La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, insistió hoy en descargar sobre el régimen de Belgrado toda la responsabilidad por el deterioro de la situación en la ex Yugoslavia.
Robinson dijo en su último informe, emitido este lunes, que su oficina obtuvo sólidas pruebas de numerosas violaciones cometidas en Kosovo, que incluyen ejecuciones sumarias, desplazamientos forzados, violaciones, abusos físicos y destrución de propiedades y documentos.
El informe dedica un capítulo a la descripción de los efectos del conflicto sobre la población civil de la República Federal de Yugoslavia, con más de 1.200 muertes, y también las consecuencias sobre la salud y el ambiente.
Pero el grueso del examen tiende a demostrar que fuerzas militares y de policía de Serbia, junto con unidades paramilitares, han ejecutado un programa de expulsión forzada de Kosovo de los pobladores pertenecientes a la etnia albanesa.
Más de 750.000 kosovares se encuentran como refugiados o desplazados en países y terrritorios vecinos, mientras suman cientos de miles los desplazados en el interior de Kosovo, dice el documento.
El fenómeno del desplazamiento de ciudadanos virtualmente afecta a todas las áreas de Kosovo, como también a aldeas del sur de Serbia, incluidos sitios que nunca fueron bombardeados hasta ahora por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En su informe a la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Robinson dijo que los desplazamientos se verifican también en lugares donde tampoco se ha registrado nunca la presencia del Ejército de Liberación de Kosovo, la fuerza irregular que enfrenta a los serbios.
Ese hecho refuerza los indicios de que los refugiados no huyen de los ataques aéreos de la OTAN, como denuncian a menudo las autoridades yugoslavas, dedujo Robinson en el documento entregado este lunes.
Robinson atribuyó el origen de la grave tragedia humanitaria de Kosovo, la República Federal de Yugoslavia y los países vecinos a la crisis de los derechos humanos.
La Alta Comisionada pidió a las autoridades yugoslavas que "pongan fin a las violaciones de los derechos humanos" y respeten los principios del derechos internacional humanitario y los tratados que Belgrado ha ratificado.
El documento apremia al gobierno yugoslavo para que retire de Kosovo, de manera inmediata e incondicional, sus unidades del ejército como también sus fuerzas de policía y paramilitares "que son responsables de numerosas violaciones de los derechos humanos en la región".
En la única recomendación dirigida a la OTAN, Robinson reclama también que en las acciones militares contra la República Federal de Yugoslavia respete el derecho internacional humanitario, incluido el principio de debida proporción en el uso de la fuerza o de la defensa.
Robinson relató en el informe que en su última visita a Yugoslavia observó los daños causados por los las bombas de la OTAN en las áreas civiles de la ciudad de Nis.
El alcalde de Nis refirió a la Alta Comisionada que el día anterior a su visita, el bombardeo a un hospital había causado la muerte de 15 civiles.
Los ataques aéreos han producido también graves daños ambientales a las tierras de cultivo, a las plantaciones, al ganado y en general a la naturaleza, dijo.
La destrucción de instalaciones petroquímicas y el bombardeo de depósitos de productos químicos crean serias amenazas a la salud, agregó Robinson.
El informe de la ONU celebró también el proceso abierto la semana pasada en La Haya contra el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y otros cuatro dirigentes serbios, ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.
El enjuiciamiento representa "un gran avance en el proceso para detener la impunidad", estimó Robinson.
El informe urgió a la comunidad internacional para que aumente sus esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de los refugiados y desplazados en Macedonia, Albania y Montenegro.
Robinson advirtió que el peso de la ayuda a los refugiados debe ser compartido por un número mayor de países, de manera de aliviar los apremios que atraviesan las naciones vecinas de Kosovo.
La ONU precisó la semana pasada que 64.200 refugiados se encuentran en Montenegro, 246.700 en Macedonia, 439.500 en Albania y 21.500 en Bosnia-Herzegovina. El informe aclaró que carecía de datos sobre el número de personas refugiadas en la República de Serbia.
Desde el 5 de abril, dos semanas después del inicio del conflicto armado internacional, hasta el 24 de mayo, solo 62.013 personas habían sido evacuadas como refugiadas con destino a los países miembros de la OTAN y a otros estados occidentales. (FIN/IPS/pc/mj/hd ip/99