Una comisión de diputados investiga el narcotráfico en Brasil para identificar a sus jefes y su modo de operar, aunque cumple su tarea sin el alarde de las que averiguan irregularidades en bancos y el Poder Judicial.
El decomiso de 33 kilogramos de cocaína en un avión de la fuerza aérea el domingo pasado ofreció una pista importante a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que inició sus trabajos la semana pasada en Brasilia.
Esta es la primera vez que se comprueba el uso de aviones militares en Brasil para el narcotráfico. El coronel Paulo Sergio Pereira fue detenido, señalado como la persona que embarcó las dos valijas con la droga.
El ministro de Aeronáutica, brigadier Walter Brauer, admitió este jueves la posibilidad de que existan otros oficiales involucrados.
La cocaína estaba destinaba a Europa. El avión de carga Hércules C-130 partió de Río de Janeiro y debía realizar escala en Recife, una capital estadual del noreste, donde oficiales de inteligencia de la fuerza aérea y la Policía Federal incautaron la droga.
El vuelo tenía como destino Palma de Mallorca, España, donde se embarcarían repuestos y equipos importados por la fuerza aérea.
Los militares de inteligencia y la Policía Federal investigan desde el año pasado la participación en el tráfico de drogas de oficiales de la fuerza aérea y sospechan que la operación del domingo constituía sólo una prueba inicial para cargamentos mayores en el futuro.
También creen que la cuadrilla recibió la droga del cartel colombiano de Cali, porque estaba envuelta en papeles con diseños de personajes de Walt Disney, una identificación del grupo.
La CPI de los diputados deberá convocar al ministro Brauer para que informe sobre la infiltración del narcotráfico en esa rama de las Fuerzas Armadas brasileñas, según el relator de la comisión, Moroni Torgan.
Además, está pidiendo a las policías de los 27 estados del país datos sobre los detenidos por comercio de drogas ilícitas.
El objetivo consiste en llegar a la cumbre del crimen organizado, reuniendo el máximo de información, incluso sobre las cuentas bancarias y la situación fiscal de los posibles jefes, indicó Torgan.
El lavado de dinero es otra preocupación de la CPI. Las facilidades que ofrece Brasil para esa actividad es apuntada por expertos como un factor que atrae narcotraficantes al país.
El tema de las drogas era conocido por los brasileños, hasta ahora, por el consumo que se alimenta de distribuidores minoristas, especialmente en los barrios marginados de las grandes ciudades, la violencia y los daños que provoca en la juventud.
Pero la política oficial de combate al narcotráfico sufrió modificaciones en los últimos años con la intensificación del control de las fronteras por donde entra la cocaína al país y la búsqueda de los grandes traficantes.
Para esto es importante el papel de la fuerza Aérea, que además de participar en la inspección de fronteras y aeropuertos, coordina el desarrollo del Sistema de Vigilancia Amazónica, una red de radares, aparatos electrónicos y aviones que controlan, vía información, la extensa región boscosa de Brasil.
Uno de los objetivos es evitar que el narcotráfico opere en la Amazonia, con sus aviones y embarcaciones, aprovechando las vulnerables fronteras del norte del país, cercanas a las áreas productoras de cocaína de Bolivia, Colombia y Perú.
La contaminación de la Fuerza Aérea por el narcotráfico es, por eso, doblemente preocupante para las autoridades.
La Secretaría Nacional Antidrogas, a cargo de Walter Maierovitch, fue creada para coordinar el esfuerzo de los variados organismos oficiales y no gubernamentales involucrados en la lucha contra las drogas ilícitas.
Una característica del narcotráfico es su gran capacidad de corromper e infiltrarse en los distintos poderes, sea político, económico, militar o policial, advirtió Maierovitch.
La CPI de la Cámara de Diputados pretende, con sus investigaciones, generar un mayor conocimiento del fenómeno para orientar políticas en esa área. Para esto cuenta con el poder de levantar el secreto bancario, fiscal y telefónico de sospechosos, requerir colaboraciones e interrogar a autoridades y acusados. (FIN/IPS/mo/ag/ip/99