IRAQ: Desarme casi completo, pero ONU aconseja más inspecciones

La ONU debe seguir verificando la eliminación de las armas de destrucción masiva de Iraq, aunque la mayor parte ya se eliminó, señaló al Consejo de Seguridad una comisión especial de desarme del foro mundial.

Las inspecciones se suspendieron desde que en diciembre Estados Unidos y Gran Bretaña atacaron objetivos militares iraquíes durante cuatro días consecutivos en reacción a un informe de la Comisión Especial de la ONU (Unscom) que criticaba la falta de cooperación de Bagdad con los inspectores de armas.

Bagdad respondió a los ataques asegurando que no permitiría el retorno de los inspectores de la Unscom, que habían partido del país poco antes de los bombardeos.

Los funcionarios iraquíes siguen insistiendo que las inspecciones de desarme de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) no tienen razón de ser porque Bagdad destruyó todas sus armas prohibidas.

De hecho, Unscom completó gran parte de su misión, aseguró un informe aprobado el lunes por una comisión de desarme de la ONU, integrada por personalidades como el vicepresidente de la Unscom Charles Duelfer, y el subsecretario general del foro mundial Jayantha Dhanapala.

"Aunque aún deben resolverse elementos importantes, la mayor parte de las armas prohibidas de Iraq fueron eliminadas", señala el informe redactado tras reuniones presididas la semana pasada por el embajador brasileño Celso Amorim.

La comisión destacó el avance de la destrucción del programa de armas nucleares iraquí, así como de sus misiles de largo alcance y muchas armas químicas.

Pero aún no se conoce la situación de algunas armas prohibidas, como las toxinas biológicas y el agente químico VX, que debe ser verificada en el futuro, recomendó el informe.

El avance es tal que los inspectores pueden concluir sus actividades de desarme, basadas en la noción de que las armas prohibidas se deben descubrir y destruir, y continuar con tareas de supervisión y verificación, que sólo se limitan a impedir actividades prohibidas en el futuro, señala la comisión.

La supervisión y la verificación pueden realizarse en forma simultánea con la búsqueda de elementos "destacados de los programas de armas prohibidos", aconseja el informe.

El cambio más importante de pasar a la etapa de supervisión sería la diferencia en la "intensidad, la frecuencia, el grado invasor y los métodos" adoptados por los inspectores, agrega.

Paradójicamente, esas palabras hubieran sido del agrado de Bagdad hace unos meses, cuando el gobierno iraquí sostenía que había destruido su arsenal de armas prohibidas y pretendía que se pasara a la etapa de supervisión.

Pero desde diciembre, la postura iraquí se endureció tras los ataques contra Iraq y el escándalo de espionaje que involucró a miembros estadounidenses de la Unscom.

Iraq se opone a toda actividad de desarme de la ONU en su territorio, y exige que se levante el embargo que el foro mundial le impuso en 1990. Bagdad cuenta con cierto apoyo en el Consejo de Seguridad, que habrá de revisar las relaciones con el país el próximo mes.

China, Francia y Rusia, tres de los cinco miembros permanentes del Consejo, y por lo tanto con poder de veto, apoyan el retiro de las sanciones, aunque los otros miembros permanentes, Estados Unidos y Gran Bretaña, insisten en mantener el embargo.

No obstante, las recomendaciones de la comisión de desarme apoyan la reanudación de las inspecciones en Iraq lo antes posible.

"La comisión señala que cuanto más tiempo permanezcan en suspenso las actividades de inspección y supervisión, más difícil será aplicar en forma integral las resoluciones del Consejo de Seguridad", indica el informe.

Así "aumentará el riesgo de que Iraq pueda reconstituir sus programas de armas prohibidas o retener elementos prohibidos", agrega.

Mientras siguen suspendidas las inspecciones, ambos bandos reciben presiones para llegar a un acuerdo con respecto a inspecciones limitadas que no sean invasoras.

Bagdad debe permitir que la Unscom, o algún organismo similar, ingrese a Iraq porque el país no logrará que se retiren las sanciones en su contra hasta que se verifique la eliminación de sus armas de destrucción masiva.

A la vez, Estados Unidos y Gran Bretaña no pueden pretender el retorno a la situación previa a los ataques de diciembre porque las denuncias sobre el espionaje estadounidense en la Unscom perjudicaron la credibilidad de los inspectores.

Funcionarios estadounidenses reconocieron que espías de Washington que trabajaban en la Unscom colocaron modernos aparatos de escucha en Iraq. Estos obtuvieron información que no estaba relacionada con la labor de desarme del organismo, según fuentes de la ONU.

El problema para ambos bandos es diseñar un régimen de desarme que sea creíble, efectivo y aceptable para Iraq.

Una de las ideas propuestas por el comité es modificar a la Unscom para incluir expertos técnicos, representantes del Consejo de Seguridad, a Dhanapala y a otros funcionarios de la ONU y de otros grupos de desarme, como la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.

Esa comisión podría revisar la labor de los inspectores de armas cada tres meses, sugirió el informe.

La recomendación de pasar a la etapa de supervisión podría hacer que algunos de los partidarios de Iraq, entre ellos Francia y Rusia, exijan nuevamente que se retiren las sanciones contra Bagdad, al menos en parte.

Pero otros integrantes del Consejo siguen apoyando una posición de línea dura, entre ellos el embajador británico Jeremy Greenstock, quien este martes pidió que la ONU controle los envíos de medicinas que se le permiten a Iraq como excepción humanitaria a las sanciones.

Greenstock también exhortó que el organismo mundial controle y regule el contrabando de petróleo y otros productos, prohibido por el régimen de sanciones, que se realiza entre Iraq y Turquía. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/99

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