YUGOSLAVIA: Ataques de OTAN consiguen unidad de serbios

Los resultados más visibles de una semana de ataques aéreos de la OTAN contra Yugoslavia, aparte del daño material, son la creciente unidad de los serbios, la crisis de los refugiados de Kosovo y la desestabilización de los Balcanes.

Las esperanzas de un arreglo con la mediación del primer ministro ruso Yevgeny Primakov se desvanecieron el martes cuando su avión partió de Belgrado y las sirenas comenzaron a ulular nuevamente, advirtiendo sobre otro ataque aéreo.

"Además de causar víctimas y un enorme daño material, lo único que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ha logrado es la unión de los serbios", lamentó Ognjen Pribicevic, investigador del Instituto de Ciencias Sociales de Belgrado.

"En una Serbia profundamente dividida, la OTAN logró borrar todas las diferencias entre derechistas, izquierdistas, conservadores y liberales, partidarios u opositores del presidente Slobodan Milosevic", afirmó Pribicevic.

Agregó que "la peor equivocación del gobierno de Estados Unidos (que encabeza la campaña de la OTAN) fue creer que los serbios aceptarían sus condiciones bajo presión o con el uso de la fuerza".

La reacción de Yugoslavia, integrada por Serbia y Montenegro, parece haber tomado por sorpresa a los estrategas de la alianza atlántica.

La situación parece salirse de control y amenaza con un caos social y político en toda la península de los Balcanes e Italia debido a la crisis de los refugiados.

Se estima que unos 4.000 albaneses de la provincia separatista serbia de Kosovo cruzan cada hora la frontera hacia los países vecinos, principalmente a Albania y Macedonia, huyendo de la carnicería perpetrada por las fuerzas de Milosevic.

La única alternativa de Occidente, por ahora, parece ser lanzar más bombas y misiles, en la esperanza de que la destrucción y el terror hagan ceder al gobierno yugoslavo.

No hay estadísticas oficiales sobre el número de muertos en estos siete días de ataques aéreos, pero IPS supo de forma extraoficial que hay numerosas víctimas civiles en toda Serbia, sin contar Kosovo, ya que las comunicaciones con la provincia sureña fueron cortadas.

Mientras continúan los ataques de la OTAN, los serbios se enojan cada vez más con Occidente.

Con su agrio sentido del humor, los habitantes de Belgrado sustituyeron el clásico saludo "Dobar dan" (Buenos días) por "Bombar dan".

Durante el fin de semana, grupos de manifestantes arrojaron piedras y botellas contra las embajadas de Estados Unidos, Francia y Canadá, rompiendo los vidrios de los edificios desiertos. Algunos fueron pintados con grafitos antioccidentales.

Incluso el histórico restaurante McDonald's de Belgrado -el primero inaugurado en un país de Europa oriental, en 1988- fue atacado con huevos y piedras por jóvenes que crecieron adoptando un estilo de vida estadounidense, cuya marca registrada son las hamburguesas, las papas fritas y los helados.

Banderas de países occidentales son quemadas diariamente desde el domingo en conciertos de rock celebrados en la Plaza de la República. Decenas de miles de personas asisten a los conciertos, bajo la consigna de "El canto nos mantiene vivos y unidos".

Músicos y espectadores llevan en el pecho dibujos de tableros de tiro al blanco, en condena y desafío a los ataques al mismo tiempo.

No hace mucho, esas mismas banderas eran para muchos un símbolo de prosperidad y libertad.

"Creíamos en Occidente hace dos años. Llevamos esas banderas en 1997 en el entendido de que Serbia era parte de Occidente, y no un tirano de Europa oriental", dijo Milena Stanojevic, una empleada bancaria de Belgrado.

Stanojevic participaba regularmente de las protestas en 1996- 97, cuando hasta 300.000 personas salieron a las calles durante 88 días en una campaña contra Milosevic.

"Ahora nos sentimos traicionados. ¿No saben que no nos importa Milosevic ni Kosovo? La gente quiere paz, vida normal, pero ahora mueren inocentes y Occidente ayuda a Milosevic a afianzarse en el poder", lamentó.

La nación casi explotó de alegría cuando un avión Stealth F- 117, el más avanzado del arsenal estadounidense, fue derribado el domingo cerca de la localidad de Ruma, unos 50 kilómetros al oeste de Belgrado.

Desde entonces, Estados Unidos no arriesga más esas costosas aeronaves en sus ataques, según informes de prensa de Italia.

Mujeres campesinas danzaron sobre las alas del avión, que se estrelló en un terreno barroso, y los espectadores de los conciertos diarios en Belgrado aún portan pancartas que dicen "Lo sentimos, pensamos que era invisible".

"Somos más inteligentes que esos estadounidenses, ¿no?", preguntó un adolescente que portaba una de esas pancartas.

El enojo contra Occidente es estimulado también por las incontables horas que deben pasar los serbios en refugios más o menos improvisados contra ataques aéreos, esperando y temiendo las explosiones.

El bombardeo de una fábrica y un depósito cercano de combustible para cohetes, que provocó la emanación de gases tóxicos el pasado viernes en un suburbio de Belgrado, sólo propagó el temor de que la OTAN mate civiles y no destruya apenas objetivos militares, como sostienen sus comandantes.

"No existe tal cosa como el 'bombardeo quirúrgico'. Debemos recordar lo que las bombas provocaron en Bagdad" durante la guerra del Golfo, señaló Milan Markovic, un ingeniero de Belgrado.

El único respiro que tuvieron los habitantes de Belgrado fue el martes, durante la reunión entre Primakov y Milosevic.

Sin embargo, el presidente yugoslavo declaró que sólo negociará una solución política para Kosovo "cuando cesen los bombardeos". (FIN/IPS/tra-en/vpz/ak/mlm/ip/99

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