El agudo deterioro de las condiciones de vida de niños y adolescentes en la ex Unión Soviética y en países de Europa oriental puede determinar una crisis aún más grave que el caso de los refugiados de Kosovo, advirtió Unicef.
La caída del nivel de vida y el colapso de los sistemas de salud, de la educación y de otros servicios en una amplia región del antiguo bloque socialista de Europa son efecto de reformas de libre mercado realizadas sin atender a los más necesitados, según Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
En "Generación en peligro", un informe presentado el martes pasado en la capital finlandesa, Unicef traza un oscuro panorama de la situación de las niñas y los niños de la región, determinado en parte por el hundimiento económico y las guerras civiles.
"Si los gobiernos y las emergentes sociedades civiles (de los países afectados) no toman medidas, seriamente y con ayuda de la comunidad internacional, seremos testigos de una crisis social explosiva que pondrá en peligro a toda Europa", comentó Alexandre Zouev, autor del informe.
La situación de los niños en Rusia y en otras naciones antes integradas en el bloque socialista de Europa oriental es una de las peores crisis sociales, económicas y humanitarias de la historia europea desde la segunda guerra mundial, aseguró Zouev, un funcionario de Unicef en Nueva York.
"Generación en peligro" utiliza ejemplos concretos, números e imágenes para describir los estragos que la dolorosa transición del comunismo a la democracia y al libre mercado causó en la vida de millones de niños y jóvenes.
Hay más de 100 millones de niñas y niños en la región considerada. Su bienestar y derechos humanos están en serio riesgo debido a una serie de factores como conflictos civiles, el agudo deterioro de la infraestructura social y el recorte de presupuestos sociales, señaló Unicef.
La tragedia de esos niños y jóvenes "no logró llamar la atención de la CNN ni de otros medios de comunicación internacionales, pero eso no significa que su situación sea menos dolorosa que los conflictos sobre los que se informa asiduamente", dijo Zouev.
La reducción del gasto público en programas sociales, el aumento de la mortalidad y la disminución de la expectativa de vida, así como un fuerte aumento de la delincuencia juvenil y del abuso de niños son, desde Tajikistán a Bosnia-Herzegovina y desde Rusia a Albania, características comunes de la transición.
La salud de los niños de la región se deteriora rápidamente a causa de la enfermedades infecciosas como el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) la violencia familiar y la contaminación, se destacó en el informe.
Más de 12 millones de niñas y niños viven en ciudades de Rusia que presentan un grado de contaminación cinco veces superior al tope tolerado internacionalmente.
Gran cantidad del agua bombeada a los hogares de Europa oriental contiene nitratos, arsénico, pesticidas, virus y bacterias.
La propagación del virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida, se aceleró debido al incremento del uso de drogas de aplicación intravenosa, pero aún no se informa a los jóvenes del peligro de ese hábito, advirtió Unicef.
La exclusión social no afecta sólo directamente a los niños, puntualizó John Donahue, un especialista de Unicef en asuntos de Europa oriental y de la ex Unión Soviética.
Seis millones de mujeres de la región están registradas como desempleadas, y las jóvenes son las que tienen más dificultades para encontrar trabajo, señaló Donahue.
Combinada con el alza de precio de los alimentos, esa situación produjo un abrupto aumento de la mortalidad infantil, que es hoy seis veces superior a la que presenta Finlandia, un país vecino de Rusia.
El derecho a la educación tampoco existe para los niños de la región, agregó Donahue. El Centro de Desarrollo de la Infancia de Unicef en Florida, Estados Unidos, reveló que en 1997 concurrían a las escuelas públicas de la ex Unión Soviética y de Europa oriental 1,6 millones de alumnos menos que en 1989.
Entre cinco y diez por ciento de las niñas y niños en edad escolar no están incorporados al sistema de educación y decenas de miles entre los que han sido matriculados no asisten a los cursos con regularidad.
Las causas que subyacen a todo esto son numerosas y complejas, pero las principales se relacionan con el hecho de que la reforma económica se llevó a cabo sin contemplar los aspectos sociales y humanos en juego, explicó Zouev.
"El énfasis estuvo puesto en la reforma financiera y fiscal, mientras que la dimensión humana fue desatendida. No se tejió una red de seguridad social adecuada", sostuvo.
"Debemos reconocer que el viejo sistema dejó legados buenos y malos. El acceso a los servicios sociales era casi universal en los países ex socialistas, pero era costoso e ineficaz y representaba una pesada carga para el presupuesto nacional", indicó Zouev.
"Muchas veces, cuando tratamos de lograr ciertos objetivos políticos, nos olvidamos del motivo de nuestra lucha", observó el ex campeón mundial de ajedrez Anatoly Karpov, de Rusia, embajador de Buena Voluntad de Unicef, que participó en la presentación del informe.
"El desarrollo humano y el bienestar tienen que ser la meta de todo proyecto de cambio, y los procesos de transición deben tener rostro humano", declaró Karpov, importante donante de las instituciones de caridad de Rusia.
El ministro del Interior de Finlandia, Jan Erik Enestam, sostuvo que Europa oriental puede convertirse en "frente de propagación de epidemias".
"La expectativa de vida es en Finlandia de 73 años, mientras que en Rusia no llega a los 57 años. La mortalidad infantil es seis veces mayor en Rusia que en este país, y la tuberculosis y otras afecciones epidémicas, a menudo llamadas 'enfermedades de la pobreza' y comunes en los niños de la región, se consideran eliminadas en Finlandia", indicó Enestam.
Zouev comentó, al clausurar el acto de presentación del documento de Unicef, que en la Unión Soviética se decía que el pesimista "es una persona que nació optimista pero está muy bien informada".
Los autores del informe también son genéticamente optimistas, y por eso eligieron el título "Generación en peligro", en lugar de "Generación desaparecida", para referirse a la crítica situación de la infancia y los adolescentes en esa región.
Varios países progresaron en forma significativa, advirtió Zouev. "Como lo decimos en el libro, los gobiernos de la región y la sociedad lograron ciertos objetivos para salvar a sus niños, pero desearía que la lista de logros fuera mucho más larga", agregó. (FIN/IPS/tra-en/la/ak/ceb-ff/hd/99