IRAQ: Persiste división en Consejo de Seguridad de ONU

La división entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU sobre qué hacer con respecto a Iraq frustra los esfuerzos para desarrollar una nueva relación entre el foro mundial y ese país.

El Consejo discutirá el asunto la semana próxima, pero la tensión en el organismo ejecutivo continúa tras los ataques en diciembre de Estados Unidos y Gran Bretaña sobre Iraq, mientras los embajadores se enfrentan por las sanciones contra Bagdad y la inspección de sus armas no convencionales.

La discrepancia se hizo evidente esta semana cuando el embajador brasileño Celso Amorim, quien presidió tres paneles sobre la revisión del desarme iraquí, las sanciones y el destino de los kuwaitíes desaparecidos desde la invasión de Iraq en 1990, presentó informes al Consejo sobre el trabajo de los paneles.

Richard Butler, presidente de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (UNSCOM) que supervisa el desarme de Iraq, no fue invitado a la reunión convocada por Amorim, aunque los informes se referían principalmente al trabajo del equipo de inspectores.

La ausencia de Butler fue considerada una señal del enojo de Rusia por sus críticas a Iraq sobre la falta de cooperación con los inspectores, que condujeron en diciembre a cuatro días de ataques aéreos de Estados Unidos y Gran Bretaña y a una persistente guerra aérea desde entonces.

Informes sobre la utilización de la UNSCOM como cobertura de actividades de espionaje de Estados Unidos perjudicaron aún más la credibilidad de Butler -quien anunció que abandonará el cargo cuando expire su mandato, este año- y del propio equipo de inspectores.

Mientras, Rusia y Francia, dos de los miembros del Consejo con poder de veto, aprovecharon la presentación de Amorim para insistir en el levantamiento de las sanciones comerciales contra Iraq, que ya llevan ocho años. China, otro miembro permanente, también apoya esta posición.

Por otra parte, Estados Unidos y Gran Bretaña (los otros dos miembros con poder de veto) continúan oponiéndose al fin del embargo.

"El Consejo no se ha expedido con respecto a Iraq en los últimos meses porque no existe acuerdo sobre nada", afirmó un diplomático asiático que solicitó reserva.

"Pero creo que existe más apoyo que nunca para lograr cambios con relación a las sanciones, y que la presión aumentará" este mes, agregó.

El informe sobre asuntos humanitarios respalda en cierta forma a los críticos del régimen de sanciones al detallar lo que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo calificó de "pasaje de una relativa prosperidad a la pobreza masiva" en Iraq durante los años 90.

"La mortalidad infantil en Iraq es hoy una de las más altas del mundo (…), la desnutrición crónica afecta a uno de cada cuatro niños menores de cinco años, y sólo 41 por ciento de la población tiene acceso regular al agua potable", dice el informe.

Añade que los problemas persistirán pese al acuerdo "petróleo por alimentos" que permite a Bagdad vender cantidades limitadas de petróleo para adquirir alimentos y artículos médicos bajo supervisión de la ONU.

"Si se permite que la infraestructura de la industria petrolera se deteriore más, el país no podrá cubrir el costo de las necesidades humanitarias básicas", advierte el documento.

El informe sobre desarme, preparado por un panel de 20 miembros que incluyó inspectores de UNSCOM, sostiene que Iraq todavía debe responder por varios programas de armas prohibidas, entre ellas armas biológicas y el agente neurotóxico VX.

Sin embargo, subrayó que "el grueso de los programas de armas prohibidas han sido eliminados en Iraq".

En consecuencia, el panel recomendó que UNSCOM cambie su modalidad de supervisión -caracterizada por inspecciones sorpresivas de instalaciones militares- pero continúe su actividad de control y verificación.

Iraq procuró ese cambio durante años, pero desde diciembre se resiste a cualquier inspección y exige el levantamiento de las sanciones antes de permitir cualquier control de armas.

No se prevé que el informe del tercer panel acerca de los prisioneros de guerra kuwaitíes y la compensación por el daño causado por la invasión de Iraq a su vecino del Golfo cause mayor controversia dentro del Consejo.

El informe destaca que Iraq debe responder por los 605 kuwaitíes desaparecidos, pero advierte que el Consejo no debería iniciar una discusión política del tema. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/ip/99

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