Casi 90 por ciento de todos los idiomas orales de Asia, Africa y América desaparecerán en los próximos 100 años como consecuencia de la globalización o la represión cultural, advirtieron expertos.
"Las lenguas están muriendo a un ritmo nunca antes registrado, y estudios confiables estiman que cerca de 90 por ciento de los idiomas orales dejarán de existir en el siglo que viene", señaló la lingüista Tove Skutnabb Kangas en una conferencia celebrada en La Haya.
"Aunque hay muchos esfuerzos internacionales para proteger la diversidad biológica, no los hay para proteger la diversidad lingüística, pero al destruir ésta destruimos también aquélla", agregó.
Unas 6.000 lenguas sobreviven en el mundo moderno, todas ellas en peligro de desaparición bajo la influencia del inglés, chino, ruso, español o portugués, estimó el fisiólogo y antropólogo estadounidense Jared Diamond en su libro "Guns, germs and steel" (Pistolas, gérmenes y acero), de 1997.
No se sabe cuántos idiomas existieron alguna vez, ya que los registros comenzaron con el surgimiento de la escritura, unos 3.000 años antes de Cristo, lo que representa sólo 0,1 por ciento de la historia de la especie humana, explicó Diamond.
Para tratar el problema, un panel internacional de expertos se reunió durante la primera semana de este mes en La Haya, donde celebraron audiencias públicas en las que recibieron documentos y relatos sobre casos de amenaza a los derechos humanos lingüísticos.
El panel basó su trabajo en la Carta sobre la Comunicación de las Personas, adoptada hace cinco años en Holanda por expertos en comunicación, académicos y organizaciones no gubernamentales como la Red del Tercer Mundo, el Movimiento del Ambiente Cultural, la Asociación Mundial de Radiodifusión Comunitaria y la agencia de noticias Inter Press Service.
"La Carta promueve el derecho a la comunicación como un derecho básico de todos los individuos y sus comunidades", explicó Cees Hamelink, profesor de comunicaciones internacionales de la Universidad de Amsterdam.
"En esta ocasión decidimos concentrarnos en el derecho a la diversidad lingüística, que incluye el derecho de las personas a expresarse, a utilizar su lengua en instituciones educativas y a la protección de su idioma minoritario", agregó.
Muchos de esos idiomas fueron abandonados históricamente, y sus hablantes sometidos a represión y discriminación.
Tal es el caso de la lengua "creole" en el Caribe; del kurdo, hablado por 25 millones de personas en Turquía, Iraq, Irán y Siria, y del berebere en el norte de Africa.
El creole (término francés que originalmente designaba a los hijos de europeos nacidos en una colonia americana) tiene varias versiones muy difundidas en el Caribe. Nació como una mezcla de los idiomas aborígenes con el de los colonizadores europeos y los esclavos de Africa occidental.
Aunque es hablado por la mayoría de los habitantes de la región, el creole ha sido prohibido o ignorado durante largos períodos en varios países del Caribe por considerarse culturalmente inferior, señaló Samuel Kennedy, un profesor de Santa Lucía que brindó testimonio sobre su región.
"La lengua creole está totalmente excluida del sistema educativo. Los procedimientos judiciales se traducen al inglés, aun cuando todos los implicados hablen sólo creole. El inglés es el idioma oficial del parlamento, los negocios y la banca", observó Kennedy.
"Casi 99 por ciento de nuestra programación de televisión es de origen estadounidense. Sólo la radio local tiene algunas horas de programas en creole", agregó.
Según un informe preparado para las audiencias de La Haya, el principal obstáculo para el desarrollo del creole es la actitud negativa hacia él de la población general, como herencia de la esclavitud y el colonialismo.
Sin embargo, Kennedy se mostró esperanzado debido a una creciente sensación de orgullo por el patrimonio cultural de su país, el aumento de la atención de los académicos hacia la cuestión y el desarrollo gradual de una ortografía creole.
En cambio, el idioma kurdo es aún una expresión cultural abiertamente reprimida en Turquía, Irán, Iraq y Siria.
El kurdo escrito tiene tres alfabetos diferentes y al menos tres centros de estandarización, destacó el testigo Sertac Bucak, de origen kurdo.
La situación de los kurdos en Turquía fue especialmente destacada, ya que su cultura es desconocida oficialmente por el gobierno, que insiste en imponer la cultura y el idioma turcos a los 12 millones de kurdos que viven en el país, lo cual dio lugar a una sangrienta rebelión.
"La Constitución de Turquía prohíbe la existencia de instituciones educativas en otra lengua que no sea el turco. No se pueden establecer medios electrónicos en kurdo, y los kurdos tienen prohibido poner nombres propios de su grupo a sus hijos", señaló Bucak.
"Incluso es pasible de pena afirmar que los kurdos existen y que son un grupo étnico distinto", explicó Bucak al panel.
Mientras, los bereberes (término derivado del vocablo "bárbaro"), que constituyen uno de los grupos humanos más antiguos del norte de Africa, viven una situación comparable a la de los kurdos, denunciaron los testigos Belkacem Lounes y Abdenour Kaovane.
Diseminados por Marruecos, Argelia, Malí, Níger y Egipto, padecen discriminación e intentos de sustituir su cultura, en particular en Marruecos, donde el gobierno insiste en programas de homogeneización árabes.
"El hecho de que algunos bereberes vivan en países europeos… podría contribuir a la protección de sus derechos lingüísticos. Debemos explorar esta posibilidad en el marco de la Carta Europea de lenguas regionales y minoritarias", exhortó Paul de Waart, un profesor holandés de derecho internacional.
"El lenguaje es esencial para la identidad humana, y la prohibición de usar la lengua materna constituye una grave violación a los derechos de las personas. La comunidad internacional no se ha ocupado adecuadamente de este problema", señaló Hamelink.
Así mismo, anunció nuevas audiencias públicas y otras acciones en defensa de los derechos culturales de las minorías oprimidas. (FIN/IPS/tra-en/bm/ak/mlm/cr hd/99