El aumento del proteccionismo y un comercio debilitado por la recesión dificultan la recuperación de las economías del sudeste de Asia.
La zona siente siente los efectos de un brusco cambio de rumbo, porque su crecimiento récord de las décadas pasadas estaba basado en el vigor de las exportaciones.
Las ventas externas hicieron posible la creación de numerosas fuentes de trabajo y mantuvieron el crecimiento, elevando la calidad de vida de toda la región en pocas décadas.
Pero el aumento de las tendencias proteccionistas en otras zonas del mundo y las disputas comerciales, como las existentes entre Estados Unidos y Japón y China, o entre Estados Unidos y la Unión Europea, han afectado a las economías del sudeste asiático.
"Si el proteccionismo triunfa y los mercados se cierran, la recesión mundial será larga, dura y penosa", advirtió M G Quibria, economista jefe asistente del Banco Asiático de Desarrollo.
Estados Unidos acusó a China y Japón de ser responsables del déficit comercial récord que presenta el país, que llegó a 168.600 millones de dólares en 1998.
El déficit en el comercio de Estados Unidos con China alcanzó 56.900 millones de dólares el año pasado, y con Japón el saldo negativo llegó a 64.100 millones.
Estados Unidos proclama que sus compras son "el último recurso" para Asia, pero al mismo tiempo reaviva su práctica de imponer sanciones comerciales.
En Asia se acusa a Estados Unidos de querer forzar la apertura comercial de otras regiones pero no obrar en el mismo sentido en el plano interno.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin, criticó la semana pasada a la Unión Europea por no hacer ningún esfuerzo para ayudar a Asia, y aseguró que la economía de su país absorbe todos los productos asiáticos que puede.
Numerosos funcionarios estadounidenses visitaron Beijing en los últimos tiempos, encabezados por la secretaria de Estado Madeleine Albright, que estuvo en China este lunes y martes y pidió al gobierno que abriera su mercado a los productos del país norteamericano.
Una de las razones de que aumente el proteccionismo es la lentitud del crecimiento del comercio internacional, una tendencia subestimada el año pasado por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La OMC informó que la progresión del intercambio mundial fue de entre cuatro y cinco por ciento en 1998, mucho menos que en 1997, cuando había crecido 10 por ciento.
Mientras los volúmenes mundiales del comercio disminuyen, los exportadores tienden a competir enter sí con mayor ferocidad.
Quibria explicó que hay motivos para preocuparse por las perspectivas comerciales de las economías en desarrollo de Asia, que ya sienten los efectos de la recesión.
"El rápido crecimiento en las últimas décadas se debió básicamente al comercio, porque todos los países de la región están orientados hacia la exportación. Muchos tienen mercados internos pequeños y dependen en gran medida del ingreso generado por la producción para el exterior", indicó.
"Pensamos que la demanda externa seguiría desempeñando ese papel durante la crisis", pero el ambiente comercial ya no es tan simple o amistoso por las crecientes disputas entre países, agregó.
Los países del sudeste de Asia ya tienen dificultades con la disminución de las exportaciones.
El fenómeno se debería afactores que incluyen la gran cantidad de insumos importados necesarios para la producción para la exportación, la incapacidad de las firmas de obtener crédito, y la caída de 22 por ciento en un año de las importaciones de productos de la región desde Japón.
La representante comercial de Estados Unidos Charlene Barshevsky reforzó las advertencias a Japón respecto de sus exportaciones de acero subvencionadas, así como por la disminución de sus importaciones y su "fracaso" en la crisis asiática.
"Japón no ha sido positivo. Y si Japón no es parte de la solución, es parte del problema", dijo Barshevsky en Tokio el año pasado.
Las imprecaciones contra China, que Barshevsky visitará próximamente, no son menos duras. Los funcionarios estadounidenses la acusan de "oportunista", al procurar solamente exportar sin importar en la misma medida del resto del mundo.
Funcionarios comerciales de Estados Unidos vinculan la posibilidad de Beijing de unirse a la OMC a la apertura de su mercado.
En septiembre, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Stuart Eizenstat dijo en Tokio que su país "deberá sufrir un gran déficit comercial producto de su contribución a la economía mundial".
Pero en enero, Washington anunció que reviviría el "Super 301", un proceso que puede derivar en sanciones contr los países que erigieron barreras para los productos estadounidenses.
El anuncio no cayó bien en Asia. El esfuerzo de Washington de abrir mercados como Japón, aunque sabe muy bien que las firmas locales están quebrando, lo hicieron blanco de críticas de mercantilismo.
"(Los países ricos) se arriesgan a una reacción política violenta, no sólo contra el libre comercio sino contra todos los países y corporaciones transnacionales que dominan el sistema económico global", advirtió la semana pasada el ex presidente de Filipinas Fidel Ramos.
Mientras tanto, los analistas dicen que la tan mentada avalancha de productos asiáticos en el mercado estadounidense no es tan masiva.
También destacan que el déficit comercial de Estados Unidos con los países asiáticos no se debe tanto a un aumento de las exportaciones de Asia sino a una caída en las exportaciones de Estados Unidos a Asia debido al débil poder de compra y demanda de la región.
Las disputas comerciales en curso no crean el mejor clima para una recuperación de Asia, aunque países como Corea del Sur y Tailandia están comenzando a mejorar sus exportaciones.
"Los países en desarrollo ya pagan un precio más alto que los ricos por la liberalización en medio de la inestabilidad social y mantienen sus mercados abiertos pese a que pasan por grandes apuros económicos y políticos", estimó Quibria. (FIN/IPS/tra-en/ap-na-if-dv/js/ceb-dg/if/99