La denuncia de que Estados Unidos infiltró espías entre los inspectores de armas de la ONU en Iraq marca el peor momento en las relaciones entre la Casa Blanca y el secretario general del foro mundial, Kofi Annan.
Estas relaciones son frías hace meses, en particular desde que funcionarios de Washington acusaron a allegados a Annan de filtrar a la prensa información sobre los vínculos entre agencias de inteligencia estadounidenses y la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM) que inspecciona el desarme en Iraq.
Ahora, es uno de los inspectores de la UNSCOM, el militar retirado estadounidense Scott Ritter, quien confirmó esta versión al adelantar en el diario The New York Times fragmentos de un libro que publicará en abril, "Endgame" ("Fin del juego").
Por paradoja, Ritter era uno de los acusados por Iraq de espía de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Estas denuncias son un gran golpe contra la UNSCOM en momentos en que su trabajo es atacado desde varios frentes. Muchos países, entre ellos China, Francia y Rusia, dudan de que los inspectores de armas puedan regresar a Iraq a menos que se modifiquen sus funciones y potestades.
Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron en diciembre ataques aéreos contra Iraq debido a la negativa de Bagdad a aceptar el ingreso de los equipos de inspectores con el argumento de que entre ellos figuraban espías de la CIA, acusación que Washington rechazaba.
Ahora, Ritter afirmó que nueve agentes de la CIA trabajaban en la UNSCOM en momentos en que se desarrollaba una tentativa de golpe de Estado contra el presidente de Iraq, Saddam Hussein, aplastada en junio de 1996.
El libro no estableció vínculos claros entre los nueve espías en Iraq y el fracasado golpe de Estado. Pero Ritter, que critica tanto las prácticas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) como las de Washington respecto de Iraq, mencionó "una fuerte serie de coincidencias".
"La inspección fue dirigida casi en exclusiva a lugares de la Guardia Republicana Especial. Los que realizaron el intento de golpe pertenecían a algunas de las mismas unidades que intentábamos inspeccionar", afirmó Ritter en un extracto del libro
Annan, quien fue respaldado por Washington como candidato a jefe máximo de la ONU en 1996, tiene ahora una relación distante con la Casa Blanca.
El secretario general de la ONU había logrado en febrero de 1998, con una gestión personal en Bagdad, impedir los ataques aéreos con los que Estados Unidos y Gran Bretaña amenazaron a Iraq de persistir su negativa a aceptar inspecciones de la UNSCOM en sitios dependientes de la Presidencia del país.
Lo único que los funcionarios de la ONU tienen claro sobre Iraq es que hasta abril, por lo menos, habrá escaramuzas diarias entre fuerzas de defensa de Bagdad y los aviones de combate estadounidenses y británicos que patrullan las zonas de exclusión aérea al norte y al sur de ese país, como ocurre desde diciembre.
El presidente de Francia, Jacques Chirac, propuso el fin de las sanciones que sufre Iraq desde agosto de 1990, cuando invadió Kuwait, y reemplazar los actuales inspectores con un nuevo sistema de control de armas, a largo plazo y menos agresivo.
China, Francia y Rusia, tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, respaldan esa postura, y Annan también, según fuentes cercanas al secretario general de la ONU.
Mientras se aguarda una revisión de las relaciones entre Iraq y la ONU para mediados de abril, no se ha decidido aún cómo asegurar el desmantelamiento total de los arsenales de destrucción masiva de ese país.
Estados Unidos y Gran Bretaña, los restantes dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, continúan manifestando que solo el mantenimiento de las sanciones y el retorno de la UNSCOM a Iraq contendrá la amenaza militar que ven en Saddam Hussein.
Ritter observó en su libro que la ONU renunció a sus objetivos de desarme en Iraq.
El militar retirado estadounidense, que trabajó para la UNSCOM desde 1991, renunció a mediados del año pasado en protesta por supuestas interferencias del gobierno estadounidense en las tareas de inspección.
Las denuncias de espionaje dejaron mal parada la posición de Washington en la ONU. Iraq ahora tiene fundamentos para mantener sus afirmaciones de que la UNSCOM está sesgada en su contra y de que inspectores de armas intentaron derrocar a Saddam Hussein.
Esto dejó a la ONU en una posición delicada. El embajador de Brasil Celso Amorim preside un panel de expertos que deberá emitir el 15 de abril un informe sobre la cooperación de Iraq con el desarme.
El panel es dominado por funcionarios de la UNSCOM, entre ellos el segundo de la comisión, Charles Duelfer, pero no su jefe, el cuestionado Richard Butler. Además, figuran en el grupo el subsecretario general de la ONU a cargo de Desarme, Jayantha Dhanapala.
Se prevé que el panel critique la falta de cooperación brindada por Iraq a los inspectores, pero Francia y Rusia, entre otros, manifestarán su negativa a que la UNSCOM vuelva a funcionar como antes.
Pocos creen que el informe encuentre avances en materia de desarme en Iraq que permitan el levantamiento de las sanciones. (FIN/IPS/fah/mk/mj/ip/99