Varias investigaciones científicas avanzan hacia el descubrimiento mediante ingeniería genética la primera vacuna contra el cáncer del cuello del útero, se anunció en una reunión científica internacional.
En caso de alcanzar el éxito, será la segunda vacuna contra un cáncer humano importante, después del hallazgo de la vacuna contra la hepatitis B, que permite la prevención del cáncer del hígado.
Una reunión científica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizada esta semana en Ginebra, analizó el desarrollo de vacunas contra las infecciones del virus del papiloma humano.
Los científicos participantes dijeron que varias investigaciones están bien encaminadas para lograr la primera vacuna contra el cáncer del cuello del útero.
El cáncer del cuello del útero, con unos 500.000 casos diagnosticados cada año en todo el mundo, es el segundo cáncer en orden de importancia entre las mujeres, después del de mama.
Unas 300.000 mujeres, de las cuales 80 por ciento pertenecen al mundo en desarrollo, perecen cada año como consecuencia del cáncer del cuello del útero.
Las posibilidades de identificación y de tratamiento que se ofrecen en el mundo industrializado crean una enorme diferencia en la incidencia de este cáncer entre los países del Sur y del Norte.
La proporción en mujeres de casos de cáncer que se pueden atribuir al virus de papiloma humano oscila entre tres y cinco por ciento en América del Norte y Europa.
En cambio, en América Latina, Asia del sudeste y Africa subsahariana, varía entre 20 y 24 por ciento.
El cáncer del cuello del útero es una enfermedad de transmisión sexual. Los científicos estiman que prácticamente todos los tumores del cuello del útero se originan en algún tipo de virus de papiloma humano.
La infección se produce por lo general durante los primeros años de actividad sexual, pero la formación de un verdadero tumor maligno puede demorar más de 20 años.
El papel del virus de papiloma humano en el desencadenamiento del cáncer del cuello del útero se descubrió en 1983.
El Centro Internacional de la OMS de Investigación del Cáncer, con sede en Lyon, Francia, ha sido pionero en estudios epidemiológicos y en trabajos de laboratorio necesarios para conocer y combatir la enfermedad.
Desde 1993, equipos científicos de investigación de varios países trabajan en prototipos de una vacuna.
Aunque siguen vías diferentes, todas las investigaciones se basan en la construcción a través de la ingeniería genética de partículas de tipo viral por medio de proteínas externas del virus del pailoma humano.
Esas partículas no son infecciosas ni cancerígenas porque no contienen ácido desoxirribonucleico.
Algunos equipos tratan de crear vacunas profilácticas, pero otros se concentran en el desarrollo de vacunas terapéuticas destinadas a las mujeres que ya son portadoras del virus.
Una tercera búsqueda de grupos científicos se orienta a una combinación de los dos objetivos.
Pero todos los investigadores afrontan grandes obstáculos, observó la OMS en un resumen del resultado de las sesiones celebradas por los especialistas en Ginebra.
La replicación del virus de papiloma humano no es posible en cultivo celular ni puede ser transmitido a animales. Por otra parte, la experimentación humana está limitada porque el virus mantiene intacta su naturaleza carcinógena.
En atención a las necesidades de la salud pública, los participantes de la reunión de la OMS convinieron en que se debe otorgar prioridad a una vacuna profiláctica.
"Una vacuna profiláctica sería ideal para la población joven que aun no ha entrado en la etapa de la actividad sexual, aunque las personas mayores también pueden obtener beneficios", evaluó Teresa Aguado, jefa del equipo especializado del Departamento de Vacunas de la OMS. (FIN/IPS/pc/ff/he/99