El secretario ejecutivo de Cepal, José Antonio Ocampo, manifestó su esperanza en que la próxima cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea (UE) permita continuar con el proceso de apertura comercial.
El máximo responsable de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) formuló declaraciones el martes a corresponsales de prensa internacional, antes de participar en la reunión del Banco Mundial sobre descentralización que se realizó en esta ciudad del sur de Chile, a 810 kilómetros de Santiago.
En Río de Janeiro se reunirán este lunes y martes los jefes de Estado y gobierno de los 15 países de la UE con los de las 33 naciones latinoamericanas y caribeñas para adoptar medidas que fortalezcan la cooperación entre las dos regiones.
Ocampo mostró cautela con respecto a los temas comerciales en la cumbre, luego de que el Consejo de Asuntos Generales de la UE acordara el lunes en Luxemburgo el inicio sólo en julio del año 2001 de las negociaciones para un tratado con el Mercado Común del Sur (Mercosur) y Chile.
"Es posible que aparte de los temas comerciales, que era donde estaban fundadas las expectativas, haya otros temas en la agenda (de la cumbre) que den lugar a pronunciamientos importantes", dijo el economista colombiano.
Existe, agregó Ocampo, "un proceso de aperturas comerciales que se va dando en el momento, dependiendo de la forma como se desaten los nudos de las dificultades".
La decisión adoptada por los ministros de Relaciones Exteriores de la UE en el Consejo de Asuntos Generales implica un mandato para que la Comisión Europea negocie con el Mercosur y Chile el progresivo desmantelamiento de gravámenes aduaneros.
El Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, tiene como miembro asociado a Chile desde 1996.
Los cinco países se negaron a excluir los productos agrícolas de la negociación con la UE, lo cual motivó que Francia bloqueara virtualmente un acuerdo antes de la cumbre de Río de Janeiro al proponer que las conversaciones comenzaran sólo el año 2003.
El acuerdo adoptado el lunes en Luxemburgo está supeditado a las gestiones para desmantelar los subsidios agrícolas que se iniciarán el próximo año en la Organización Mundial de Comercio y que modificarían la política agraria comunitaria de la UE.
Ocampo señaló que más allá del complejo tema comercial sería deseable un pronunciamiento de la cumbre de Río de Janeiro sobre los problemas financieros internacionales que propendan a la adopción de mecanismos de prevención y manejo de crisis.
En este sentido, subrayó el papel que puede desempeñar el Fondo Monetario Internacional a través de créditos de contingencia para países con dificultades, pese a que la UE ha establecido restricciones para la aplicación de este mecanismo.
El secretario ejecutivo de Cepal objetó las propuestas de "dolarización" de la economía regional para impedir impactos devaluatorios de las crisis internacionales, como la que se desató desde 1997 en el sudeste asiático.
La adopción del dólar estadounidense como moneda común latinoamericana podría favorecer tal vez a Argentina y a algunas economías centroamericanas, pero "el balance regional está definitivamente a favor de mantener la flexibilidad cambiaria", dijo.
América Latina y el Caribe están sufriendo el impacto de la crisis internacional, con caídas pronunciadas del producto en varios países, como Chile, con un retroceso anualizado de 3,2 por ciento hasta abril y de Colombia, de 4,8 por ciento en el primer trimestre.
Cepal espera una recuperación de las economías latinoamericanas y caribeñas en los próximos meses, no obstante lo cual, indicó Ocampo, este año debería producirse una "ligera" caída del producto interno bruto (PIB) regional.
En 1998, la región resistió con relativo éxito los primeros impactos de la crisis y registró un incremento del PIB de 2,2 por ciento. (FIN/IPS/ggr/if/99
