YUGOSLAVIA: Guerra marca metamorfosis política de Alemania

Las críticas del ex jefe de gobierno socialdemócrata alemán Helmut Scmidt a los ataques de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Yugoslavia subrayan la metamorfosis política que sufrió el país en las últimas dos décadas.

Schmidt debió abandonar el gobierno el 1 de octubre de 1982, luego de que el Partido Social Demócrata (SPD) se negara a aprobar la llamada estrategia de dos vías de la OTAN contra el ahora disuelto Pacto de Varsovia.

La estrategia implicaba la ubicación de misiles Pershing II y crucero estadounidenses en Europa, la mayoría en Alemania, como contrapeso a las armas soviéticas.

Schmidt, autor de la estrategia de la OTAN, estaba convencido de que la Unión Soviética apuntaba a la creación de un desequilibrio militar en Europa, algo que tendría consecuencias imprevistas para la seguridad internacional.

El despliegue de los misiles Pershing II y crucero fue aprobado por el parlamento alemán unos días después de la sustitución de Schmidt por Helmut Kohl, de la alianza conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU)-Unión Social Cristiana (CSU).

Kohl gobernó durante 16 años hasta que Gerhard Schroeder lo derrotó en las elecciones generales de 1998.

Schroeder, el ministro de Defensa Rudolph Scharping, ambos socialdemócratas, y el ministro de Relaciones Exteriores Joschka Fischer, el hombre fuerte del Partido Verde, contribuyeron en 1982 a sentar las bases para la caída de Schmidt.

Schroeder, Fischer y Scharping integran ahora lo que sus detractores llaman el "triunvirato de guerra" alemán, por su resuelto apoyo a los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia y la primera participación militar de Alemania en los últimos 55 años.

Se podría haber pensado que Schmidt, que continúa siendo respetado en Alemania y el resto de Europa, apoyaría la histórica decisión tomada por el primer gobierno de coalición rojo y verde de Alemania, rompiendo con todos los tabús de posguerra.

En lugar de eso, Schmidt criticó la decisión, aunque lo hizo de modo cauteloso, en una entrevista realizada por un periódico de lengua francesa en Suiza.

"Bajo la tutela de Estados Unidos hemos pasado por alto el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. La participación alemana en los ataques aéreos sólo habría estado justificada en caso de autodefensa o defensa de un estado socio de la OTAN", señaló el ex jefe del gobierno.

Al preguntársele su opinión sobre las críticas de Schmidt en una conferencia de prensa realizada el sábado, Schroeder dijo que "también un importante hombre de Estado puede equivocarse".

La conferencia de prensa del sábado fue la primera realizada conjuntamente por un canciller (jefe de gobierno) alemán y los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores, que se mostraban unidos frente a las crecientes críticas.

Apoyado por Fischer y Schrping, Schroeder dijo que Alemania continuaría participando en los ataques de la OTAN, "y no habría dudas acerca de ello", mientras el presidente Slobodan Milosevic no pusiera fin a "las deportaciones de nacionales yugoslavos luego de quitarles sus pasaportes y pertenencias".

"Es totalmente inadecuado calificar de refugiados a (aproximadamente 300.000) personas que se vieron forzadas, bajo la amenaza de ser asesinados, a abandonar sus hogares. Son deportados, amontonados en trenes o forzados a huir", dijo Fischer.

Las referencias durante la rueda de prensa a las palabras "deportaciones" y "deportados" fueron pensadas, según observadores, para contrarrestar la creciente oposición dentro de la izquierda alemana, y en Francia e Italia, a los bombardeos de la OTAN a Yugoslavia durante el fin de semana de Pascua.

Esas palabras evocan horribles recuerdos del trato dado a los judíos, eslavos, gitanos y opositores políticos bajo el régimen nazi antes y durante la segunda guerra mundial.

Millones de personas murieron en las cámaras de gas o fueron ejecutadas luego de ser despojadas de sus pertenencias, que, como muestran las últimas revelaciones, no sólo fueron utilizadas para fundar la maquinaria de guerra de la Alemania nazi sino que también terminaron en las arcas de los Aliados occidentales.

En las marchas del fin de semana de Pascua, que tienen una larga tradición en Alemania, los manifestantes llevaron pancartas en las que decía "la guerra no evita ninguna catástrofe humanitaria, la guerra es una catástrofe".

También se podía leer "las bombas no traen la paz", "fin a la guerra de la OTAN en los Balcanes" y "pan en lugar de armas, fuerzas de paz en lugar de despliegues militares".

Las manifestaciones tuvieron lugar en más de una docena de ciudades de toda Alemania, así como en otros países europeos.

Los observadores señalaron que el "triunvirato" alemán estaba particularmente nervioso, no sólo por el impacto de los comentarios realizados por el ex socialdemócrata Schmidt sino también por la creciente oposición dentro del SPD.

"Al bombardear Yugoslavia hasta que no quede nada no podemos crear la paz. Uno debe saber cuándo detener los bombardeos", dijo Michael Mueller, segundo jefe del grupo parlamentario del SPD en una entrevista publicada en el periódico dominical Welt am Sonntag.

Al preguntársele qué pasaría si Milosevic no aceptara las condiciones para poner fin a los ataques de la OTAN, Schroeder dijo que "no se uniría a un debate público sobre asuntos hipotéticos", que podrían despertar inmerecidas dudas acerca de la "firmeza y solidaridad" de Alemania respecto de la OTAN.

Pero la hipótesis de que los bombardeos de la OTAN no están logrando sus objetivos motivó especulaciones respecto de la necesidad de tropas terrestres en Yugoslavia.

De concretarse esa iniciativa Alemania reviviría los horrores de la segunda guerra, cuando los nazis enviaron 25 divisiones a los Balcanes y fueron derrotados por los guerrilleros yugoslavos.

El portavoz de la OTAN, Jamie Shea, desmintió que los ataques aéreos no fueran eficaces y dijo que todo lo que la OTAN necesita es "un par de días de buen tiempo" para derrotar a Yugoslavia.

El parlamentario del SPD Hermann Scheer pidió el fin de semana al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, que actúe como mediador independiente en Yugoslavia.

Scheer dijo que el borrador del tratado negociado en la ciudad francesa de Rambouillet en marzo, rechazado por Milosevic principalmente porque preveía la ubicación de tropas de la OTAN en Kosovo, no podría ser la base de una "solución política" en la que Alemania debería trabajar dentro de la OTAN.

Fischer dijo en la conferencia de prensa del sábado que la "solución política" no tendría oportunidad hasta que el presidente yugoslavo no pusiera fin a su política de "deportaciones".

Agregó que no se realizaría ninguna "reunión de emergencia" del G-7 más uno (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón más Rusia), para discutir la situación de Kosovo, como lo deseaba el presidente ruso Boris Yeltsin.

Alemania, que tiene la presidencia semestral de la Unión Europea hasta fines de junio, también será sede de la cumbre del G- 7 más uno a realizarse ese mes.

Italia y Francia apoyaron la propuesta de Rusia. El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Lamberto Dini, dijo el sábado que esperaba una reunión del llamado Grupo de Contacto, que incluye a Alemania, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Rusia, sobre Kosovo.

Destacó que la reunión tendría lugar antes de una conferencia de funcionarios de los ministerios de Relaciones Exteriores del G- 7 y Rusia, que fue fijada para el próximo viernes. (FIN/IPS/tra-en/raj/ak/at-dg/ip/99

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