Italia enfrenta una grave crisis con Estados Unidos por la decisión de una corte marcial nortemaricana de absolver al aviador militar que provocó la muerte de 20 personas en este país europeo.
Los partidos políticos y los medios de prensa italianos reaccionaron con indignación ante la sentencia emitida el jueves, que determinó que el capitán Richard Ashby no era culpable del accidente que causó su avión al romper el cable de un funicular el 3 de febrero de 1998 en la norteña región italiana de Trento.
El fiscal había pedido una condena de más de 200 años de cárcel para Ashby, de 31 años.
En el funicular, que cayó desde 80 metros de altura, se encontraban ocho ciudadanos alemanes, cinco belgas, tres italianos, dos polacos, un austríaco y un neozelandés.
El avión de combate, en el que viajaban además de Ashby otros tres pilotos en misión de adiestramiento y había partido de la base de Aviano, al sur de Italia, volaba a menos de cien metros de altura, muy por debajo de la mínima permitida, que es de 660 metros en la zona de los Alpes, donde se registró el incidente.
La sentencia, que es inapelable y cuyas motivaciones no serán hechas públicas, provocó fuertes protestas de todos los partidos italianos, de derecha y de izquierda. "Verguenza", "provocación" y "escándalo" fueron algunos de los calificativos usados.
Este será uno de los temas que planteará el jefe del gobierno de centroizquierda de Italia, Massimo D'Alema, al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, con quien se reunirá este viernes en Washington.
El ministro de Defensa, Carlo Scognamiglio, declaró al diario La Repubblica que era partidario de revisar el acuerdo que dio origen a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), firmado el 4 de abril de 1949. En Italia hay cuatro bases de la OTAN, en Vicenza y Verona, en el norte, en Roma y en Nápoles.
Walter Veltroni, secretario del Partido Democrático de Izquierda (PDS), la principal fuerza de la coalición de gobierno, expresó "dolor e indignación" por la sentencia que absolvió a los pilotos estadounidenses.
El diario Corriere della Sera, tradicionalmente moderado y cuidadoso en sus opiniones, sostuvo que Estados Unidos no debe tratar a Italia como si fuera una provincia de su imperio.
El senador Armando Cossutta, presidente de los Comunistas Italianos, movimiento que forma parte del gobierno de centroizquierda, afirmó que la sentencia era una "bofetada a Italia, a la justicia, a la memoria de las víctimas y al dolor de sus familiares".
El dirigente político criticó la cláusula de la OTAN que permite a Estados Unidos procesar a sus pilotos por hechos ocurridos fuera de su país y sentenció: "no somos una colonia estadounidense, debe ser restablecida la soberanía nacional".
El Subsecretario de Defensa, Paolo Guerrini, calificó la sentencia de verdadera provocación y aseguró que existe pesar también en medios militares italianos.
El jefe de los diputados de los Verdes, Mauro Paissan, dijo que "la actitud homicida de los militares norteamericanos ha sido premiada: han jugado a la guerra, han matado a 20 personas y han sido absueltos".
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Achille Occhetto, calificó la sentencia como un "acto de prepotencia" y dijo que se trataba de un hecho "nefasto para la justicia en el mundo".
El presidente de la derechista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, dijo que era "una decisión muy grave, que provocará justificadas y numerosas polémicas" y reclamó al jefe del gobierno italiano que pida a Estados Unidos las "necesarias aclaraciones".
"La responsabilidad de la tragedia no es de los pilotos, que volaban a mil kilómetros por hora en un valle alpino a una altura 500 metros menor de límite. La culpa es de las 20 personas que estaban en el funicular", comentó con ironía Mauro Gilmozzi, cuya madre murió en el accidente.
"Fue su cabina la que golpeó al avión militar a cien metros de altura de la tierra: se debe procesar a los muertos, no a los pilotos", añadió. (FIN/IPS/jp/ag/ip/99
