COLOMBIA: Huertas familiares para superar impacto del sismo

Mil familias de la zona cafetera de Colombia afectada por el terremoto del 25 de enero empiezan a cultivar la ilusión de resolver su problema alimentario con huertas multipropósito.

Se trata de habitantes de las zonas rurales de seis municipios del centroccidental departamento del Quindío, el más castigado por el sismo, que causó la muerte de 1.025 personas y dejó miles de damnificados.

Los municipios que cubre el programa de huertas son Calarcá, Córdoba, Filandia, Génova, Pijao y Salento.

Las mil familias inscriptas en el programa, propietarias de minifundios localizados a más de 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar, comenzarán en julio la siembra.

Para entonces, las parcelas, que no superan los 300 metros cuadrados, ya estarán adecuadas para plantar las semillas de frijol -base de la alimentación local- zanahoria, repollo, remolacha, arveja, maíz, tomate y otros productos.

La propuesta tecnológica de las huertas mixtas es patrocinada por el proyecto de Participación Comunitaria Forestal (Pacofore) del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con recursos del gobierno de Holanda.

Las huertas de Pacofore contemplan la combinación en las parcelas de hortalizas, granos, árboles frutales y para madera, y plantas aromáticas y medicinales.

El propósito es "suministar a un corto plazo la base de una dieta básica sana y balanceada para estas familias con 5,4 miembros en promedio", comentó a IPS el experto Ben Chang.

Chang, de nacionalidad taiwanesa, es el responsable de la FAO en el Pacofor para la zona del eje cafetero, que cubre los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima.

Como contraparte nacional, en cada departamento operan las Corporaciones Autónomas Regionales, autoridades locales para la aplicación de la política ambiental.

"Impulsamos la reforestación de cuencas hidrográficas con especies como el nogal cafetero, con posibilidades de rentabilidad, cedro rosado, y leucaena, que ayuda a la conservación de los suelos", explicó Javier Trujillo, de la Corporación Autónoma de Caldas.

Chang precisó que una de las especies forestales más promisoria es la guadua o bambú, de gran arraigo en la región y apropiada para las construcciones, por cuanto su flexibilidad le confiere resistencia a los terremotos.

"La guadua es excelente para afirmar el suelo, a los seis años de plantada ya se puede cortar y para hacerlo basta un machete. No se necesita motosierra, por eso la promovemos para la pequeña economía familiar", dijo el experto taiwanés.

Desde la ciudad de Armenia, los ingenieros Santiago Villegas y Germán Páez, de la Corporación Autónoma del Quindío, ejecutora del programa de huertas para los damnificados del terremoto, explicaron los criterios de selección de las familias participantes del programa.

Se trata de habitantes de los municipios más damnificados, propietarios de minufundio y de baja condición socioeconómica. Los beneficiarios son productores marginales de café y no están en el circuito del Comité de Cafeteros del Quindío, conductor del plan de reconstrucción de la zona rural afectada por el terremoto.

El Comité de Cafeteros del Quindío otorgó a sus afiliados entre febrero y abril 460 millones de dólares en subsidios para construir 338 viviendas de 46 a 59 metros cuadrados cada una.

En el contexto del Pacofor, las comunidades campesinas se capacitan en talleres sociales y técnicos. Participan del diagnóstico de su entorno y en el diseño de sus proyectos y se informan sobre tecnologías apropiadas.

La primera fase del Pacofor en Colombia se desarrolló de 1995 a 1997. Tras su renovación, la segunda y actual fase está proyectada hasta diciembre del 2000, con un presupuesto global de 2,5 millones de dólares.

En enero, ante la devastación causada por el terremoto en la región productora de café, un rubro que representa al país 30 por ciento de sus exportaciones, la FAO aprobó el programa de huertas familiares en el Quindío.

Con 120.000 dólares de inversión, el programa de huertas mixtas está previsto para 10 meses, cuando se espera que empiecen a producir los primeros cultivos.

El ingeniero Páez explicó que, aunque el propósito principal es la diversificación de la producción familiar, también es posible que algunos minifundistas opten por destinar su huerta a un monocultivo rentable que le garantice el sustento.

El terremoto de enero afectó 7.031 industrias y 29.647 empleos, según el Ministerio de Desarrollo Económico, y los desocupados en la región son unos 65.000. El desempleo total llegó en mayo en Colombia a 19,5 por ciento de la población económicamente activa, unos tres millones de personas.

El gobernador del Quindío, Henry Gómez, se quejó de la lentitud en el apoyo del gobierno cnetral a su departamento, que antes del sismo era el de mayor desarrollo rural.

"El gobierno tiene toda la intención (de ayudar), pero la verdad es que los recursos no han llegado", dijo Gómez. (FIN/ IPS/mig/ff/dv/99

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