(Arte y Cultura) CINE: Director premiado en Cannes y Venecia apela a Sudáfrica

Sudáfrica es la esperanza africana para promover la industria cinematográfica de este continente, dijo el director de cine senegalés Ousmane Sembene, cuya obra fue premiada en los festivales de Cannes y Venecia.

"Sudáfrica es el punto focal, la esperanza del continente", señaló. "La realidad económica" del resto de Africa "hace muy difícil" el establecimiento de una industria fílmica viable, opinó.

Este país "tiene los recursos humanos y el capital", añadió Sembene, quien se encuentra actualmente en Sudáfrica para conseguir fondos para su última película, "Samori Toure", y para dirigir talleres de trabajo.

Sembene, de 76 años, es considerado el padre del cine africano por sus contemporáneos. Entre sus 11 obras figuran "Camp de Thiaroye", "Ceddo", "Xala" y "Black Girl".

Sembene también es escritor y publicó ocho novelas, incluso "Le Docker Noire". Su filme "Black Girl", realizado en 1966, sigue siendo un punto de referencia para la cinematografía africana.

La película explora la vida de una trabajadora doméstica senegalesa trasplantada a Francia por sus empleadores, y los conflictos psicológicos, idiomáticos y culturales con los cuales tropieza.

"Black Girl" es una terrible denuncia de la opresión colonial y, como en otras obras suyas, Sembene también explora el papel de la mujer en la sociedad africana.

Sudáfrica es la mayor economía de la region subsahariana del continente, pero aún no tuvo gran participación en los grandes encuentros de cine africano, como el Festival Anual Panafricano, en Burkina Faso, o el Festival de Cine de Africa Austral, en Zimbabwe.

Esto se debe en parte a que su industria está fragmentada y carece de una identidad nacional.

En 1995, Sudáfrica celebró 100 años de filmografía tras producir 1.400 películas. Sin embargo, la política del apartheid imperante en el país se aseguró que el cine se desarrollara a través de estrictos lineamientos raciales y acorde con los intereses blancos.

De los 60 filmes producidos entre 1956 y 1962, 43 estaban hablados en "afrikaans", el idioma de los colonizadores holandeses, y 13 en inglés debido a que las producciones de afrikaans obtenían los mayores subsidios oficiales.

Con algunas excepciones, las películas fueron anodinas, según el académico Pieter Fourie, de la Universidad de Sudáfrica, quien atribuyo la falta de peso de las producciones a la actitud conservadora de los afrikaaner en ese período.

Muchas películas idealizaron la cultura afrikaaner, como el idioma, la pureza racial y las normas religiosas y morales, sin intentar la exploración de una cultura nacional.

La creación de una industria fílmica bantú durante los años 70 dio lugar a la producción de películas vulgares y pretenciosas, habladas en idiomas autóctonos, que se exhibían en las cervecerías, las escuelas y los centros comunales de todas las ciudades negras del país.

Incluso en la época posterior al apartheid, la distribución cinematográfica del país sigue monopolizada por tres grandes compañías cuyos productos están dominados por las importaciones estadounidenses.

Películas sudafricanas como "Mapantsula" y "Jobman", que forman parte del resurgimiento fílmico independiente de los años 80, no integraron la lista de esas distribuidoras.

Tampoco las obras de Sembene se exhibieron al gran público sudafricano, pero su trabajo influyó en los productores de cine y video de los años 70 y 80 que no estaban afiliados a las grandes compañías. Esos productores, conocidos como "independientes", filmaron la realidad cotidiana del país bajo el apartheid.

"Sembene fue una influencia determinante para mucha gente en Sudáfrica y esta aquí para abrir el país al resto del continente", declaró David Dison, de African Media Entertainment, el conglomerado de medios de comunicación de Johannesburgo.

"Creo que su visita va a revolucionar nuestra industria cinematográfica", opinó.

El cineasta senegalés también participará en talleres de trabajo con realizadores sudafricanos.

Mientras la mayoría de los negros no son alcanzados por las grandes cadenas de distribución, las obras de realizadores africanos y latinoamericanos como Suleimane Cisse y Fernando Solanas se estan abriendo camino en las ciudas por medio del proyecto llamado "Valija de Video", que posee unidades móviles de exhibición.

La Universidad de Fort Hare, famosa porque en ella estudiaron líderes como Robert Mugabe, de Zimbabwe, y Nelson Mandela, de Sudáfrica, ha sido propuesta como sede de una escuela de cine nacional.

El fin del apartheid en 1994 dio lugar a la colaboración de cineastas sudafricanos y extranjeros que produjeron obras aclamadas como"Sarafina" y "Cry the Beloved Country", de Darrel Rodt. (FIN/IPS/tra-en/gm/mn/ego/aq/cr/99

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