TIMOR ORIENTAL: Residentes chino quieren retornar a su país

Cuando los militares de Indonesia invadieron Timor Oriental en diciembre de 1975, mataron a los timorenses de procedencia china de Maubara y Liquicia, a los que convirtieron en chivos expiatorios de su cruzada contra el comunismo internacional.

Las tropas indonesias habían recibido órdenes de sofocar toda resistencia y se les había dicho que luchaban contra los comunistas para defender la causa de la jihad (guerra santa), igual que en el golpe de Estado del general Alí Suharto, en 1965.

Los timorenses han sido tildados de primitivos, atrasados e incluso de humanoides.

Ellos, por su parte, vivieron la invasión de Indonesia y la anexión de su territorio en 1976 como el inicio de una pesadilla dirigida por las fuerzas armadas de Indonesia.

Muchos timorenses recordaron las imágenes de la masacre de 1965- 66 en Indonesia, que dejó un saldo de cerca de 700.000 muertos y casi 200.000 prisioneros políticos, y también revivieron Cambodia y otros horrores contemporáneos.

La población china de la capital de Timor Oriental fue blanco de matanzas selectivas.

El primer día del ataque, el 7 de diciembre de 1975, unos 500 chinos fueron asesinados, según testimonios de sobrevivientes y exiliados.

"Escapé de Timor Oriental sólo con la ropa que tenía puesta. Tuvimos que dejar todas nuestras pertenencias", relató Sam, un timorense de origen chino que tiene un local de alimentación en el barrio de Nightcliff, situado en Darwin, en el Territorio del Norte de Australia.

Sam, que en aquel momento tenía 18 años, huyó con sus padres a Darwin. "Nos fuimos de Timor horas antes de que los indonesios invadieran. Me acuerdo que lloré porque dejaba todo, mi vida, mis amigos, mis pertenencias", relató.

Al llegar a Darwin en 1975, la vida no fue fácil. "Todo era extraño para mí. No sabía inglés y no tenía amigos", explicó.

La comunidad de timorenses de origen chino de Darwin ve a Sam como un líder, ahora que pasaron 23 años y él se adaptó muy bien a la vida en Australia.

"Nunca me di por vencido. Sabía que tenía que arreglármelas aquí y que no tenía opciones. No podía volver a Timor porque los indonesios habían decidido que mi familia debía morir", indicó.

Uno de sus tíos había sido integrante de la resistencia, pero Sam se niega a hablar de él.

Ahora hay gran nerviosismo en la comunidad timorense porque parece que hay perspectivas reales de que Timor Oriental sea independiente.

Un "gabinete fantasma" (gobierno paralelo) fue creado bajo la presidencia del líder de la resistencia timorense, Xanana Gusmao.

Las negociaciones sobre el estatuto futuro de Timor Oriental se aceleraron desde que Suharto, cuyo gobierno ordenó la anexión de la ex colonia portuguesa, abandonó el poder en mayo de 1998.

El presidente actual de Indonesia, Bacharuddin Jusuf Habibie, ofreció al principio conceder autonomía a Timor Oriental, pero luego anunció que su gobierno respetaría los deseos de los timorenses si éstos pedían la independencia.

Indonesia y Portugal se reunieron este jueves en la sede de Naciones Unidas en Nueva York y acordaron que el organismo supervisará una votación para que los timorenses decidan el futuro de su nación.

Pero, si bien la independencia se volvió ahora una posibilidad real, aún subsisten obstáculos. Con o sin armas, Timor Oriental tendrá que recorrer un largo camino antes de ser capaz de subsistir económicamente por sí mismo.

Timor Oriental fue alguna vez un gran exportador de café y especias y solía recibir mucho turismo, pero sus sustentos fueron destruidos por los militares de Indonesia, que poseen importantes industrias e importan miles de trabajadores.

Muchos agricultores fueron obligados a plantar arroz en vez de las hortalizas locales, ya que el arroz se envía a otras islas.

"Si Xanana puede proteger a mi familia, volveré a Timor Oriental y abriré un restaurante en Dili. Todavía añoro aquellos días que pasábamos tomando vino portugués, comiendo mariscos y tocando la guitarra en la playa, sin ninguna preocupación. Estoy muy cansado aquí, quiero descansar", comentó Sam.

James Ley, chef del local de comidas de Sam, es un poco más realista.

"Ahora soy ciudadano australiano, y si algo no funciona allí (en Timor Oriental) puedo volver a Australia", dijo, pragmático.

Pero a James le preocupa un punto acerca de la independencia de Timor Oriental.

"Quiero recuperar la casa de mi familia en Dili. Cuando los indonesios invadieron, la ocuparon y nos hicieron salir a la calle apuntándonos con sus armas. Nos quedamos sin casa y llegamos a Darwin sin dinero. Quiero que el ejército le pague a mi familia la renta de la casa desde 1975", afirmó.

Cuando Indonesia invadió Timor Oriental, no introdujo nuevos títulos de propiedad. Ahora, con la independencia que ofrece Yakarta, no se sabe si volverá a regir la propiedad de la tierra de la época de la colonia portuguesa.

Aún es muy pronto para saber si los timorenses de procedencia china serán la esperanza de recuperación de la economía Timor Oriental, devastada por la guerra, pero muchos exiliados esperan ansiosos que llegue el momento de volver a su hogar. (FIN/IPS/tra- en/ap-ip-pr/si-aa/js/ceb-dg/ip/99

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