DESARROLLO: Virus del milenio amenaza producción agrícola mundial

El llamado "efecto del año 2000' amenaza a la producción agrícola y a los sistemas de abastecimiento de alimentos en todo el mundo, señala un estudio dado a conocer hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El informe advierte que los países en desarrollo son también vulnerables y que "el virus del milenio podría ser una plaga más peligrosa que las de las langostas y los pulgones arroceros contra los que los agricultores han luchado a lo largo de los siglos".

La causa del virus es el empleo de dos números en la escritura informática de los años, dando por sentado que las dos primeras cifras tienen que ser siempre 19.

A partir del 1 de enero del 2000 no será así y numerosos ordenadores y chips programados leerán 00 como 1900 en lugar de 2000.

Ello, alerta la mayor agencia de las Naciones Unidas, conduciría al caos a los ordenadores del mundo entero cuando cambie el siglo.

Los gobiernos y las empresas de los países desarrollados que utilizan sistemas de integración compleja, los más expuestos a riesgos, llevan años trabajando en el control de los problemas potenciales de los ordenadores y de los sectores que dependen de ellos.

De acuerdo a estudios de organismos especializados, la prevención de los estragos del virus supone un costo total de 600.000 millones de dólares.

Aunque el problema de alguna manera es menos crítico en los países en desarrollo, la mayor parte de estas naciones no poseen fondos ni capacidad técnica para tomar el mismo tipo de precauciones.

Según la FAO, se ha prestado muy poca atención a la dependencia de la agricultura y de los sistemas de abastecimiento alimentario de los ordenadores.

De una forma u otra, "el 'efecto del año 2000' en los ordenadores representa una amenaza para casi todos los abastecimientos y los servicios esenciales para la producción agrícola", desde el suministro de semillas hasta las redes de distribución y el mercado de la información, indica.

"Incluso los pequeños agricultores que labran sus tierras con arados tirados por bueyes probablemente dependen de suministros producidos en abastecimientos de alta tecnología y transportados a miles de kilómetros a través de redes de transportes controladas por ordenadores", precisa.

En el sector productivo, insumos básicos como las semillas y los fertilizantes pueden correr riesgos, además de los sistemas de irrigación y de electricidad.

Las cosechas ya recogidas podrán verse afectadas por problemas derivados de los sistemas de tratamiento, comercialización y producción, cruciales para la seguridad alimentaria.

Las naciones en las que la exportación de productos agrícolas constituye la mayor fuente de ingresos y que depende también de las importaciones de alimentos y de la ayuda alimentaria para el sustento de la población son las más amenazadas por el "efecto del año 2000″.

Tanto los agricultores como los comerciantes o los gobernantes se valen de sistemas de telecomunicación para transmitir un vasto caudal de información sobre el tiempo, los precios o los transportes, y en muchos países los sistemas de telefonía computarizada se consideran como los más propensos a fallos.

El estudio de la FAO dice que "los agricultores y los representantes del gobierno de los países afectados pueden no estar en grado de solucionar o evitar varios de los 'efectos del año 2000', sobre todo los que pueden surgir en los sistemas financieros, de la producción y de los transportes".

En muchos casos, "la actitud más realista puede ser la de concentrar tiempo y recursos en desarrollar y mejorar los planes contingentes para superar los fallos que esos países no tienen medios para prevenir".

Los elementos claves en esos planes pueden ser "la diversificación de las fuentes de abastecimientos y servicios para reducir el impacto de los fallos de cualquier proveedor individual".

Otros pasos podrían incluir la adopción de procedimientos para asegurar que los errores sean individualizados con rapidez.

Agricultores y representantes del gobierno podrían decidir también la revisión de los niveles de seguridad de los abastecimientos de alimentos y llevar a cabo al mismo tiempo un inventario de los insumos agrícolas esenciales.

La FAO insta a los gobiernos, a la industria agropecuaria y a los agricultores a "dar prioridad a la atención de este problema y a conseguir recursos para combatirlo".

Aconseja asimismo que se pongan en práctica lo antes posible medidas como un inventario de las funciones críticas y una evaluación de los riesgos de fallos, la identificación de canales de abastecimiento y entrega para todos los insumos esenciales.

Asimismo, la verificación de las opciones, el tiempo y el costo que requiere la corrección de los problemas, el reemplazo de equipos y abastecedores, la preparación de planes de contingencia y materiales para superar los posibles fallos.

Por último, la adopción de soluciones que eliminen o disminuyan el impacto de los errores, y la asignación con claridad de las responsabilidades y los recursos prioritarios para llevar a cabo los planes. (FIN/IPS/jp/dg/dv/99

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