R.D. CONGO: Rebeldes rechazan a tres colaboradores de Mobutu

La Unión Congoleña por la Democracia (UCD), que lucha contra el gobierno de República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire), rechazó la incorporación a sus filas de tres antiguos funcionarios de la dictadura del fallecido Mobutu Sese Seko.

El jefe de la Guardia Civil de Mobutu, Kpama Baramoto, su ex ministro de Defensa, Mavua Mudima y el jefe de la notoria División Presidencial Especial de la dictadura, Etienne Nzimbi, fueron a Kisangani, el baluarte de los rebeldes en el norte, a ofrecer sus servicios.

El principal comandante de la UCD, Bob Ngoie, dijo que los tres generales no fueron bien recibidos.

"Baramoto y sus compañeros trataron de imponerse. Pero nos negamos categóricamente a trabajar con ellos. Esos generales mataron a mucha gente y son una mala influencia. Los echamos del pueblo", declaró Ngoie a IPS.

Baramoto y sus compañeros volvieron a Níger, dónde están establecidos desde mayo de 1998 tras su expulsión de Sudáfrica, relató Ngoie.

Baramoto estuvo involucrado, desde su exilio previo a la caída de Mobutu en mayo de 1997, en numerosas conspiraciones contra el actual presidente Laurent Kabila.

Se sospecha que Baramoto aún tiene una buena reserva económica, ya que era uno de los más ricos colaborades de Mobutu, y fue acusado en el pasado de contratar mercenarios para deshacerse de Kabila.

Nacido en Yakoma, en la región occidental de la provincia de Equateur, Baramoto era cuñado de Mobutu e integraba la camarilla que lo rodeaba.

Baramoto fue vicegobernador de Kinshasa antes de asumir la jefatura de la Guardia Civil de 3O.OOO efectivos, que se convirtió en una poderosa herramienta, muchas veces brutal, del dictador, sobre todo en el último período de su gobierno.

Se sospecha también que Baramoto tuvo grandes intereses comerciales en Sudáfrica durante mucho tiempo, que consistían en el comercio de cobalto, armas y propiedades. En enero de 1996, recurrió a la Embajada de Sudáfrica para averiguar cómo adquirir la residencia en ese país.

La embajada avisó a Pretoria y sugirió que no permitiera la entrada de Baramoto, ya que la Guardia Civil era, según funcionarios de la misión diplomática, "una institución militar con una reputación algo negativa".

Baramoto entró a Sudáfrica el 30 de abril de 1997 con un permiso temporario, es decir, quince días antes de la entrada de las fuerzas de Kabila en Kinshasa.

Antes, fue jefe de Estado Mayor de Mobutu durante un breve período. Luego las Fuerzas Armadas de Zaire se rindieron y la derrota fue inevitable.

El gobierno de Kabila lo acusó en seguida de enemigo público, una vez que Baramoto estuvo en Sudáfrica. Kabila pidió su extradición y prometió que no se le haría daño si volvía a la RDC, pero Pretoria rechazó el pedido.

Si bien se negaron a enviar Baramoto a su país, las autoridades sudafricanas lo consideraban un huésped problemático. Los diarios publicaron historias sobre la vida opulenta que llevaban Baramoto y otros generales requeridos, y su presencia en Sudáfrica desencadenó una ola de disturbios.

La policía sudafricana detuvo a Baramoto en diciembre de 1997, al regresar de una visita a la RDC dónde asistió a una reunión para conspirar contra Kabila en Kahemba, situada en la región occidental de Bandundu.

Tras una prolongada batalla legal, la alta corte falló en marzo de 1998 que Baramoto y sus compañeros no podían ser considerados refugiados. Baramoto, Mudima y Nzimbi fueron expulsados, y los tres se trasladaron a Níger, pasando por Costa de Marfil y Malí.

Níger "no tolerará actividades políticas en su territorio cuyo propósito sea desestabilizar a otro gobierno", declaró entonces el gobierno nigeriano para acallar las duras críticas de la oposición por haber aceptado la entrada de Baramoto.

Pero nada de esto impidió que Baramoto siguiera trabajando contra Kinshasa.

Antes de la rebelión que estalló en Congo oriental en agosto de 1997, cuya consecuencia fue la creación de la RDC, la mayor amenaza de Kabila eran los mobutistas y los frecuentes anuncios de alianzas entre los soldados de ex Zaire y las antiguas fuerzas armadas de Ruanda.

La UCD se apresuró a recibir a varios integrantes de la vieja guardia de Mobutu, entre ellos el ex jefe de Información y editor Kin-Kiey Mulumba, y al ex primer ministro Lunda Bululu. Pero Baramoto entra en otra categoría.

La UCD no puede aceptar a esa clase de individuo en sus filas ya que a Baramoto "se lo asocia demasiado con tácticas de mano dura y con corrupción", precisó un portavoz militar de Ruanda.

En Uganda parecen tener menos reservas. Según informes de Kisangani, Baramoto fue invitado por el jefe del Estado Mayor de Uganda, James Kazini.

Los ugandeses son el principal apoyo del líder del Movimiento de Liberación Congoleño, Jean-Pierre Bemba, que también integró la camarilla de Mobutu.

La UCD, que cuenta con el apoyo de Ruanda, se abstiene ahora de criticar a Bemba. Pero el insurgente Ngoie dijo que Baramoto supera los límites de lo admisible.

"Quiere volver al Congo porque invirtió mucho allí. Pero no nos interesa tenerlo con nosotros", señaló a IPS.

El conflicto de la RDC, que estalló el 2 de agosto, cuenta con la intervención de seis países africanos, de los cuales Angola, Chad, Namibia y Zimbabwe apoyan al presidente Kabila, y Ruanda y Uganda apoyan a los rebeldes. (FIN/IPS/tra-en/cs/mn/ceb/aq/ip/99

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