R.D. CONGO: Primera Guerra Mundial de Africa

El conflicto armado en la República Democrática de Congo (RDC), en el cual intervienen nueve estados del continente, fue denominado "Primera Guerra Mundial de Africa" por analistas políticos.

"Probablemente es la guerra más compleja que ha debido enfrentar Africa desde las luchas poscoloniales", observaron los analistas Francis Kornegay y Chris Landsberg, en un informe sobre el conflicto en la RDC.

Las hostilidades llevaron a Angola, Namibia y Zimbabwe a ponerse del lado del gobierno del presidente Laurent Kabila, contra fuerzas rebeldes apoyadas por Ruanda y Uganda.

Luego Chad y Sudán también enviaron tropas para sostener a Kabila.

Se ha sostenido que muchos otros países africanos, incluyendo a Camerún, Gabón y Libia, tomaron partido de modo encubierto en el conflicto, y que también lo hicieron potencias del Norte como Francia y Estados Unidos.

En un debate sobre la guerra en la RDC realizado en esta ciudad se señaló que en los países africanos gobernados por jefes de rebeliones armadas, como Angola, Congo-Brazzaville, Eritrea, Etiopía, la RDC, Ruanda, Uganda y Zimbabwe, no existen verdaderas fuerzas armadas republicanas.

Los ejércitos no son una fuerza pública independiente de los liderazgos partidarios, y sus tropas a menudo fueron usadas para aplastar rebeliones, sostiene el informe de los dos analistas.

Otro hecho preocupante relacionado con los conflictos en la región centrooriental de los Grandes Lagos y en torno a ella es la legitimación de la fuerza y la deslegitimación de las negociaciones. Kabila y sus aliados han eludido constantemente la negociación de un cese del fuego.

Los países ubicados en la región de los Grandes Lagos son Burundi, la RDC, Ruanda, Tanzania y Uganda.

El informe también señaló que, en términos generales, el camino de la negociación no ha sido exitoso para resolver los conflictos africanos. En Angola, Burundi, Ruanda, Sudán y Uganda esa vía fracasó o no condujo a la formulación de programas claros.

Según una famosa frase del escritor argelino Frantz Fanon, "Africa tiene la forma de un revólver y su gatillo es el Congo".

La RDC abarca más de dos millones de kilómetros cuadrados y sus grandes recursos minerales de cobre, cobalto, diamantes y oro hacen que se la pueda considerar el país más rico de Africa en términos potenciales.

Su tamaño y su población numerosa la convirtieron en blanco ideal para el saqueo. Durante décadas fue explotada por potencias extranjeras, sobre todo desde la Conferencia de Berlín de 1885, que convirtió al entonces Estado Libre del Congo en propiedad personal del rey Leopoldo II de Bélgica.

En realidad, fue la disputa sobre ese territorio la que generó aquella conferencia, en la cual los países europeos negociaron el reparto de los despojos de Africa para no guerrear por ellos entre sí.

Cuando Mobutu Sese Seko asumió el poder en 1965, se convirtió en el niño mimado de las potencias occidentales porque le declaró la guerra al comunismo. Su gobierno, bendecido por Bélgica, Estados Unidos y Francia, generó un torrente de "diamandólares" desde el entonces Zaire hacia los países del Norte.

"En 1997, cuando Ruanda y Uganda respaldaron la rebelión de Kabila contra Mobutu, sus motivos tuvieron que ver con la riqueza del país y no con un sentimiento de panafricanismo", señaló el congoleño Claude Kabemba, del Centro de Estudios Políticos de Johannesburgo.

"A cambio de la presidencia, Kabila debió cumplir las órdenes de los gobiernos de la región que lo habían apoyado. Sin embargo, con el correr del tiempo se mostró cada vez más reacio a obedecer a Rwanda y Uganda y les negó el acceso a los recursos de la RDC", dijo Kabemba.

"Paul Kagame (vicepresidente, ministro de Defensa y hombre fuerte de Ruanda) y Yoweri Museveni (presidente de Uganda) consideraron eso como un acto de traición", apuntó.

Kagame y Museveni apoyan la insurrección contra Kabila, cuyo gobierno es descrito por los insurgentes como "una mezcla de populismo, dictadura, irresponsabilidad y corrupción".

Los miembros de la etnia tutsi-banyamulenge, que habitan en el este del país y ayudaron a Kabila a luchar contra Mobutu, luego se volvieron contra aquél y han dividido al país en dos.

Fue entonces que entraron en escena Zimbabwe y Namibia para apoyar a Kabila, alegando que así acataban el mandato de la Organización de la Unidad Africana, cuyo estatuto prohibe el derrocamiento de gobiernos legítimos mediante el uso de la fuerza militar.

Muchos comentaristas creen que la causa de la intervención de ambos países en el conflicto fue también que se vieron atraídos por las ricos botines que puede ofrecerles la RDC.

Un ciudadano de Zimbabwe fue designado por Kabila para dirigir la empresa minera paraestatal Gecamines, y altos funcionarios del gobierno de Zimbabwe están haciendo grandes negocios en la RDC.

"La posición predominante en la comunidad internacional desde que comenzó la guerra (el 2 de agosto de 1998) ha sido que las fuerzas de otros países de la región deben retirarse, para crear un espacio de negociaciones internas entre los beligerantes locales", indicó Kabemba.

"En ausencia de esos poderes regionales, los rebeldes y el gobierno no contarían con recursos humanos y económicos para sostener sus campañas militares durante largo tiermpo", añadió.

"Por lo tanto, la conclusión es que la intervención de otras potencias africanas contribuyó a empeorar la situación en la RDC", subrayó. (FIN/IPS/tra-en/gm/mn/ego/ip/99)

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