciadas por el mandatario el 21 de mayo para reducir el desempleo mediante inversiones en obras públicas.
El diario La Tercera afirmó este miércoles que hubo un "pacto secreto" entre el presidente y el candidato para garantizar la gobernabilidad del país y fortalecer a la coalición oficialista en las elecciones.
El acuerdo consiste básicamente, según el periódico, en que Lagos se abstendrá de criticar públicamente decisiones del gobierno, en tanto Frei concentrará los esfuerzos de los meses finales de su gestión en el intento de reactivar la economía.
Lagos contó con el apoyo de tres de los cuatro partidos que integran la coalición (Por la Democracia, Radical Socialdemócrata y Socialista), pero la clave de su triunfo fue el respaldo de la amplia masa de simpatizantes de la Concertación por la Democracia que no se identifican con ninguno de los grupos que la integran.
Los analistas consideran que esos votantes fueron los que decidieron el amplio triunfo a Frei en las elecciones presidenciales de diciembre de 1993, y que su vuelco en favor de Lagos fue un "voto de castigo" al PDC por la crisis económica.
Si bien el gobierno de Frei se define como suprapartidario, y en el gabinete ministerial están representados los cuatro partidos de la Concertación, los máximos responsables de la gestión económica y financiera son integrantes del PDC.
Son demócrata cristianos el ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, quien encabeza el equipo económico gubernamental, y el presidente del Banco Central, Carlos Massad, quien mueve los resortes financieros y cambiarios en función de la política antinflacionaria.
En ambos recae gran parte de la responsabilidad de materializar los anuncios de reactivación de la economía a partir del segundo semestre de este año, y conseguir que Frei culmine su mandato en marzo del 2000 con un buen margen de apoyo.
El Banco Central, consagrado como una institución autónoma del gobierno en la Constitución de 1980, aplicó con rigor desde fines de 1997 un programa de ajuste para neutralizar los efectos en Chile de la crisis que afectaba entonces a Asia.
A medida que la crisis fue haciéndose más global, el banco endureció el ajuste apelando al aumento de las tasas de interés, que en septiembre de 1998 llegaron a 15 por ciento, antes de iniciar un lento descenso a partir de octubre.
En un escueto comunicado, el Banco Central justificó su última rebaja de los intereses señalando que tanto la evolución del gasto fiscal como la de las variables inflacionarias están controladas.
Analistas económicos dijeron este miércoles que la tasa de 5,75 por ciento contribuirá a aumentar la cotización del dólar, otro factor fundamental para reactivar la economía mediante el incremento de las exportaciones. (FIN/IPS/ggr/mp/if ip/99
