El interés de las multinacionales de alimentos por invertir en la sustitución de plantíos ilegales de coca y amapola en Colombia, podría oxigenar una vieja idea que no ha prosperado por falta de canales de comercialización.
A la par con el aval estadounidense al plan de paz del presidente colombiano Andrés Pastrana, productoras estadounidenses de chocolate empiezan a diseñar inversiones que en su caso apuntan a suplir el déficit de la oferta mundial de cacao.
Las proyecciones de consumo de chocolate en Estados Unidos indican tendencia al aumento, frente a una merma en la oferta por falta de renovación de los cacaotales en Costa de Marfil, Ghana, Indonesia y Brasil, principales abastecedores.
Actualmente el consumo de chocolate promedio en estados Unidos es de 5,3 kilogramos.
El número de consumidores de sustancias psicoactivas -desde marihuana hasta heroína, pasando por cocaína y crac- es de 13,9 millones de personas, de acuerdo con la cifras de la estrategia para el control de las drogas.
En el caso de la cocaína, Colombia abastece 80 por ciento de la demanda (1,5 millones de adictos), y en el de la heroína, que se extrae del látex de la flor de amapola, el aumento de la demanda estadounidense va pareja con la producción colombiana.
Fuentes estadounidense estiman que en los años 80 Colombia participaba con cinco por ciento de la oferta de heroína en el mercado de Nueva York, cuando el número de consumidores habituales se calculaba en 41.000 personas.
Para 1998 la heroína procedente de Colombia representó 90 por ciento de la oferta frente a una demanda de 325.000 adictos.
El apoyo "experimental" del sector privado estadounidense a los programas de cultivos alternativos se sintoniza con el margen que la guerra a las drogas ha dejado para apoyar el plan de paz colombiano.
Si las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -a las que se señala como cuidadoras de los cultivos que brindan materia prima a los narcotraficantes- apoya, como ha dicho, la sustitución de plantíos ilícitos, las multinacionales de alimentos podrían contar con materia prima asegurada.
La revista Semana de Bogotá reseñó una reunión efectuada en Panamá el 28 de febrero en la que funcionarios, representantes de las productoras de chocolate y científicos estadounidenses discutieron una nueva modalidad e cultivo del cacao en zonas selváticas.
A la usanza de los plantíos tradicionales en el minufundio colombiano, se intercalaría el cultivo de cacao con el de otros cultivos, como plátano y yuca.
La sombra protegería los cacaotales, que no se desgastarían, como parece estar ocurriendo con las actuales plantaciones industriales, lo que ha puesto en alerta a las productoras que miran hacia la selva colombiana con sus 128.000 hectáreas de coca y el interés de erradicarlas por parte de las autoridades.
La revista citó fuentes del Departamento de Estado de Estados Unidos según las cuales hay interés en el sector alimentario por participar en la sustitución de cultivos pero muchas empresas quieren mantener un bajo perfil.
Esos voceros "no quieren aparecer en primera fila porque les preocupa la posible reacción de los grupos al margen de la ley tanto en Colombia como en Perú, donde la sustitución de cultivos y la erradicación de cocales es anterior", señala el artículo.
Semana también entrevistó a una representante de la firma M&M Mars, que lidera el proyecto, según la cual la Smithsonian Institucion participa en las investigaciones y que su interés es "compartido por toda la industria".
El estatal programa Plante, de la Presidencia de Colombia, destinó para 1999 un presupuesto de 40.000 millones de pesos, unos 27 millones de dólares, a la sustitución de pequeños cultivos de coca y amapola (no más de cinco hectáreas por familia).
Diana Leal, del Plante, dijo a IPS que en los dos y medio años de funcionamiento del programa se han acogido unas 35.000 familias a los programas de crédito y asistencia técnica para cambiar los cultivos ilícitos por otros legales.
El Plante se aplica en 96 de los 1.065 municipios colombianos, la mayoría en zonas de conflicto armado, donde la presencia insurgente es notable.
Leal dijo que desde agosto de 1998 -cuando asumió el poder Pastrana- se reorienta la aplicación del programa, "dándole una estructura más integral, con todos los componentes de apoyo institucional".
Para las grandes extensiones e cultivos ilícitos se mantiene la política de interdicción, explicó.
A inicios de este mes, con ocasión de la certificación positiva de Colombia como país aliado en la lucha antinarcóticos del gobierno estadounidense, el canciller Guillermo Fernández De Soto dijo que en el último año se erradicaron 69.000 hectáreas de cultivos ilícitos.
La cifra es superior en unas 20.000 hectáreas a la calculada por la agencia antidrogas de Estados Unidos.
Pionera y gran aliada de la sustitución de cultivos es la Organización de las Naciones Unidas, al frente de cuya agencia especializada está Pino Arlacci, quien visitó Colombia a mediados de este mes para lanzar un plan piloto de desarrollo alternativo.
"Compartimos posiciones frente al desarrollo alternativo. Estamos comprometidos con Colombia para liberarla de cultivos ilícitos. Empezaremos en San Vicente del Caguán y se beneficiará a 10.000 personas (unas 2.500 familias)", señaló.
El plan piloto proyecta sustituir en tres años 7.500 hectáreas sembradas de coca que se cultiva en la zona selvática, pues la amapola crece a 1.500 metros sobre el nivel del mar.
San Vicente del Caguán, al sur del país, en el departamento del Caquetá, es el epicentro político de una zona de 42.000 kilómetros cuadrados despejados militarmente por el gobierno para propiciar una negociación de paz con las FARC.
El tema de la sustitución de cultivos ha estado presente desde el inicio de los contactos entre la actual administración y el máximo comandante de las FARC, Manuel Marulanda, conocido como "Tirofijo".
Ese habría sido uno de los puntos abordados en una reunión que sostuvieron el ahora Comisionado de Paz del gobierno, Víctor Ricardo, y Marulanda antes de los comicios que dieron el triunfo al Partido Conservador.
También en la reunión de Pastrana, como presidente electo, con Marulanda.
"Marulanda me lo dijo a mí: deme la plata y yo le erradico. Y deme 10 años y yo le erradico o hagámoslo en conjunto", contó Pastrana en diciembre, en vísperas de la inslatación de las mesas de diálogo con las FARC en San Vicente del Caguán.
Entonces habría surgido la idea del plan piloto en la zona, al que ahora la ONU brinda apoyo y al que Arlacci le ve perspectivas.
"Las FARC han manifestado interés por el desarrollo alternativo como vía para el desarrollo económico de los campesinos", comentó (FIN/IPS/mig/dg/ip-if/99)