INDONESIA: Culpan a Banco Mundial de fomentar corrupción

La revelación de que el Banco Mundial no se opuso y hasta fomentó la corrupción durante el régimen del derrocado presidente indonesio Suharto cuestiona globalmente la acción de la institución en Asia y otras naciones en desarrollo.

Un informe interno del Banco, preparado por un equipo de evaluación subordinado al consejo directivo de 24 miembros y filtrado a los medios la semana pasada, pintó claramente el papel que tuvo la agencia en la construcción y sostén del mito del "milagro indonesio".

El documento sin duda afectará las discusiones -patrocinadas por el Banco Mundial- de la conferencia sobre Democracia, Economía de Mercado y Desarrollo que tendrá lugar en Seúl los días 26 y 27, pronosticaron numerosos analistas estadounidenses.

El informe sacó a relucir que el Banco se apresta a enviar la última cuota de 400 millones de dólares por un préstamo de mil millones decidido el año pasado para respaldar "la política de reformas" de Jakarta.

Su difusión llega en momentos en que el personal de la institución financiera multilateral realiza un dramático esfuerzo para limpiar la imagen del Banco.

Suharto fue obligado a renunciar en 1998 a raíz del malestar político y las revueltas populares causadas por el derrumbe de la economía nacional.

Antes de ello, y pese a que el régimen indonesio fue considerado uno de los más corruptos del mundo, el Banco Mundial prestó a Suharto alrededor de 25.000 millones de dólares en 32 años de gestión, convirtiéndolo en uno de los principales deudores.

La instutición adujo que había actuado de acuerdo a demandas formuladas por el gobierno indonesio para mejorar el nivel de vida de la población.

El informe interno fustigó el desempeño del personal del banco en Yakarta, pero no hizo otros cargos tras la inspección de la oficina en la capital indonesia.

"Quizás el banco trató de preservar la imagen del milagro indonesio durante demasiado tiempo. Probablemente estuvo demasiado preocupado en mantener buenas relaciones con uno de sus mejores clientes", considera.

"O quizás los miembros del personal se mostraron demasiado ansiosos de impulsar sus propias carreras mediante buenos informes de su trabajo y aparecer como el factor clave en un país ampliamente considerado en la agencia como un milagro y símbolo del éxito del banco", añadió.

"Con una misión numerosa y bien establecida en Jakarta, el personal estaba al tanto de los riesgos que se corrían en el país. La misión tenía fácil acceso a altos funcionarios que frecuentemente preparaban notas políticas confidenciales" y por tanto hubiera podido jugar un eficaz papel reformista, apuntó.

No obstante, según el documento, "la gerencia del banco fue ambigua en sus mensajes al gobierno indonesio. Notas políticas con un lenguaje fuerte sobre temas estructurales estuvieron mezcladas con permanentes elogios de la actuación oficial".

Como resultado "la corrupción ha sido y continúa siendo un problema en Indonesia", añadió.

En octubre, otro informe del banco calculó que "por lo menos 30 por ciento de los fondos del presupuesto de desarrollo del gobierno de Indonesia fue desviado a través de pagos informales a funcionarios y políticos".

La "revisión operativa" de octubre sugirió que las raíces del injerto indonesio estaban en la cultura javanesa.

"Muchos miembros de nuestro personal fueron vistos como ignorantes o indiferentes de las prácticas locales", matizó.

También culpó al sistema de pago del servicio civil, que data de la época colonial holandesa y depende de bonos suplementarios para que "todos los empleados públicos puedan vivir en la constante búsqueda de ingresos adicionales".

En un memorándum dirigido a sus colegas, Jamil Sopher, alto funcionario del Departamento de Asia oriental del Banco, se quejó de "los terribles golpes" que la prensa asestó a la institución "en los últimos 15 años".

Sopher pidió al personal de la institución que contribuya a elaborar una "antología de anécdotas" sobre los esfuerzos que desarrollaron "en la primera línea de fuego en la guerra contra la pobreza".

Su esperanza es que ello sirva para rebatir la descripción que hacen los medios de prensa del personal de la agencia, a los que presentan como "perezosos burócratas excesivamente remunerados que viajan en primera y cenan en cafeterías con cotes de veau (costillas de cordero) y Cotes du Rhone", un tipo de vino francés.

Contrariamente a ese estereotipo, muchos funcionarios "se vieron sometidos a brutales programas de viaje sin tener en cuenta razones familiares o de salud, debido a su compromiso con los pobres", afirmó Sopher.

Al Banco se le achaca habitualmente su "respaldo a regímenes enquistados" y que sus políticas sirven para "enriquecer a los ricos" y "empobrecer a los pobres bajo el peso de programas que suponen aumento de los impuestos y de los precios de los alimentos" y los servicios públicos.

Para combatir esa imagen "ninguna anécdota es demasiado pequeña o trivial", aseguró Sopher a sus colegas. "Si vuestras narraciones son además entretenidas, mucho mejor", dijo. (FIN/IPS/tra-en/aa/kb/ego-dg/if-dv/99)

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