La policía de Jamaica mató a 145 civiles en 1998, mucho más que las demás fuerzas policiales de América Latina y el Caribe, reveló el Departamento de Estado de Estados Unidos, que calificó a los agentes de este país de "maníacos del gatillo fácil".
En segundo lugar se encuentra República Dominicana, donde la policía mató a 75 civiles. Haití, con 31 muertes, y Colombia con 21, son los otros países de la región cuyas fuerzas policiales se destacan por su agresividad.
No se informó de muertes civiles causadas por la policía en 1998 en Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Granada y Trinidad y Tobago.
Con un promedio anual de 100 muertes en los últimos cinco años, no es de sorprender que la mala reputación de los policías de este país comience a aparecer en los titulares de los medios de comunicación internacionales, según Hilaire Sobers, abogado del Consejo Independiente de Jamaica por los Derechos Humanos.
La agresividad "no nos sorprende porque es algo que el Consejo denuncia desde hace tiempo. Pero la sociedad jamaiquina sólo se asombra cuando viene alguien del exterior a decirnos las cosas", protestó.
Sobers señaló que las denuncias del Consejo no fueron escuchadas porque la mayoría de las víctimas de la brutalidad policial no integran la elite de la sociedad de este país, con 2,5 millones de habitantes.
Los muertos por la policía no pertenecen a la clase mejor relacionada socialmente y la responsabilidad de las matanzas recae en el subcomisionado Neville Wheatle, que dirige el departamento de Relaciones con la Comunidad.
Wheatle declaró que, contrariamente a la opinión general, las relaciones entre la policía y los ciudadanos mejoraron gracias al establecimiento de clubes policiales destinados a la juventud en toda la isla.
La conflictiva relación con el resto de la sociedad no es una particularidad de Jamaica, indicó Wheatle. La situación es parecida en Colombia y en otros países de América Latina dónde las comunidades dependen de los traficantes de drogas y los defienden de la policía.
"En la mayor parte de los casos, cada comunidad adopta una forma de autoprotección. Los delincuentes son vistos como protectores, y no como criminales", explicó Wheatle.
Además, la policía está siempre en la mira de la opinión pública, pero los oficiales también sufren maltratos de los criminales, aseguró.
Los asesinatos de policías aumentaron en los últimos tres años, aunque en forma menos alarmante que los de civiles. En 1996 murieron 10 agentes, en 1997 fueron 13, y en 1998 llegaron a ser 14. En lo que va de este año, cinco policías cayeron en encuentros con maleantes. (FIN/IPS/tra-en/hc/cb/ceb/aq/ip/99