El presidente de México, Ernesto Zedillo, pidió hoy a los partidos políticos que definan junto al gobierno una plataforma de acción común, meta que le es esquiva desde el inicio de su mandato y que hoy, con la apertura del proceso para su sucesión, parece aun más lejana.
Zedillo, quien terminará su gestión a fines del 2000, exhortó a partidarios y detractores practicar la política con mesura y los invitó a trazar en conjunto una "plataforma común que postule todo aquello que queremos los mexicanos", antes de que arranque "formalmente" la campaña electoral.
El gobierno vuelve a insistir en su propuesta de concertación cuando carece de mayoría en la Cámara de Diputados, con los partidos opositores más fuertes que nunca y nueve políticos que ya se mencionan como aspirantes a suceder al mandatario, algunos de los cuales en plena campaña.
Desde 1995, Zedillo convoca periódicamente a líderes políticos a reuniones para definir una agenda común en diversos aspectos, pero el intento ha fracasado.
Los partidos opositores entienden que es necesario ahora definir un "acuerdo de gobernabilidad" y de transición que permita "superar la crisis" y llegar a las elecciones presidenciales en una situación social y económica diferente.
Por el contrario, el gobierno dice que no hay ninguna crisis y que la gobernabildiad es plena.
Zedillo habló este viernes, cuando se celebró el 82 anivesario de la promulgación de la Constitución, del trabajo que realizó los últimos años y del legado que aspira a dejar al país y a su sucesor, quien, según las encuestas, podría surgir por primera vez en 70 años de filas opositoras.
Es mucho lo que se podría hacer por el país "si sumamos voluntades para lograr acuerdos más amplios, más solidos, más duraderos", dijo el presidente, cuyo Partido Revolucionario Instucional gobierna México desde 1929, dijo que .
"Si todos practicamos la ética política, estoy seguro de que siempre ganará la democracia y que siempre ganaremos todos", añadió.
El líder del opositor Partido de la Revolución Democrática, el diputado Porfirio Muñoz, señaló que la oposición acepta el llamado de Zedillo a concertar, pero manifestó su escepticismo sobre la propuesta, pues en ningún momento el actual gobierno reconoció sus errores ni aceptó otros puntos de vista.
En su discurso de este viernes, el presidente afirmó que gracias a la gestión de su gobierno el país superó la crisis financiera estallada a fines de 1994, y aseguró que México marcha hoy seguro al siglo XXI.
No obstante, reconoció que este año habrá problemas financieros debido a la caída del precio del petróleo y al difícil entorno internacional, pero descartó que esa situación vaya a ser duradera. El próximo gobierno recibirá un país en crecimiento, vaticinó.
Según el mandatario, a pesar de la dificultades, su gobierno atendió en forma adecuada los problemas sociales del país y redobló el combate contra la pobreza extrema, logrando varios éxitos.
Los partidos opositores rechazan esa interpretación y acusan al gobierno de empobrecer aun más a la población con políticas económicas "neoliberales".
La Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados afirma en un estudio que el número de pobres en México aumentó cuatro millones de 1994 a 1998.
De los 96 millones de habitantes de México, el mayor país de habla castellana del planeta, más de la mitad son pobres y al menos 26 viven en la pobreza extrema, indican cifras oficiales.
El presidente sostiene que la pobreza no es resultado de sus políticas económicas sino del "populismo" y de la estrategias estatistas aplicadas en México durante décadas.
Al fragor de la lucha electoral y política actual, lo único que la oposición reconoce como virtudes de los cuatro años de gestión de Zedillo son su austeridad y la honradez personal, el abandono de posturas y ceremonias que antes elevaban al presidente al rango de rey y la apertura a la libertad de prensa. (FIN/IPS/dc/mj/ip/99