/BOLETIN-INTEGRACION/ AMERICA LATINA: Crisis internacional castigó proceso privatizador

La crisis internacional castigó también durante 1998 al proceso de privatizaciones en América Latina, con caídas en el ritmo de aumento de las recaudaciones, bajo cumplimiento de las metas y menor inversión intrarregional.

Un informe de la Cámara de Comercio de Santiago señala que las enajenaciones de empresas públicas en la región durante el último año totalizaron 41.626 millones de dólares, 6,6 por ciento más que en 1997.

Ese incremento porcentual resultó muy modesto en relación con el pujante ritmo que traía el proceso privatizador, reflejado en el aumento de casi 200 por ciento que registró entre 1996 y 1997: de 14.635 a 39.043 millones de dólares.

El panorama para 1999 es incierto y difícilmente se va a cumplir el programa de privatizar 158 empresas, sobre todo brasileñas, argentinas, peruanas, venezolanas y colombianas, que generarían una recaudación de 70.000 millones de dólares.

En definitiva, la operación que salvó el publicitado rostro de la venta de activos públicos fue la "megaprivatización" de Telebrás en Brasil, con la que las telecomunicaciones desplazaron a la energía como el sector más codiciado por los inversionistas.

Telebrás no sólo permitió al gobierno de Fernando Henrique Cardoso postergar la devaluación del real hasta después de su reelección, sino que además representó el mayor sobreprecio pagado por los compradores respecto de la base de la licitación.

En 1997 el promedio de sobreprecio por la adquisición de activos latinoamericanos fue de 57 por ciento, para bajar en 1998 a 41, relación que, de no haber mediado la venta del gigante brasileño, habría sido sólo de 26 por ciento, según el informe difundido el martes.

El gremio de los empresarios del comercio en Chile consignó en su informe este hecho como demostrativo de la depreciación de las empresas latinoamericanas en general, en el contexto de los golpes de la crisis internacional sobre los mercados emergentes.

Fue por esta misma razón que no se cumplieron los planes originales, que contemplaban 172 proyectos de privatización en la región para 1998. Se concretaron solo 68, lo que dejó en espera a varias operaciones de magnitud.

La baja de 51 por ciento del sector eléctrico y energético en la cartera total de privatizaciones respecto de 1997 se debió, entre otras razones, a que Brasil postergó la venta de tres grandes generadoras: Cesp, Furnás y Electronorte.

En el total de ingresos generadoras por las enajenaciones de empresas públicas el último, 51,1 por ciento correspondió a las telecomunicaciones, 24,4 por ciento a la energía y 21,1 por ciento a servicios sanitarios, de transporte y aeroportuarios.

Este último rubro se incrementó 45 por ciento respecto de 1997, lo cual marca una ampliación del universo privatizador, que en sus orígenes privilegió las telecomunicaciones, la energía y electricidad (incluyendo el petróleo), y la minería.

Otro espejo fiel de la crisis está dado por las escasas privatizaciones de bancos e instituciones financieras, con sólo 1,7 por ciento del total, porcentaje similar al de la industria, mientras la minería registró menos de 0,1 por ciento del total.

La inestabilidad financiera y la caída de los precios de las materias primas, como el petróleo y el cobre, así como la pérdida de competitividad de las manufacturas latinoamericanas, explican los bajos porcentajes de esos sectores.

Los empresarios de países en desarrollo, incluyendo los latinoamericanos, que en 1997 compraron 59 por ciento de los activos privatizados en la región, redujeron su participación el año pasado a solo 39 por ciento.

"En 1998 las empresas latinoamericanas enfrentaron una aguda restricción de acceso a recursos para financiar sus planes de expansión y su compra de activos, lo que proporcionó una evidente ventaja a las firmas de países desarrollados en la postulación a las licitaciones", indicó el informe.

En la comparación de 1998 con 1997, los países que aumentaron sus privatizaciones fueron Brasil, Guatemala, El Salvador y Panamá, mientras los mayores descensos correspondieron a Colombia, Venezuela, México y Argentina.

Brasil encabezó la lista de venta de activos estatales con 33 licitaciones que le reportaron 29.493,6 millones de dólares, con 70,9 por ciento del total.

Argentina se ubicó en un distante segundo lugar, con 15,6 por ciento de los fondos recaudados, a través de seis proyectos y 6.476,9 millones, seguida por Colombia, con tres por ciento del total, tres proyectos y 1.261 millones de dólares.

Guatemala realizó privatizaciones por 1.220 millones de dólares (2,9 por ciento del total regional) a través de dos proyectos, con lo cual superó a países como México, Venezuela, Chile, Perú y Paraguay.

No obstante, el retroceso de la inversión intrarregional, Brasil fue también la mayor fuente de origen de los recursos invertidos en licitaciones, con 10.152 millones de dólares, equivalentes a 24 por ciento del total.

Portugal, con 6.782 millones, se ubicó en un sorpresivo segundo puesto, superando a los Estados Unidos y España, que gastaron, respectivamente, 6.507 y 5.068 millones de dólares en la compra de activos latinoamericanos.

Chile, que otrora fuera un agresivo comprador de empresas, especialmente eléctricas, en la región, redujo su concurso de 2.367 millones de dólares en 1997 a sólo 753 millones el último año, ubicándose en el lugar número 11. (FIN/IPS/ggr/mj/if/99

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